Los municipios no deben reinventarse cada tres años, ni ser rehenes de malos gobernantes, sólo porque sus ciudadanos disienten de caprichos y excesos de poder
Bernardo Elenes Habas
Hay preocupación en Cajeme, por parte de las autoridades y de los sectores empresarial y productivo.
La forma en que se vienen perdiendo los empleos y el cierre o migración de diferentes giros, demuestran cómo la economía de la región se encuentra atrapada en una turbulencia de revanchismos políticos y sociales, porque es evidente que no se definen los ambientes claros y francos que propicien la inversión en el municipio, aunado a que se le sigue dando largas al funcionamiento de proyectos claves, pensados para detonar el progreso comunitario, como el Refieson, el Dyapime, la alternativa de darle paso a un corredor industrial y agropecuario entre Sonora y Sinaloa, tal como lo plantean Carlos Lares Ponce y Regino Angulo Rodríguez, de Canacintra.
Recientemente, el secretario adjunto de la CTM y Síndico Municipal, Manuel Montaño Gutiérrez, planteó con vehemencia ante los legisladores federales Ernesto Gándara Camou y Faustino Félix Chávez, durante reunión en la que estuvieron también presentes el dirigente estatal de dicha central obrera, Javier Villarreal Gámez, y los diputados locales Abel Murrieta, Abraham Montijo y Rossana Coboj, los estragos de una economía mal atendida por parte del Gobierno del Estado, estructura que no ha demostrado voluntad por abrir los horizontes que Cajeme merece, como consecuencia de las diferencias que propició el secuestro del agua del Valle y de la Nación Yaqui, aunado a las ambiciones del poder político entre PAN y PRI.
En esa reunión, se hizo evidente que de acuerdo a datos duros, desde diciembre del año anterior a la fecha se han perdido 2 mil empleos, al desaparecer 35 empresas.
Por su parte, Villarreal Gámez expuso que los números no mienten, y estos indican que Cajeme se encuentra en focos rojos, de tal manera que las cadenas comerciales están cerrando debido a la poca venta, e indicó que factorías como Acosa, tiene mil 500 empleos menos; Sabritas recortó 250 obreros y Gamesa 400.
El frente que encabeza el alcalde Rogelio Díaz Brown, con el respaldo de Aurelio Valdez, secretario general cetemista en el Valle del Yaqui; Arturo Knapp Ramos y Regino Angulo Rodríguez, presidentes de Canaco y Canacintra, respectivamente, asimismo José Enrique Guerra Fourcade, Carlos Lares Ponce, Moisés Vázquez Orrantia, Mario Guerra, entre otros representantes empresariales, se propone entrevistarse con funcionarios federales en la Ciudad de México, para solicitar apoyos y no permitir que un municipio corajudo y valiente sucumba por perversidades partidarias de gobernantes que juraron ante los textos constitucionales de Sonora y de México, cumplir y hacer cumplir las leyes sin distingos, pero que, pasiones políticas, venganzas partidarias, diferencias ideológicas, convirtieron en palabras de humo lo que debió ser un testimonio de fe.
Lo que ha sucedido en Cajeme tiene que ser motivo de advertencia para el futuro inmediato. En ello deben de poner atención los legisladores de todos los niveles de hoy y de mañana. Creando leyes estrictas para que los municipios no se reinventen cada tres años, pero fundamentalmente, para que no sean presa de apetitos políticos, para que las leyes no se retuerzan propiciando castigos perversos a las comunidades que no se someten a caprichos de quienes, con visión dictatorial, aplican su visión personal del poder y sólo son sus amigos quienes sumisamente admiten esas distorsiones; y sus enemigos, aquellos que, con dignidad y valor, disienten.
Le saludo, lector.