Si Ana Gabriela Guevara no es candidata de la izquierda por Sonora, de nuevo prevalecerá el bipartidismo PRI-PAN, como ha sucedido en los últimos años
Bernardo Elenes Habas
Ana Gabriela Guevara, está, supuestamente, fuera del juego electoral en Sonora, por parte de MORENA.
Recientemente, Andrés Manuel López Obrador la descartó como viable candidata del nuevo partido, bajo el argumento de que ella había decidido cumplir hasta el final su responsabilidad legislativa en el Senado; sin embargo, pronto se supo que mediaron otros motivos de peso moral y congruencia ideológica, porque supuestamente la atleta mexicana escuchó el canto de las sirenas de Televisa, y no atendió los lineamientos de AMLO para que luchara por la democratización de los medios de comunicación desde el Congreso de la Unión.
Por ello, López Obrador, dogmático como siempre ha sido, eliminó del listado de las probabilidades para Sonora a Guevara Espinoza, y la suplió por el ex alcalde de Cajeme, Javier Lamarque Cano.
Esas circunstancias provocan a MORENA una inocultable sacudida, porque se configura nuevamente en Sonora la lucha bipartidista PRI-PAN, cuando ya se creía que la izquierda tendría, por fin, una candidata de amplia influencia popular, con muchas posibilidades de estar a la altura de los abanderados de los partidos señeros del Estado.
El PT está buscando la oportunidad de que la campeona olímpica sea su carta fuerte, pero también lo está haciendo la estructura del comité de MORENA en Hermosillo, quien no reconoce a Lamarque Cano como el candidato oficial a la gubernatura, expresándolo así, recientemente, el dirigente Armando Moreno Soto.
Y de hecho, han formulado una invitación a Ana Gabriela, para que registre sus aspiraciones y pueda contender en forma democrática por la candidatura, a pesar de las líneas del ex Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
"Javier Lamarque es sólo uno de los aspirantes, puede ser que se registren más, por eso invitamos a la senadora, no estamos de acuerdo en que él sea el candidato oficial", precisó Moreno Soto.
No obstante esta alternativa que abre el líder de Regeneración Nacional en Hermosillo, el daño está hecho, y lo propició, quizás, la admirada atleta por su presumible ambición al haberse entregado a la defensa de los intereses de los consorcios televisivos como se ha difundido, situación que provocó un profundo malestar en la estructura partidaria que la apoyaba.
Ante estos exabruptos, se prevé que en la entidad, volverán a sobresalir en campañas por la gubernatura, los candidatos del PRI y del PAN, seguidos por aspirantes menores, quienes carecerán de toda alternativa de triunfo y solamente le meterán ruido al proceso.
El único peligro para ambos institutos políticos, lo representa las previas luchas intestinas de sus grupos poderosos para imponer candidatos, por supuesto que no a la medida de lo que sus militantes y la sociedad civil demandan, sino sometidos a la matriz de los fuertes intereses económicos y políticos que prevalecen en este quehacer, apostando a ejercer el poder público para encauzar impresionantes proyectos personales y de cofradías, jamás sometidos al vértice responsable y plural de la democracia.
Es, como ayer, como ahora, como siempre, el ejercicio de la política.
Le saludo, lector.