|
El encuentro del candidato del PRI con los periodistas del programa de televisión TERCER GRADO realizado ayer en la noche permitió ver varias cosas:
1.- Después de tener que invertir parte de un programa para explicar y justificarse por la manera en que trataron a Josefina Vázquez Mota, hace un par de semanas, los anfitriones intentaron tratar igual a Peña Nieto, sin embargo, al principio no se animaban a contradecirlo, y para cuando ya lo hicieron era el candidato el que les quitaba la palabra, después de todo al hacerlo hicieron notoria la dificultad del candidato para asimilar la situación de ser interpelado. Sin embargo había una línea que no permitía distinguir la diferencia entre respeto y miedo, entre acuerdo previo para no perder más credibilidad sin llegar al extremo de “balconearlo” de tal manera que se llegara a convertir en un tropiezo más en su campaña.
2.- Los temas fueron los más obvios: la corrupción que a manera de fama publica acompaña a destacados miembros de su partido, los planteamientos de él como candidato ( su decálogo) y por supuesto lo que constituye la gran novedad de esta campaña electoral: la visita a la Ibero y las marchas subsecuentes. El candidato, además de deslindarse de cuanto político corrupto le fue mencionado, insistía una y otra vez en que el tiene manifestaciones en contra pero también a favor, a pesar de que se le cuestiono de varias maneras que su caso es inédito pues siempre ha habido manifestaciones a favor de los candidatos, mas nunca reuniones para repudiar a alguien como está sucediendo con el ahora. Su lenguaje verbal y corporal es el de un político de la vieja guardia, se deslinda de una manera muy obvia de todos sus correligionarios metidos en apuros, gesticula queriendo ser convincente pero usa las palabras típicas del sexenio de Salinas de Gortari.
3.- Ambos llegaron allí en busca de legitimarse. Los anfitriones acababan de recibir de nuevo el embate de una manifestación de estudiantes que les exigen dejen de intentar manipular la información en una actitud que tiene dos semanas de haberse iniciado y el candidato viene de descubrir que es rechazado por los jóvenes universitarios que además no tienen empacho en gritarle ese rechazo. Pero ambos están incapacitados para proceder de otra manera. La televisora líder en audiencia cubre las noticias con tomas cuidadosamente seleccionadas y evitando mencionar la cantidad estimada de los manifestantes que la increpan en sus propias puertas y el otro –candidato puntero en las encuestas- lucha por evitar perder la compostura, insiste en que el sí es diferente, reclama con la vista que le hablen así y casi implora que le creamos con el argumento pueril de que en PRI se está dando un “entreveramiento” generacional. Al asumir esas actitudes dejan ver precisamente la trampa en que la televisora y su candidato se han metido: no les creemos.
4.- En distintos escenarios el dueño de la televisora ha declarado que la parte más importante de su negocio la basa en los jóvenes, no en vano año con año organiza un encuentro con los universitarios que es profusamente publicitado, pero ahora resulta que son precisamente ese segmento de la población, que es mayoría en este país, el que se están revelando contra ellos, de ahí que se encuentren en una verdadera encrucijada: si priorizan su negocio siendo receptivos a los reclamos sociales por encima de una apuesta electoral que, de resultar
ganadora, les daría muchísimas utilidades o si siguen manipulando la información, las encuestas y las coberturas de la campaña. Ellos, expertos en analizar escenarios posibles, saben que si no triunfa su candidato los dejaría en una posición muy vulnerable pues ya no solo no podrían contratarse para crear más candidatos sino que podría ganar López Obrador que es el peor de los escenarios posibles para ellos.
5.- Que es lo que sigue a este encuentro en que lo que parece haberse pactado es, la televisora diciendo: “déjame que te golpee un poquito” porque si no sigo perdiendo audiencia y eso afecta mi negocio. Mientras el candidato respondiendo: “está bien” pero “en la cara no, por favor”, es decir tampoco se vayan a ensañar. Este esquema les abre las puertas en una especie de administración de los daños, para lanzarse con todo contra el único candidato que los ha cuestionado y confrontado por años. Para su mala suerte los argumentos de López Obrador son ahora los de los Jóvenes Universitarios, por lo que el escenario no les es del todo favorable pero si apetecible por tratarse de un candidato casi odiado por algunos de ellos en pleno ascenso electoral. Para los que no se han dado cuenta Televisa no se juega la credibilidad, se juega su negocio. Intentaran hacer una masacre.
6.- Finalmente se pudo apreciar que el gran perdedor es el actual presidente de la república, pues no fue mencionado en el debate y no aparece en este tipo de ejercicios periodísticos. En una especie de paradoja del destino el que se empeñó en ser presidente a cualquier costo y así tener un lugar en la historia, a punto de concluir su mandato no pinta para debatir el futuro. A la candidata de su partido no se le permitió deslindarse de él y la continuidad de un gobierno como el que ha encabezado no le ha dado buenos dividendos electorales. Adicionalmente el candidato del PRI no es percibido como de la oposición sino como el que permitirá la continuidad de un estado de cosas que ya no toleramos cada vez más gente. Fue tanto el esmero de Televisa por hacerlo candidato que ha generado a estas alturas el rechazo por hartazgo, por sospecha y porque contrasta mucho con López Obrador que sin cambiar radicalmente sus propuestas le basto bajarle al tono de confrontación para no solo anular las menciones negativas sino emprender un camino de repunte que al estar a mitad de la campaña permite alimentar la esperanza de que ganara esta elección.
7.- Las televisoras se han empeñado en un juego perverso que le quiere hacer entender a la gente: “Nosotros no decidimos quien de los candidatos gana, para eso se vota. Nosotros decidimos entre quienes decidirán ustedes”. En ese intento han intimidado a gobernantes y partidos e impunemente están abusando de ese poder de influencia en el sentido que mejor beneficios les proporcione.
8.- La rebelión de los jóvenes ha ocurrido en casi todo el mundo de un año para acá, en Europa se les ha llamado “los enojados mexicanos” parafraseando a los “indignados” que surgieron en España. No sabemos hasta donde podrán llegar pero lo que sí es claro es que ya no se detendrán y mientras se mantengan conectados por la Internet cualquier cosa puede ocurrir.
9.- Gane quien gane lo que todos los candidatos se esmeran en prometer es precisamente cambiar este país, sin embargo si el que lo haga se limita a “cambiar todo para que todo siga igual” repetirá una faena que tiene las cosas al límite y que tarde o temprano colapsara. Ya alguien lo dijo: “la revoluciones son imposibles……hasta que suceden. Entonces comprendemos que eran indispensables”.
