Extrañó que al gobernador Guillermo Padrés “se le escapara” (no había necesidad) y dijera que en su momento le gustaría competir por la dirección nacional del PAN que maneja y de seguro seguirá manejando una vez que logre la reelección, Gustavo Madero.
Sin embargo, el pronunciamiento se entendió en dos carriles:
Por un lado enviar el mensaje claro a todos los panistas sonorenses comprometidos con él que no olviden que el quinto no será el año más débil de su gestión, sino el más fuerte. Que no olviden que es el jefe y que trae una consigna de brincar al CEN del PAN cuando termine su sexenio (padece el síndrome del estadista que les pega a los gobernantes en este año) y con ello afianzar la esperanza de colarse en la lista de posibles contendientes de la lejana presidencia de la República, cargo al que se sienten seguros por competir todo gobernador panista, pero con mayor fuerza el de Puebla, su amigo del alma.
Y después de esta declaración vinieron los sentones de aquellos que pensaban tener alguna posibilidad de contender por algún cargo de elección popular.
En una segunda vertiente, se envió y de seguro llegó esta declaración al fuerte grupo del ex presidente Zedillo que mantiene a la cabeza a Ernesto Cordero como contendiente con el fin de pintar una raya real, lo cual para nada debió gustarle al ex secretario de Hacienda y compañía el cambio de leana, la traición pública, del gobernador Padrés y esto traerá algún tipo de consecuencias, como por ejemplo el hecho de proporcionar la información del expediente negro que se tiene sobre Guillermo Padrés Elías en el cajón de Peña Nieto.
Ricardo Alemán, en su columna ‘Itinerario Político’ de El Universal, publicó el pasado domingo:
“Por tanto, los panistas de los grupos políticos de Gustavo Madero y de Ernesto Cordero tienen una larga y retorcida cola que les pisen. Y pragmático como es, el gobierno de Enrique Peña se encargó de recopilar evidencias del cochinero azul en la última década. Por ejemplo, tiene suficiente combustible para una pira que quemaría a los azules no sólo de los dos bandos, sino de gobiernos como Sonora, en donde las pillerías están a la vista de todos”.
¿Quién cree estimado que proporcionó más leña al fuego? El pacto afianzado de unos meses para acá entre Padrés y Madero tendrá sus pros y contras. A favor el gobernador tiene el hecho de que sus candidatos padrecistas serán aprobados por la comisión especial del ejecutivo nacional del PAN que se formó para otorgar el visto bueno a los aspirantes sin el cual, se corre el riesgo de que se atore la piola.
En contra tiene Padrés a aquellos que también quieren ser candidatos y que no tienen el visto bueno del gobernante dentro del mismo PAN en Sonora. En otras palabras, ser un panista actualmente es estar en la lista de devaluados si no se apegan a lo que dice el patrón. Se acabó la democracia señores albiazules.
Expliquémonos, de afuera hacia adentro y de arriba hacia abajo:
Primero, apoyado por aquel grupo de empresarios de Monterrey desde el inicio de campaña, Padrés Elías orquestó el aprovechamiento de las curules federales pluris para gran parte del círculo de sus amigos: Roberto Romero, Moisés Gómez Reyna, Agustín Rodríguez, Clemen Elías, entre otros.
Negoció con Madero la inclusión en la lista que deberá presentar el CEN del PAN un mínimo de cinco pluris. Se había mencionado a la esposa del secretario de Gobierno, Mónica Robles, pero luego se desechó pues será electa para que contienda vía elección institucional por el séptimo federal, el de Máximo Othón.
A su vez, la intromisión del grupo padrecista en elecciones de otros estados del país tuvo la intención de tejer la red de gente apoyada con dinero de los sonorenses para que más de una treintena de contendientes logren obtener candidaturas y posteriores victorias en diputaciones federales de los dos estados bajacalifornianos, Sinaloa, Michoacán, Oaxaca, Coahuila y Puebla. Ese caudal de diputados federales serán los que sostendrán la base y futuro político de Padrés Elías.
De hecho y en base a esta estrategia, la posición de Alejandro López Caballero—a quien también sentaron—, es la de irse y ocupar la secretaría de organización del CEN del PAN, para que le guarde el puesto en su momento a Padrés. Por eso “El Canito” no podrá contender para ningún cargo, pero ya lo sabía desde que buscó y logró la alcaldía de Hermosillo.
Por cierto, si amarra el gobernador las cinco diputaciones pluris, Gómez Reyna daría paso a que entrara Javier Neblina como candidato, lo cual es lo más lógico. Un detalle y desde esta perspectiva: Damián Zepeda va a quedar fuera de la candidatura por la alcaldía pues no es ni agua ni pescado y Alejandro López Caballero no lo quiere y en cuanto a Gildardo Real, la otra candidatura a diputado federal será para él pues Javier Gándara será quien dirija su propia campaña y no necesita un coordinador general.
El mismo gobernador y su círculo rojo, manejan la creencia de que ya se negoció la gubernatura y que Ernesto Gándara estará fuera de la jugada en el PRI.
De allí que la estrategia sea golpetear con todo la figura de la senadora Claudia Pavlovich para que tome mayor fuerza el nombre del diputado Antonio Astiazarán a quien apoyarán con todo para que se eleve su puntaje.
Así y en una negociación que “ya se está cocinando”, según los que saben, será el candidato a la gubernatura Toñito—no Samuel Moreno, conste—, con una Claudia a la que se le ofrecería en bandeja de plata la alcaldía de Hermosillo quien contendería contra un candidato panista débil.
Incluso, a mediados de la campaña, pudiera ser hasta sacrificable como lo es Enrique Martínez, el titular de la Comisión de Agua a quien están impulsando como locos y se valen de todo, hasta de ese programa que se realizará en marzo, pero desde ya han pegado miles de pendones en la capital sonorense lo cual será polémico.
Ahora bien y en cuanto a la democracia muerta en el PAN, se permitirá que haya algunas olas pero controlables como la que quieren impulsar David Figueroa—que quien sabe dónde andará—, Francisco García desde Cananea y Gustavito de Unanue con la fantasmal corriente PAN 19-39 que sirvió para fortalecer en cargos públicos o con algún otro tipo de canongías a quienes la iniciaron.
En cuanto a Javier Gándara, ya se maneja como un hecho que es el ariete del empresariado sonorense para tenerlos en la mano y cuyo poder fáctico es controlable. Una prueba de lealtad—los que quedarán en la lista buena—, será la campaña contra algunas disposiciones del presidente Enrique Peña Nieto, sobre todo reformas hacendarias y los que jalen serán los buenos del siguiente sexenio y con ello enviarán un mensaje de fortaleza y unidad en torno a al empresario panista y el señalamiento claro de que deberán unírsele.
Claro, el análisis conlleva una fuerte dosis de pragmatismo, pero es lo que se maneja adentro de tal forma que el plan solamente puede caerse si Peña Nieto define que la tierra de Luis Colosio debe recuperarse para el PRI.
De allí la necesidad de Padrés y Javier Gándara de establecer mayores y rigurosas campañas de empresarios contra las polémicas medidas para que el Jefe de la Nación sienta un rechazo real y no venga con sus ideas a Sonora.
