El político no tiene derecho a la obsesión.
José Martínez Ruiz, Azorín.
Sin duda estamos viviendo tiempos de definiciones políticas en el ámbito local, concretamente sobre los actores que contenderán en la próxima elección del 2012 a algún puesto de elección popular.
En el caso particular del PAN, todo hace indicar que existe la posibilidad de que el proceso se descarrile, luego del descontento soterrado del grupo que gobierna Palacio Municipal por la designación de la diputada Eloísa Flores García como candidata a la alcaldía.
Y aunque existe un pacto firmado, conocido como San Carlos, donde los aspirantes aceptaron participar sobre ciertas las reglas, el grupo que encabeza el alcalde Manuel Barro Borgaro pareciera que ha decidido “quemar sus naves” y seguir de frente.
Este comportamiento del Alcalde de Cajeme lo enfrenta de nuevo al gobernador Padrés, quien no ha dejado de mandarle mensajes al empresario marino de ir juntos en un mismo proyecto, pero como hizo caso omiso, decidió dejarlo a la deriva.
En términos beisbolísticos, el protagonista del Gobierno Ciudadano está “ponchado” políticamente, pues Barro Borgaro ya abanicó tres veces la bola y continúa aferrado en el plato, sin entender que le toca turno a otro jugador.
Primero no pudo obtener la candidatura a la diputación federal. Segundo es que las candidaturas a las diputaciones locales y alcaldía “sentaron” a sus propuestas porque los regidores Martha Patricia y Héctor Rodríguez no son químicamente puros del grupo del Presidente Municipal.
Y tercero es que la actitud beligerante que ha mostrado en su afán de convertir al secretario Luis Alberto Plasencia Osuna en el candidato a la alcaldía, lo aleja cada vez más de la posibilidad de ser llamado al gabinete estatal, como lo ha presumido en público.
La prueba más clara de que varios ya no están en la ruta del Presidente Municipal es que mientras el 29 de octubre posaron en Palacio para “cerrar filas” en torno al Secretario, el 12 de octubre dejaron solo al candidato oficial durante un evento las oficinas del PAN.
Además de este par de regidores, tampoco asistieron a la concentración la diputada Sara Martínez quien va por la diputación federal; el líder campirano Raúl Castelo, carta para el Distrito 17, ni tampoco se asomaron los hermanos Ramírez Rivera. José Alfredo como dirigente municipal y Rodrigo, quien supuestamente declinaría a favor del Chabeto.
Sin embargo, las señales no han sido atendidas y Luis Plasencia sigue en campaña por órdenes de su manager, quien a toda costa intenta “salirse con la suya”, pese a que las distintas encuestas arrojan que su “gallo” no es el mejor posicionado y mejor ni de hablar de capacidades.
Suponiendo que lograran el objetivo, con qué autoridad convocaría a los grupos de militancia azul para que se sumaran a su candidatura si fue el primero que no respetó los acuerdos. Por donde se le vea, una posible candidatura del Chabeto es una aventura fallida.
Este comportamiento alentado por el Alcalde de Cajeme comienza a preocupar a las autoridades del PAN, pues se sospecha que ahora el interés principal de este grupo es debilitar al propio albiazul en beneficio del PRI, tras un pacto con los poderes fácticos del municipio, identificados con No al Novillo.
La cofradía que amenazó vía Recursos Humanos con despedir a quienes no se “alinearan” en torno al “delfín” de Barro se siente derrotada y ahora presiona para llegar a un acuerdo con el Gobernador del Estado, bajo la premisa de que el jefe de la banda posee infabilidad papal.
Mientras eso sucede, cabe la pregunta si al pedir licencia como regidor Héctor Rodríguez, su suplente Luis Alberto Plasencia tomará la batuta o dejará con un voto menos a la bancada panista si decide continuar en la Secretaría del Ayuntamiento. Se abren las apuestas.