Te comentaba que la obsesión actual es por el dinero fácil. Pero debo decirte que el enriquecimiento es una obsesión que se torna en frustración para los más de los egresados de las universidades. El mundo laboral y empresarial está reñido con los ensoñadores y prefiere a los realistas, a los que están dispuestos a forjarse un futuro, aportando en tiempo y forma las cuotas de sacrificio que el éxito demanda.
Dejando de lado las ilusiones y centrándonos en el mundo real, la economía global tiene un acelerado ritmo de cambio. Simplemente y a manera de ejemplo, te comento que la producción de mercancías se rige por un proceso que reduce la magnitud de las mercancías y ahora sucede que los artículos más caros en el mercado son cada vez más sofisticados y pequeños. ¡Ah, la nanotecnología!
Abundando en el mismo tema conviene apuntar que los contenidos inmateriales de las mercancías son los que le agregan la mayor parte de su valor/precio, como las patentes (I+D), regalías, franquicias, transportación, marketing, publicidad, etc.
Y todo este universo de cuestiones inmateriales de alto costo y precio tienen un factor común: son producto del ingenio. Disculpa: quise decir del Conocimiento.
El Conocimiento está cambiando la economía y está revolucionando al mundo. Con su concurso, las empresas están abandonando los gigantismos que las caracterizaban y prestigiaban y están adoptando y ejerciendo muy complejos pero efectivos procesos de downsizing, outsourcing, homesourcing, offshoring, informing, branding, benchmarking y un largo etcétera, que les confieren más eficiencia, costos más bajos y mayor calidad en los mercados globales tan competidos en que participan.
Otra cosa muy apantallante te puedo agregar: en las empresas los dueños ya no dirigen. Por lo regular, ni se conocen. Ahora los propietarios son los poseedores impersonales de las acciones que ceden a la tecnoestructura (los directivos contratados) la función crucial de decidir y operar. Y te aclaro que este es el mundo real, actual y desarrollado de los negocios en el que quieres trabajar y ser triunfador al concluir tus estudios universitarios. ¿Complejo, no?
¿Quieres un dato más de la nueva economía? Cuando compras un librero, en la tienda te lo entregan en cajas para que te lo lleves en tu vehículo a tu casa y lo ensambles en tu rato libre. Por tu participación en el proceso de la producción recibes una recompensa que está implícita en el precio: es más bajo que si lo deseas armado y entregado en casa. Por este trabajo tuyo en el librero te has convertido en un prosumidor (eres productor/consumidor) ¡Felicidades!
Pero otra vez te advierto: nuestro mundo cambia a una velocidad que supera nuestra capacidad de adaptación. La actualidad que vivimos es crecientemente efímera. No podemos estar al tanto de los muchos cambios y menos todavía aprovecharlos. Pero sí podemos y debemos especializarnos para mantenernos al día de las innovaciones en campos específicos del Conocimiento. O tratar al menos de no rezagarnos de las novedades.
Al respecto, siento obligación ética de aclararte algo crucial: en la Universidad no te estamos haciendo profesional de nada. De nuestras aulas saldrás como persona con estructura mental educada, con capacidad para aprender si te lo propones. Y el ejercicio de aprendizaje es un proceso continuo, lo que quiere decir que no tiene descanso ni final: si lo acotas o le das ritmo lento, saldrás de la competencia. Como suelen decirlo ustedes muy coloquialmente: Es tu bronca.
Toma debida nota: Nadie te expulsará del juego. Tú sólo te estarás descalificando. En cambio, si te mantienes actualizado en los conocimientos (innovaciones) de tu profesión, tu calidad profesional y tu cotización en el mercado se incrementarán notablemente. Y obvio: gozarás de más y mejores opciones de (auto)empleo.
La competencia es cada vez más fuerte. Es agresiva y despiadada, aunque las palabras te suenen violentas. No son exageradas, te lo aseguro. Vale más que lo sepas desde ya y te prepares para ese mercado globalizado de profesionales en que sólo triunfan y permanecen los más capaces.
Una pregunta: ¿has leído a Darwin? No dejes de hacerlo para entender una Ley fundamental de la vida: Hay que adaptarse a los cambios de la naturaleza. Y de la economía, me permito agregar. El que no se adapta … desaparece.
La tecnología, producto del hombre, se está volviendo contra su creador. Ahora nos desplaza del proceso productivo. ¡Imagínate nomás: tu empleo desempeñado por una lata con sesos artificiales que cobra menos que tú, que no descansa, no exige prestaciones ni asiste a funerales de parientes cercanos y remotos!
Con decirte que estos engendros metálicos parecen aliarse con chinos, indios y Walmart para quitarnos la chamba. No te quiero inculcar odios xenofóbicos, pero de una lejanía cada vez más cercana y presente nos están dando señales perentorias ¨para que nos pongamos las pilas¨.
Mejor que lo sepas: voluntaria, o involuntariamente si así lo prefieres considerar, estamos inmersos en un juego muy peligroso para unos y tan lleno de oportunidades y beneficios para otros (individuos, empresas y países por igual) que se llama globalización. De esto mejor ni te cuento, que tú eres un producto genuino de ella. Por cierto: la globalización es una imposición, no una elección.
Identifícate bien: ¿Qué eres o te gustaría ser? Yo te digo: eres un típico integrante de la ¨Generación Y¨ en su segmento tardío. Si deseas más información al respecto, busca en Google y encontrarás tu perfil. Te verás reflejado en un espejo que te mostrará que no eres atípico. Eres un Homo economicus, como todos los habitantes del planeta globalizado. Y por ser joven actual, también eres un Homo internauticus. ¿Sabes a lo que me refiero, o te lo envío por tweet?
Eres como la inmensa mayoría de jóvenes y solamente te puede distinguir el ejercicio de tus competencias profesionales y especialmente, tu Actitud frente a la vida. Y no tomes lo anterior como sermón. No te sientas regañado.
Te lo puedo decir de una manera más franca: hay un odioso proceso de homogenización que nos está haciendo más parecidos (iguales) a los individuos del mundo. La intención oculta es que en el tiempo los habitantes del planeta seamos comunes en la conducta, en la cultura, en la ideología, en el conocimiento. Y todo ello con fines económicos y de control político. Lee el libro de George Orwell titulado “1984” y sabrás con horror de lo que te hablo.
Y de esta cuestión tiene mucha culpa el Internet, que es la mejor herramienta que tiene el nuevo modelo mundial que nos hegemoniza (domina) y endemoniza.
Pero ¿sabes qué…? No tienes que ser víctima inexorable de un futuro calamitoso. Eso déjalo para los que no estudian; para los que se han hecho analfabetos funcionales por voluntad propia porque no leen (¡Cuidado, su enfermedad es muy contagiosa y peligrosa. No mata: idiotiza); para los que no se actualizan; para los que no generan, buscan y aplican el ¨conocimiento de punta¨. ¡Para los ¨loosers¨, para que me entiendas! Por cierto: odio este anglicismo.
Pero tú, mi estimado joven universitario, eres poseedor de un talento educado. Tus competencias te ofrecen opciones muy diversas y atractivas que debes encontrar y aprovechar. Tú eres universitario (¡No lo olvides!) y esta elevada calidad te confiere la capacidad para acceder a estadios superiores de desarrollo personal integral.
¡Ah, pero aguarda! En mi función de maestro te recuerdo una cuestión ética que no debes eludir: tienes un compromiso muy grande con los desposeídos, con los que no tienen, ejercen y disfrutan el privilegio de estudiar en una Universidad. Tus competencias adquiridas debes emplearlas para generar opciones de bienestar para ti y los demás. Ello hará un México seguro.
La prosperidad de todos, te garantizará el entorno adecuado para que disfrutes una vida más plena y rica en contenido. Es tan fácil de entender y sin embargo parece haber egoísmo exacerbado, incomprensión o ignorancia general.
Mi querido estudiante universitario: he abusado de tu tiempo y debo concluir este escrito. Todo lo que te he dicho implica que debes aprender algo útil todos los días. Lo ratifico: Aprendizaje continuo es el secreto del triunfo en este mundo tan demandante. No debes esperar a que alguien te enseñe: Tú debes aprender. Por ti y para ti. Y no sólo debes adquirir conocimiento: también debes crearlo y saberlo vender para que adquieras valor profesional en esta sociedad basada en el conocimiento.
Por cierto: ¿sabes cuánto vales?
ESCRITORIO ECONÓMICO
M.N.I. Jaime E. Mondragón M.