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En los anteriores escritos he insistido en que los más sesudos analistas de los EUA coinciden en que el rezago educativo es el principal responsable de la Gran Recesión. Sostienen con absoluta razón que suactual crisis económica, social, política y moral inició hace 30 años con la imposición del modelo económico Neoliberal.
Coinciden en manifestar que la consecuencia más negativa y trascendentaldel nuevo modelo económico es el deterioro del sistema educativo, que al perder presupuesto, importancia y eficiencia trajo entre otras consecuencias la inevitable pérdida en lacalidad ciudadana de la gente mayor de 21 años y un notable rezago en la capacidad productiva de la población trabajadora.
Y enfatizan unánimemente que es todavía más lamentable la degradación de los valores morales fundamentales que caracteriza y alarma a la sociedad norteamericana actual.
La medición de la eficiencia de los sistemas educativos de los países se realiza con la prueba PISA (Programmefor International StudentAssessment) que efectúa cada 3 años la Organización de Países para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este examen que convoca a muchísimos países se centra en evaluar los conocimientos de los jóvenes de secundaria en matemáticas, ciencias básicas y comprensión de lectura. Lo más importante de este examen es que se comparan sus habilidades para aplicar dichos conocimientos en la resolución de problemas de la vida real.
Contra lo que la mayoría de la gente del mundo piensa, en materia de educación de calidad los EUA han cedido posiciones y en el último examen PISA (2010) se ubicó en la posición 17, muy por abajo de Shanghai (China), Singapur, Hong Kong (China), Corea, Taipei (China Nacionalista), Malasia, Finlandia, Suiza, Japón y Canadá, que ocupan los primeros lugares. México ocupa la posición 47 de 90 países, por si se lo está preguntando.
Un dato importante: esa posición mediocrede los EUA en el Concurso PISA coincide con la posición actual que tienen los EUA en lo que a crecimiento del PIB se refiere. Los países asiáticos son líderes también en ese rubro, al punto que China ya es la segunda potencia económica mundial. Interesante ¿no es cierto?. Y ni hablar de los espectaculares logros económicos de Japón y Corea.
Pero el problema educativo de los EUA es más serio de lo que parece cuando se cae en la cuenta que hay una notable diferencia educativa entre sus poblaciones blanca,afroamericana y latina que complica muy seriamente las cosas, privando de oportunidades económicas y sociales a una proporción mayoritariade la población, precisamente la que tiene las condiciones socioeconómicas más débiles.
Esta desigualdad en la educación, como en otros rubros importantes del Bienestar, crece aceleradamente y se manifiesta en registros cada vez más alarmantes de pobreza y criminalidad, complicando el presente y futuro de ese país.
A mí en primera instancia me impresionó la actuación escolar deplorable de los niños y jóvenes de Norteamérica pero después encontré respuestas en las fallas notables de su sistema educativo, que ha perdido calidad en todos los aspectos. Los niños y jóvenes estudian cada vez menos horas al día y menos días al año, comparados con los asiáticos. Los contenidos de los programas educativos son insuficientes y deficientes y los maestros han sido degradados laboralmente, perdiendo incentivos y apoyos para el cumplimiento de sus delicadas funciones.Un verdadero desastre.
Una recomendación excelente le hago, estimado lector: lea el libro BASTA DE HISTORIAS, del brasileño Andrés Oppenheimer, que en 2010 muestra y compara con amenidad los diferentes sistemas y logros educativos en los principales países del mundo. Se sorprenderá, se lo garantizo.
Regreso al tema ofreciéndole un ejemplo que lo ubicará en la dimensión correcta del problema: los niños y jóvenes de secundaria y preparatoria de EUA tienen niveles injustificados delibertinajeen el uso de la tecnología de la comunicación y el entretenimiento, Son todos ellos adictos compulsivos y por esta simpley contundente razón sus resultado escolares son absolutamente insatisfactorios.
El 21 de noviembre de 2010 el periódico THE NEW YORK TIMES publicó lo siguiente: un(a) estudiante común de los niveles secundaria y/o preparatoriaescribe ¡Al mes! un promedio de 2,700 mensajes (correo electrónico, Facebook y teléfono celular). Sin considerar extensión de los mensajes. Ni horario, porque suelen escribir de madrugada, quitando horas al descanso.
¿Le parece exagerado? Al respectole presento algunos de los resultados de un estudio que publicó la Fundación Familiar Kaiser el 10 de enero de 2010. El estudio detalla la manera brutal en que ha crecido el uso y abuso de los medios tecnológicos de comunicación y entretenimiento entre los niños y los adolescentes en el periodo 2005 – 2010. Asómbrese usted:
“En la actualidad, los niños y adolescentes con rango de edad 8 – 18 años dedican en promedio 7 horas 38 minutos de cada día hábil (de escuela) al uso de los instrumentos de comunicación y entretenimiento. Lo anterior significa más de 53 horas a la semana. Pero si se consideran por separado y se suman las dos o tres tareas que realizan al mismo tiempo (juegan, chatean, hablan por teléfono), entonces la suma del tiempo diario se eleva a 10 horas y 45 minutos” ¡Mucho más de una jornada laboral!
El estudio muestra que los adolescentes “pesados” en el uso de la tecnología (47% de la muestra) tienen un desempeño muy deficiente en la escuela. Los que usan la tecnología en términosnormales (23% de la muestra)tuvieron calificaciones en rango de “normales a superiores”.
Otros datos del estudio que es conveniente comentar:
i) en 1960 los estudiantes de secundaria estudiaban un promedio semanal de 24 horas. En 2010 el promedio había descendido a 14 horas (42% menos)
ii) en el periodo 2005 – 2010 la lectura diaria de libros cayóa 25 minutos solamente. Y la lectura de revistas y periódicos apenas alcanza 9 y 3 minutos, respectivamente; y en el mismo tenor
iii) solamente el 23% de los jóvenes lee algún periódico.
Comenta una estudiante entrevistada que le es “muy difícil estudiar porque no puede resistir la tentación de atender sus llamadas y mensajes …” Usted, lector, si tiene hijos(as) de esta edad ¿Qué opina al respecto? Una pregunta directa y atrevida: ¿acaso cuando les habla, sus hijos le prestan la atención respetuosa que se merece un padre o una madre? ¿De verdad dejan los aparatos (computadora, celular, Ipod, Ipad) sin protestar para charlar con usted, para estudiar o cumplir alguna instrucción que les da? Si lo logra, lo felicito y le sugiero escribir un libro para participar su técnica al mundo cada vez más preocupado de los adultos.
Aclaro que los trabajos comentados aquí, realizados con niños y jóvenes de los EUA, tienen resultados muy negativos y desalentadores. Pero le aseguro como maestro, lo mismo de Universidades públicas que privadas … que esos resultados no son muy diferentes a los de nuestros niños y jóvenes. Créamelo. No exagero y usted como padre puede comprobarlo en casa, para no ir muy lejos. Hágalo y luego me participa sus impresiones.
Concluyo con una declaración muy atrevida que tiene el inconveniente de que injustamente pega parejo, sin hacer las distinciones pertinentes: los padres somos irresponsablemente per-mi-si-vos con nuestros hijos. No los podemos educar, someter y conducir adecuadamente y exigimos que los maestros y/o el gobierno hagan la tarea que a nosotros como padres, nos corresponde realizar. Le pregunto: ¿está de acuerdo … o me excedí?
ESCRITORIO ECONÓMICO
M.N.I. Jaime E. Mondragón M.
