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Y lo dicho: No habían pasado más de 24 horas de que el sonorense Manlio Fabio Beltrones decidiera dejar solo a Peña Nieto en la búsqueda de la candidatura del PRI por la presidencia de la República, cuando se dejó venir, como cascada, la parafernalia priista, envuelta en el celofán de la nueva “ cargada”.
Primero las mujeres, las que llegaron puntuales a la cita, al lado de la infaltable CNOP nacional, matraca en mano para no dejar duda quién es candidato, el hombre fuerte de México y del PRI en estos momentos. Y, al igual, como en los viejos tiempos, el ya casi seguro candidato del PRI hizo dos rápidos anuncios que arrancaron el aplauso revolucionario de la concurrencia:
Primero, el que éste domingo estará a la primera hora del día en las instalaciones del PRI para oficializar su registro, sin mencionar en lo más mínimo de hasta su hace unas horas duro oponente, el senador Manlio Fabio Beltrones. En segundo término les dijo a quienes le escuchaban que, “ allá afuera hay nerviosismo en la oposición; nuestros adversarios, están preocupados porque en todas las mediciones se lee que el PRI avanza solidamente hacia la presidencia de la República.
Y siguió y siguió Peña Nieto y ni por asomo se escuchó el nombre de quien horas antes había declinado a favor suyo. En donde no le iría mejor al mexiquense es en la presentación de su libro cuyo título ni caso tiene traer a cuentas. Y eso se encargaría de recordárselo precisamente, el presentador del mismo el periodista Héctor Aguilar Camín, a quien estoy casi seguro que jamás se le volverá a ver en un acto similar al que asista el ex gobernador del Estado de México. Juzgue usted mismo. “ El escándalo público que rodea hoy al PRI— dijo ante un auditorio de pura gente ad hoc del pre candidato—es precisamente por falta de rendición de cuentas contraídas por visibles políticos priistas”.
Se refería, naturalmente, Aguilar Camín, al acuerdo que previamente se hubo pactado entre Peña Nieto y Manlio de que no habría manifestaciones o espaldarazos a favor de ninguno de los aspirantes, candado que, como ya lo reseñamos en días pasados, sencillamente fue desechado por Moreira y el mismo Peña Nieto. A menos que ahora quieran salir con el clásico pretexto de que no estaban enterados. Y enseguida vino lo peor.
Lo anterior, remató don Héctor, “ contradice el corazón del libro”. Se refirió luego Aguilar a la entrampada reforma política, la que sólo—precisó—puede generarse con transparencia y rendición de cuentas. Como quien dice, le advirtió que si no son capaces de transparentarse y rendirle cuentas a sus propios aliados, menos lo harán ante el resto de la sociedad o ante la oposición.
Y también tuvo contra la Gordillo: “ Algo semejante puede decirse de las alianzas electorales recientes del PRI”. Y se preguntó: “ Puede imaginarse una reforma educativa como la aquí propuesta – se refiere al libro—de la mano de Nueva Alianza, el partido político del sindicato magisterial y de su dirigente?” Y remachando el clavo les dijo: “ Los dueños de Nueva Alianza han sido, hasta ahora, más parte del problema que de su solución en el reto educativo de México.
Al verde Ecologista no le fue menos peor:¿ “ Puede esperarse algo en materia de desarrollo sustentable , noción también importante en este libro, de la mano de un Partido Verde del que no sabemos sino escándalos privados y campañas públicas a favor de la pena de muerte”?, se preguntó de nueva cuenta el escritor. En su respuesta, Peña Nieto sólo hizo alusión a la alianza con la maestra diciendo que solo aliado con los maestros es posible enrutar a México en la vía del progreso. De la rendición de cuentas a la que se refirió en su filípica don Héctor, como en el corrido de la Camelia, “ nunca más se supo nada”.
Un estrepitoso aplauso blindó al encopetado precandidato, dando fin al primer acto público del hasta ahora único aspirante priista a la Presidencia por lo que la gente se sigue preguntando si habrá o no juanitos que quieran hacer el caldo gordo al PRI y su candidato en esta ocasión. Ah, por supuesto, ahí estuvieron, como lo han estado a lo largo de tantas y tantas cargadas ( con “ R” , por favor ) los infaltables de siempre; Emilio Rabasa, Alfredo del Mazo, Natividad González Parás, el ex de Nuevo León, César Camacho, ex del Estado de México, Carlos Rojas, la insustituible para estos menesteres, Beatriz Paredes Rangel, la ex del PRI y ex de Tlaxcala y casi segura candidata, -- va de nuez—del PRI a la jefatura del gobierno capitalino; Enrique Martínez y Martínez, ex de Coahuila, el ex gris secretario de gobernación en los tiempos del no menos gris, Ernesto Zedillo, Esteban Moctezuma Barragán y la ya casi ex perredista y ex jefa de gobierno, la chapérrima Rosario Robles y Berlanga.
Y para cargadas y madruguetes, la que acaba de darse ayer por rumbos del PAN Cajeme en donde se acabaron dudas y las vencidas entre Palacio de Gobierno y los suspirantes que acaban de quedarse en el camino. Aquí no hay más fórmula azul que la que encabeza a partir de hoy el Pala Palafox – con sus dudas por aquello de que Cordero termine declinando a favor de doña Josefina—y con él, irían también, por Cajeme, desde luego, Héctor Rodríguez, Marta Patricia Espinoza, el pollo Raúl Castelo, Manuel Borbón, Sara Martínez de Teresa y el premio mayor, a cargo de Eloisa Flores. ¿Alguna duda?
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