El caso de las supuestas 55 empresas que desistieron de instalarse en Cajeme, obliga a la ciudadanía a pensar en la ferocidad del revanchismo político del Gobierno del Estado hacia Cajeme
Bernardo Elenes Habas
El frente creado en Cajeme entre empresarios, sindicatos y Ayuntamiento, para impulsar el desarrollo del Municipio, mismo que atraviesa por una situación crítica de inversión, y por ende desempleo, causó escozor en el Gobierno del Estado.
Y más molestó el hecho de que la CTM, Canaco, Canacintra, CMIC, Canirac, representadas por Aurelio Valdez, Arturo Knapp Ramos, Regino Angulo Rodríguez, Mario Guerra, Enrique Burboa, plantearan esa situación a través del Síndico Procurador de Cajeme, Manuel Montaño, al senador Ernesto Gándara Camou, pidiéndole los apoyara en futuras entrevistas con funcionarios de dirigencias federales, para enfrentar tiempos difíciles.
En la citada reunión presidida por el senador Gándara Camou, los diputados Faustino Félix Chávez, Abel Murrieta Gutiérrez, Rossana Coboj, Abraham Montijo, y los dirigentes de las estructuras estatales de las centrales obrera y campesina, Javier Villarreal Gámez y Nacho Martínez Tadeo, se hizo evidente la preocupación que existe en Cajeme, por parte de la ciudadanía, autoridades y sectores empresarial y productivo.
Montaño Gutiérrez y Villarreal Gámez, hicieron una puntual exposición sobre la forma en que se vienen perdiendo empleos y el cierre o migración de diferentes giros, demostrando con ello cómo la economía de la región se encuentra atrapada en una turbulencia de revanchismos políticos y sociales, porque es evidente que no se propician los ambientes claros y francos para la inversión, aunado a que se le sigue dando largas al funcionamiento de proyectos claves, pensados para detonar el progreso comunitario, como el Refieson.
A estas alturas son palpables los estragos de una economía mal atendida por parte del Gobierno del Estado en sus obligaciones con Cajeme, demostrando falta de voluntad para abrir los horizontes que el municipio merece, todo ello como consecuencia de las diferencias que propició el secuestro del agua del Valle y de la Nación Yaqui, aunado a las ambiciones de poder demostradas por el PAN Gobierno.
De acuerdo a datos duros, se dijo en la reunión que desde diciembre del año anterior a la fecha se han perdido 2 mil empleos, al desaparece 35 empresas.
Villarreal Gámez y Montaño Gutiérrez fueron claros en sus exposiciones, señalando que los números no mienten, y estos indican que Cajeme se encuentra en focos rojos, de tal manera que las cadenas comerciales están cerrando debido a la poca venta, e indicaron que factorías como Acosa, tiene mil 500 empleos menos; Sabritas recortó 250 obreros y Gamesa 400.
El frente que encabeza el alcalde Rogelio Díaz Brown, con el respaldo de Aurelio Valdez, secretario general cetemista en el Valle del Yaqui; Arturo Knapp Ramos y Regino Angulo Rodríguez, presidentes de Canaco y Canacintra, respectivamente, asimismo José Enrique Guerra Fourcade, Carlos Lares Ponce, Moisés Vázquez Orrantia, Mario Guerra, Enrique Burboa, entre otros representantes empresariales, ha dejado claro el firme propósito de entrevistarse con funcionarios federales en la Ciudad de México, para no permitir que un municipio corajudo y valiente sucumba por perversidades políticas de gobernantes que juraron ante la Constitución Política de Sonora y de México, cumplir y hacer cumplir las leyes sin distingos, pero que, pasiones de poder, venganzas partidarias, diferencias ideológicas, convirtieron en palabras de humo ese testimonio de fe.
Por supuesto que la decisión de los cajemenses por no quedarse de brazos cruzados, provocó una reacción inmediata en la estructura del Gobierno del Estado, enviando al secretario de Economía, Moisés Gómez Reyna, a pretender dictarles la agenda a los empresarios locales, trayendo sólo promesas y una serie de estadísticas que, según él, demuestran que la actual administración ha realizado más que las anteriores, incluyendo la de Eduardo Bours, Armando López Nogales y otros gobernantes, sin atreverse a reconocer que en una sociedad dinámica, con variables económicas constantes y exigencias impostergables de la ciudadanía, obligan a cualquier autoridad actual a ser superior al comportamiento de sus antecesores, como seguramente sucederá con quien releve a Guillermo Padrés, cuya administración no será imbatible.
Pero, lo negativo de este hecho lógico, comprensible para la ciudadanía, es la forma en que lo argumenta Gómez Reyna, pretendiendo que después del actual sexenio no habrá nada igual en desarrollo y en transparencia, cuando existen evidencias muy fuertes que ya comienzan a poner en la balanza de la realidad al Nuevo Sonora.
Vino, pues, Gómez Reyna, y no sé si con gozo o con preocupación, dijo que en los cinco años recientes –los de la administración de Padrés-, un total de 55 empresas que pretendían instalarse en Cajeme, desistieron de ese empeño al no encontrar competitividad en los factores que atraen a los inversionistas.
Y, prácticamente, dijo que Cajeme es incompetente, porque las inversiones no llegan si los hombres de negocios no encuentran condiciones de armonía, certidumbre y trabajo, mismas que se requieren para hacer competitiva a una región.
Lógicamente, la respuesta del alcalde Rogelio Díaz Brown no se hizo esperar, comedida pero enérgica.
De entrada, dijo que jamás se le informó sobre la intención de las empresas por instalarse en Cajeme: “Nos desilusiona, nos molesta que 55 empresas hayan venido a Cajeme y no estemos enterados. Nunca nos dijeron nada. Si lo hubiéramos sabido en su momento, podríamos haber intentado ofrecer más atractivos a los inversionistas”, expuso, al ser cuestionado por los reporteros.
Envió, pues, una vez más el señor gobernador Padrés a su secretario de Economía, como otras veces lo ha hecho, a apagar supuestos fuegos políticos entre los empresarios; pero afloró una información que la estructura gubernamental guardó por estrategia, una revelación que bien pudo, con voluntad y anhelos de que Cajeme crezca, aliviar y hasta detonar la problemática económica del municipio.
Y por supuesto, hechos de esta envergadura, obligan a los ciudadanos a pensar en el peso ominoso del revanchismo político latente y actuante.
Le saludo, lector.
