Inquieta a militantes del PAN en Cajeme, que se trastoquen los tiempos electorales y que se ignore a quienes aspiran a cargos de elección popular
Bernardo Elenes Habas
Hay desconcierto en las entrañas del PAN Cajeme. Incluso, varios integrantes de su nomenclatura directiva, operadores políticos y aspirantes a cargos de elección popular, quienes esperan confiadamente los tiempos electorales y sus respectivas convocatorias para actuar dentro de la legalidad, se topan con la novedad de que alguien –desconocen si del interior o del exterior de las siglas blanquiazules- está forzando esas reglas, provocando muchas dudas entre la militancia, y lo más grave, sin que la estructura de mando (Juan Valencia Durazo, Emmanuel López Medrano, en los niveles estatal y municipal), salgan a detener la inestabilidad que les preocupa, quizás porque se sienten igualmente sorprendidos.
El problema estriba, señalan miembros del instituto azul, en que habiendo hasta el momento seis viables aspirantes con militancia efectiva a la candidatura por la alcaldía de Cajeme, es decir, Luis Alberto Plascencia Osuna, Rodrigo Ramírez Rivera, Sara Martínez de Teresa, Fructuoso Méndez Valenzuela, Francisco Villanueva Salazar y Jesús Félix Holguín, asimismo un pretenso surgido de la sociedad civil, el empresario Gustavo Almada Bórquez, solamente dos personajes de ese listado trastocan los tiempos y mantienen una labor sugerente ante las bases panistas y la ciudadanía en general: El Chabeto Plascencia y Almada Bórquez.
Esta situación inexplicable, dicen, incomoda a panistas que no comulgan ni con Plascencia ni con Almada, porque perciben que se gesta un proceso de imposición, desactivando, de entrada, la alternativa de las bases en su responsabilidad de elegir candidatos; pero también, enviando señales de que podría tratarse de una “línea” madurada en los fríos e inescrutables niveles de los compromisos políticos y valores entendidos, entre personajes de PRI y PAN, lo que podría provocar desaliento y hasta irritación entre el panismo al saberse engañados.
Afirman militantes que conocen los principios filosóficos del fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, que no debe entregarse la plaza anticipadamente, sin haber salido a luchar, porque aunque exista un síndrome de odio provocado por el Gobierno del Estado entre PRI y PAN, y más entre los habitantes de Cajeme y del Valle del Yaqui por el agua, elemento al que le están confiriendo los niveles de gobierno y las estructuras jurídicas un perverso valor político e incluso partidista, no todo está perdido para el PAN en el Municipio, porque con un candidato poseedor de carisma, huella positiva, vacunado contra las devastadoras campañas negras, y capaz de devolverle a las políticas públicas el rostro humano que en los últimos años se le ha desgastado, podría Acción Nacional volver a entrar a Palacio Municipal.
Esto es apenas el principio, en un partido, el PAN, del comportamiento de aquellos que buscan estar en la contienda electoral del 2015; situación que también asoma sus diferencias en el PRI, y que pronto podrá percibirse en el PRD, cuyos integrantes están sumidos en los cambios de dirigencia nacional, estatal y municipal; y por supuesto en MORENA, donde se tendrán, afirman los dirigentes estatal y municipal Javier Lamarque y Rafael Ángel Fabela García, candidaturas identificadas con el pueblo.
Le saludo, lector.
