En mis asistencias sabatinas a una radiodifusora local para orientar personas en problemas de carácter legal, con frecuencia el auditorio me pregunta situaciones relacionadas con los diversos procesos electorales, pero una pregunta recurrente es: ¿En la actualidad es posible que se ejecute un fraude electoral, es una pregunta interesante y en éste medio, explico la siguiente respuesta:
El fraude tradicional, descarado, prepotente, amenazante, dada la competencia electoral, aparentemente más ciudadanizada que tiene el país desde hace más de 15 años, ha complicado el operar de los delincuentes electorales del viejo sistema, en sus practicas de robo de urnas, acarreos descarados, compra de votos, etc, pero eso no significa que el fraude electoral haya desaparecido, en realidad solo se ha modernizado, vamos por partes:
Para que arriesgarse a practicas fraudulentas tradicionales en un proceso electoral cuando se pueden operar con más “refinamiento”?
Acaso los medios modernos de comunicación solo sirven para la publicidad, noticias deportivas, de espectáculos e información general?
Claro que no! Con asombro vemos por televisión, radio, periódicos e internet, como se ha concentrado en ellos, las nuevas versiones del fraude electoral, ya no se busca al elector de manera directa, ahora se le busca influir masivamente, viciar, confundir, alterar o desaparecer su intención de voto, como?
Pues de inicio con las ya famosas campañas negras, con la que se intenta y frecuentemente se obtiene masacrar, linchar mediáticamente a un candidato que resulta incómodo.
Parte del menú que se utiliza para la confusión del elector son también las “Encuestas Electorales” que pagadas por grupos de poder como monopolios televisivos, algunos grandes empresarios y los infaltables parásitos del poder político, indican quien tiene mayores posibilidades de triunfo, pero no olvidemos que las encuestas, ya sean maquilladas o serias NO SON VOTOS, solo se intenta medir la intención del voto, pero hasta ahí llegan, pero Ciro Gómez Leyva, Héctor Aguilar Camín, Ricardo Alemán, entre otros mercenarios mediáticos, consideran que la elección presidencial, dados los resultados de las encuestas, ya está decidida.
En tal contexto, un estudio reciente, arroja como resultado que 43% de entrevistados, considera que se está fraguando un fraude electoral y aquí es donde aparece otro elemento que conforma la nueva forma de engaño para influir en los electores:
“Los intelectuales e informadores mediáticos”, inmediatamente después de conocerse ésta información, uno de ellos, Jorge Castañeda, argumenta que Andrés Manuel López Obrador, con su cantaleta del fraude electoral, ha influido para que se de ese alto porcentaje de personas que consideran que habrá fraude, pero en su precipitación, solo abona en beneficio de ese candidato, ya que se puede inferir que gran parte de ese 43% piensan votar por él, lo que obviamente no cuadra con el porcentaje que arrojan “encuestas” que indican que un 42% votaría por Enrique Peña Nieto.
Para concluir, coincido con Arnaldo Córdova, analista político del periódico “La Jornada”, de que todas las maquinaciones, componendas, arreglos, trampas, practicadas por los altos grupos de poder económico y político, constituyen una conspiración en contra de los intereses de la mayoría de los mexicanos, conspiración que implica un conjunto de conductas que se pueden tipificar definitivamente como delito electoral grave, mismo que debe ser severamente castigado, y su existencia es evidente, pruebas sobran, pero esto, lo dejaremos como materia de un artículo posterior.