A veces me pregunto ¿Cómo procesar lo que pasa en mi país? ¿Cómo entender la mediocridad de este sistema? ¿Cómo salir de esta alberca de excremento donde nadamos día con día? ¿Cómo hacer para que ya no me duela México?.
Desde ya hace muchos días he vivido en un clima de impotencia, repudio, rabia, dolor por los acontecimiento vividos en mi país, el caso de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, sin olvidar lo ocurrido en Tlatlaya donde murieron 22 personas a manos de autoridades militares.
Duele ver un país que se está desmoronando por todas partes, donde las personas responsables de brindar la protección a la ciudadanía están haciendo todo lo contrario, si bien esto siempre ha sido un secreto a voces, hoy son parte “activa” de las redes del crimen organizado.
Escuchar que el ex presidente de Iguala José Luis Abarca y su esposa están ligados de manera directa con el grupo “Guerreros Unidos” deja en evidencia las fallas en la estructura de nuestro sistema político, el cual no tiene forma, ni pies ni cabeza. Bueno, si tiene pero solamente esta diseñado para la utilización de un cierto grupo de personas “privilegiadas”.
Este problema va más allá de analizar quién gobernaba en Guerrero, si era el perredista Ángel Aguirre o el ex alcalde de Iguala perteneciente al mismo partido político. No es el PRD, no es el PRI, no es el PAN, no es algún otro partido político, es el sistema político en general el que esta repleto de fallas estructurales, donde una gran parte de ellos sólo busca una “mochada” del gran pastel que es México.
Y la pregunta de los 64 000 es conocer ¿Cómo llegó a ser candidato José Luis Abarca? ¿Acaso nadie sabía nada de él? ¿Acaso es tan difícil investigar a un futuro candidato a un puesto público? Es importante para mí –y para todos- ir encontrando respuestas a estas interrogantes y de la única manera que lo podré hacer es informándome no sólo quedarme con “la rabia del momento”, porque este problema sólo es la punta del gran iceberg llamado México.
Es impresionante ver cómo distintos personajes de esta “gran” estructura de poder llamada política han salido a manifestar su “firme compromiso con las familias y la ciudadanía para encontrar a los responsables de estos tan lamentables acontecimiento”, quizá no sean las palabras textuales pero la idea general esta enmarcada ahí. Antes de escribir estas líneas escuché la declaración del titular de la Procuraduría General de la República donde daba a conocer lo que habían arrojado las investigaciones hasta el momento, uniéndolo por su puesto con la detención del ex presidente de Iguala y su esposa en el Distrito Federal, hablan sobre el presunto proceso en el que se realizaron los acontecimientos en un basurero en aquella entidad con declaraciones de 3 presuntos participantes de los hechos.
Todas las declaraciones de estos personajes políticos me han recordado a un trovador mexicano llamado Fernando Delgadillo por su canción Desfile de Antifaces:
Ya hace tiempo que asistí disfrazado
a unas mascaradas que fui invitado
modelé antifaces tan coloridos
como los tonos de los vestidos
que usaba a diario como disfraz
para verme tal como los demás.
Me asusté al mirar su cara vacía,
dijo así son todos ,¿no lo sabías?
No encontré mejor representación para expresar lo que percibí al ver ese desfile de personajes hablando sobre el “repudio por ese crimen abominable”.
De todo corazón espero que estos acontecimientos así como todas las manifestaciones a lo largo y ancho del mundo sirvan para ejercer un verdadero cambio en nuestro país porque hace falta, pasan los años y el pueblo no mejora, los índices de pobreza son impresionantes, la falta de empleo es alarmante, la desigualdad cada día es más marcada entre las clases sociales, los ricos son más ricos y los pobres son más pobres. Pero este cambio no vendrá por obra de la magia, vendrá en base a la unión del pueblo para exigir un verdadero cambio, cuando ese pueblo ejerza libremente su derecho al voto y no lo intercambie por una torta, un refresco y 100 pesos, el “agradecimiento” del candidato.
Las muertes de estos jóvenes es un problema de todos, porque las reformas es un problema de todos, porque los gobiernos es un problema de todos, porque el empleo es un problema de todos, porque TODO lo que pasa en MI país es problema de TODOS los mexicanos.
Porque los 43 jóvenes de Ayotzinapa, los 22 de Tlatlaya y los cientos de personas que han pasado por este tipo de acontecimientos nos competen a todos, nos duele y nos llena de impotencia. Son procesos de duelo que han rebasado un contexto privado, ya que se han hecho parte de muchas otras personas que han sentido el dolor de lo que han vivido sus seres cercanos.
Cuando he tenido la oportunidad de hablar con personas extranjeras sobre México no me canso de comentarles las bondades que tiene, los hermosos paisajes naturales que encuentras a lo largo y ancho del país, la diversidad cultural que tiene, lo colorido de los pueblos mexicanos, las hermosas tradiciones que aún existen en las distintas zonas del país. Sin embargo hoy creo que mi entusiasmo al hablarles de mi país no tendrán mucho eco ya que los males que nos aquejan están al alcance de todo el mundo y no es fácil quitar esa imagen ante los ojos del otro.
Sin embargo, YO NO ME HE CANSADO y trataré de aportar a mi manera, en mis posibilidades, en mi persona, en mi casa, en mi trabajo, para ir mejorando a un México que hoy esta cayendo en una gran fosa, sé que con la voluntad de las masas se podrá ejercer un cambio para salvar a México.
Todos podemos aportar algo a esta causa, acepta el reto y aprópiate de estas dos interrogantes:
¿Si no soy yo, quién? ¿Si no es ahora, cuándo?