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James Bond se pone nostálgico
Por Alan Inclan
Acaba de estrenarse en las pantallas de la ciudad Skyfall, la esperada nueva entrega de la franquicia más taquillera en la historia del cine: la saga del 007.
Desde que la franquicia se renovó con la excelente Casino Royale en el 2006, con un Bond que cambió de rostro, el de Daniel Craig, ha causado controversia no sólo por la selección del actor sino por el giro que ha tenido el personaje en cuanto a su temperamento y que le hayan quitado mucho del carácter del clásico Bond, ahora un Bond que en Skyfall se pone nostálgico.
Nostálgico en cuanto que ahora el famoso agente británico es sentimental, menos glamoroso, ya no utiliza los míticos gadgets que le proporcionaba Q; ya no es el que no se despeina mientras dispara en una persecución en auto, o el que utiliza los ingenuos gadgets que le proporcionaba Q cómo un reloj con laser o que el lujoso auto de Bond se maneje a control remoto o tire de un paracaídas si cae de una barranca.
Para los nostálgicos del clásico estilo de Bond –comenzando con el Bond de Sean Connery hasta Pierce Brosnan- en Skyfall hay muchas referencias y auto homenajes del primer Bond se encuentra a lo largo de la trama. Es un filme nostálgico en el sentido que ahora plantea la problemática de la lucha entre lo nuevo y lo tradicional, bueno, aparte que tiene que luchar con un villano experto en ciber terrorismo en busca de vengarse de M, la jefa de Bond.
Volviendo con lo del personaje de Bond, ahora es un personaje con dos nuevas características que corresponde a uno más apegado a los tiempos de hoy: Es más realista, no es glamoroso sino que se ensucia y ya no tiene esa distancia emocional que caracteriza la tradición del temperamento británico. Incluso hay un par de alusiones en Skyfall en una conversación entre Bond y Q. burlándose de los antiguos gadgets de la saga.
También, por el otro lado Bond es un nacionalista, un británico fiel de la vieja escuela del espionaje –sólo necesita un traje Armani, una pistola y fidelidad a su nación-.
Bond también es fiel a su jefa, M que representa el estilo antiguo de la agencia de inteligencia. Es de notar que en este film a diferencia de los anteriores, el despliegue tecnológico no se ve tanto, es decir ya no se ve la parafernalia de la tecnología de punta como en la anterior Quantum of solace y Casino Royale.
Hay un par de escenas simbólicas en Skyfall siguiendo con la idea de la nostalgia: en la base del villano es todo una zona urbana abandonada, post-apocalíptica, lugar donde antes fue la urbe ideológica socialista en donde se ven esos edificios de estilo brutalista –arquitectura que apostaba por disolver las clases sociales- ahora son edificios abandonados, decadentes junto con inmensas estatuas con clara alusión a las imágenes de la unión soviética.
Y Dentro de este panteón del viejo mundo utópico se resguarda el nuevo orden mundial: una gran computadora que puede accesar y alterar cualquier cosa en el mundo.
La amenaza en Skyfall ya no es salvar al mundo o salvar el pellejo de M sino ahora Bond más que nunca tiene que reafirmar la tradición nacionalista británica ante un mundo global y que cada vez se vuelca hacía lo cibernético que disuelve todo nacionalismo.
Bond tiene que mirar al pasado para no caer en el vértigo del tecno-fetichismo para ganar la misión que tiene. Esto lleva a otro aspecto simbólico en la cinta: Bond ya no tiene que recurrir a la tecnología para combatir al villano sino tiene que salvar el día al viejo estilo, sólo un par de escopetas y recurriendo a viejas tácticas de emboscada al enemigo.
Bond en Skyfall sin duda se pone nostálgico, un personaje que cumple cincuenta años que ya presenció los drásticos cambios históricos del siglo XX –desde la guerra fría hasta la caída del muro- y entrando al siglo XXI con la caída de las torres gemelas. Pero aún se mantiene muy presente en la cultura popular, llamando a las masas a llenar las salas de cine
¿Qué es lo que lo vuelve inmensamente popular? Todavía no lo sé pero sin duda todavía tenemos Bond para bastante rato y aunque en Skyfall el personaje se pone nostálgico se agradece que paradójicamente se encuentre tan vigente hoy en día.
