No odies a tu enemigo, porque si lo haces, eres del algún modo su esclavo.
Jorge Luis Borges, del "Evangelio Apócrifo".
Cuando iniciaba sus labores como diputado federal, el hoy alcalde Rogelio Díaz Brown daba cátedra a un grupo de reporteros locales de cómo él y sus compañeros de la Cámara de Diputados se cargaban de ánimo para superar la mala reputación que entre la población tienen los legisladores.
“Es cuestión de darte un baño, sacarle brillo a la concha y salir a chambear con ganas”, contaba jocosamente la receta el presidente municipal, en tanto que sus interlocutores le celebraban más por compromiso que por sus cualidades de narrador.
Ya pasaron varios años de la anécdota, pero continúa con la misma estrategia, solo que con una pequeña diferencia: la crítica ya no se reparte entre 500 miembros sino que se concentra en su persona, de ahí que ante el mínimo cuestionamiento responda que “es parte del golpeteo de nuestros adversarios”.
Es un caso parecido al de Guillermo Padrés, que al igual que Díaz Brown, antes de llegar el poder ejecutivo nunca fueron líderes de algún proyecto y brincaron de congreso en congreso, acostumbrados a las críticas hacia la institución de la que formaron parte, pero muy poca o nula hacia el desempeño personal.
La otra similitud es con relación al gabinete. Al gobernador Padrés ya nadie le cree que hará cambios aun cuando ya quedó demostrado que sus colaboradores, como funcionarios públicos salieron muy aptos para formar parte de la Selección Mexicana de Fútbol.
Por su parte, el Alcalde de Cajeme se la pasa consultando sobre su equipo, pero nada hace con el diagnóstico nada favorable en la mayoría de las áreas y por lo visto ya padece la misma “temblorina” del ejecutivo estatal, esa que da prioridad a la lealtad sobre la capacidad, muy útil en lo personal, pero no en el ejercicio de gobierno.
Otra más se refiera al comportamiento de la simulación, esa cualidad que aunque está en el ADN de los mexicanos, es más notoria en la clase política. Estamos a un mes del famoso café en Navojoa entre ambos personajes y por lo visto no sirvió de mucho porque las señales no son alentadoras.
Tras el evento, el mandatario estatal afirmó que ahora sí va “trabajar de la mano” con el alcalde, pero los recursos del Común no llegan y aplica una estrategia electorera para proyectarse como “salvador” del municipio, lo que se interpreta que sigue el “castigo” hacia el novel presidente municipal, quien se sumó al vacío que su partido le hizo al informe del cananense.
Pero lo más grave de todas las semejanzas, es la creciente proclividad de Díaz Brown de violar la Ley, eso que tanto critica a Padrés Elías, aunque lo cierto es que ambos han cometido sus “pecadillos” al momento de aplicar su plan de comunicación para difundir sus informes de este año.
Ninguno cumplió con lo establecido en artículo 134 constitucional y el artículo 225 del Cofipe, que regulan las formas y los tiempos de la propaganda institucional, pues mientras el gobernador se adelantó en utilizar su nombre en los spots de los pre informes, el alcalde rebasó los tiempos permitidos.
El artículo 134 prohibe a las autoridades de los tres órdenes de gobierno que en su propaganda incluyan nombres, voces, imágenes y símbolos de servidores públicos, salvo una excepción regulada en el 225 de la ley electoral, que autoriza hacerlo para sus informes de gobierno, pero sólo 13 días (siete días y 5 después del evento) y en medios de cobertura regional.
El gobernador estuvo el 24 de septiembre en Cajeme para rendir un preinforme a sus “aliados”, pero a los pocos días salió en radio un spot que exponía la visita al Refieson y cerraba con el nombre de Guillermo Padrés Elías, lo cual es violatorio, si partimos que el 14 de octubre dio su informe, entonces la promoción de excepción abarca del 7 al 19 de octubre, pero no antes.
A nivel municipio, si el informe fue el 16 de septiembre, la promoción debió ser del 9 al 21 de septiembre, pero resulta que hasta el miércoles 16 de octubre, el spot donde el alcalde habla del cambio de 26 mil luminarias por tecnología led, seguía en la pauta de una radio FM de Obregón. http://www.youtube.com/watch?v=1U1jD4Q1vng
En síntesis, el alcalde de Cajeme le dedica tanto tiempo y esfuerzo al gobernador de Sonora que cada vez se le parece más en su acciones, una especie de mimetismo político involuntario, que ni Luis Echeverría lo hubiera hecho mejor, al uniformar a la alta burocracia con sus legendarias guayaberas.
Por ahora, hemos visto valor para la bravuconada o fanfarronear, pero sin respeto ni convicción para cumplir con la Ley, sin embargo, lo que debiera considerar el presidente municipal es que el mandatario estatal está en “la lona” en términos de credibilidad y al imitarlo, de seguro tendrá el mismo destino.
Nada más falta que “el Roller” nos sorprenda con un trending topic en Twitter, muy al estilo de Padrés, ahora que le salió lo “gandalla”, al recetarles a los proveedores la sentencia de “debo no niego, pago, no tengo”. Y ni modo de embargar a un gobierno en quiebra como el Nuevo Sonora…Es cuanto.
