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Por Sergio Ibarra
HACE UNAS HORAS, el pueblo de Cadereyta, Nuevo León se convirtió en la escena natural para cualquiera de los crímenes más horrendos y espantosos que jamás hayan imaginado los llamados creadores del cine terror, como Alfred Hitchcock o las mentes más macabras como Charles Manson o Jack --- vamos por partes---El Destripador de Boston.
Mediante una llamada anónima la policía “ descubrió”, unas bolsas cuyo macabro contenido cimbró a la población de Cadereyta; se encontraron ahí 49 cristianos completamente descuartizados, --seis mujeres, entre estos—y de los cuales solo quedaba el dorso. Historias como estas, dejan corta la imaginación de los churros de la actualidad, como el Infierno y, eso sí, meten en serio predicamento a escritores y productores por cuanto a la crueldad y el sadismo empleado, en los hechos reales y que va más allá de la fantasía.
Pero, existe también, otro punto mucho más preocupante aun; los policías del filme, los de la fantasía, pues, suelen ser menos despistados que los de la realidad y los crímenes siguen cabalgando de la mano de la impunidad y la incapacidad de la autoridad, esa que hace mucho descubrió que tales hechos de sangre están relacionados con los ajustes o los pleitos por las plazas, las muchas plazas, y las otras plazas, como diría el bardo, pero en donde nadie hace nada por detenerlos.
Con todo y esto, la evidente incapacidad para investigar o asumir su responsabilidad en el caso, la Secretaría de Gobernación que dirige Alejandro Poiré, el hombre que de vocero de la Carabina de Ambrosio llamada Comisión de Seguridad, llega a la segunda más importante secretaría del gabinete, se ofreció ayer, para, junto con la PGR, brindarle apoyo al gobierno de León, en el referido caso de los 49 muertos. Apoyo, ¿ de qué?, si a casi tres años de la muerte de su primer titular – Mouriño-- y a seis del segundo,-- Blake Mora-- no han podido precisar las “ fallas” de las aeronaves en la que murieron sus dos principales jefes, cómo pensar que van a poder con el paquete de esclarecer la muerte de 49 personas más?...
Después de más de 60 mil muertos, lo que la población quiere, ya a estas alturas, no que nos digan las causas de los enfrentamientos y las muertes, eso lo “ intuye”, cualquier cuico de barandilla, por lo que pagaría la gente, en estos momentos, es ver frenada la ola de violencia por esos mismos personajes a que hicieron alusión, ayer las autoridades, al momento de dar a conocer el hallazgo y de cuyo nombre, cual dijera Cervantes, no quisiera ni acordarme…Y es que, con tantas muertes, tantos enfrentamientos en vivo y a todo color le hacen a uno “ sospechar con el pecho y calcular sin disimulo” que tres de cada diez personas andan armadas por la calle y que el paso que sigue, es la ingobernabilidad…
FIERRITOS EN LA LUMBRE
Y LA MEJOR PRUEBA de que ya ni en su casa u oficina se puede estar seguro, es el caso del colega y amigo, Gerardo Ponce de León, periodista de Hermosillo que en días pasados fue arteramente agredido por un par de sujetos los que, con engaños, se metieron a sus oficinas en donde cobardemente lo atacaron.
Por supuesto que en lo menos que se puede pensar es en el robo, por más que los “enviados” de alguien que mese la cuna, se hayan llevado las llaves de su carro, su cartera y su celular. Eso no se lo creen ni ellos mismos. Tampoco van a convencer mucho con el hecho de que estén pidiendo la intervención de otra de las Carabinas de Ambrosio en México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, con todo y su titular, RAUL PLASCENCIA VILLANUEVA. Como dijo alguien por ahí, en Sonora, ciertamente, en materia de periodismo se trabaja a la buena de Dios y que éste nos agarre confesados a la hora de encontrarse con las hordas azules venidas del mayo. Por lo demás, nuestra solidaridad para con el colega y pedir por su pronto restablecimiento…
Y para cerrar con tema agradable estos apuntes, qué mejor que decirle que la noche de este pasado sábado, tuve la doble dicha de presenciar dos cosas; primero, la presentación, aquí en casa del joven talento obregonense, PACO ZAZUETA, en su faceta de cantante de ranchero, teniendo como escenario el Teatro del Pueblo de la Expo y de cuya presentación, no me cabe la menor duda de que asistí al nacimiento de lo que en corto tiempo será una gran estrella al lado de los grandes de la canción mexicana. Y lo segundo es que, ahí cerquita del escenario, me encontré con don Javier Zazueta, padre de Paco, quien aplaudía maravillado al orgullo de su nepotismo, que diría Jolopo. Al final de la presentación que duró cerca de dos horas ante un lleno en el referido teatro al aire libre, tuve la oportunidad de saludar a Javier a quien no me quedó más que felicitarlo ante el derroche de talento hecho por su vástago. Felicidades, de veras. Y por último, recuerde que la mejor paella de Obregón está a sus ordenes, todos los domingos, llamando a los teléfonos, 6449 97 29 72 y 6444 605651, pídala también para sus eventos especiales o reuniones con la familia.
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