La crisis originada por el caso Ayotzinapa es punto medular en el mandato constitucional del presidente Enrique Peña Nieto, a mi entender se ha magnificado maquiavélicamente, -sin que esta opinión reste importancia a los desaparecidos-, que ya no sé si es “fuego amigo” o el hartazgo de un pueblo agraviado.
Es verdad que el rio, por este caso y otros, se ha revuelto de tal manera que el campo, en este caso el rio, está listo para la cosecha de muchos pescadores.
A la mesa de la república hay muchos comensales afilando sus trinches para el plato especial “Peña Nieto a la carta”, por ahí se vislumbran los grupos de poder afectados con las reformas hacendarias, los huérfanos de la energética en el país y en el extranjero, los de la concesión del tren, La iglesia -Educación por silencio- los perjudicados en telecomunicaciones (Slim, Vargas) y muchos que en la repartición de puestos, prebendas y demás, quedaron fuera de la gracia sexenal.
Porque la partidocracia está controlada, el PRD tiene ya presidencia del senado y presidencia en la cámara de diputados (aunque la mayoría parlamentaria la tenga el político más cotizado en México y en el extranjero recomendado por the economist) y con esas prebendas y canonjías están satisfechos, ¿cuándo habían sido tan importantes y tomados tan en cuenta? ¿Por qué gritar más, estando el piso tan parejo? El PAN asegurando la segunda fuerza necesaria, justifica y preserva el derecho inalienable, que en el caso de emergencia (Como cuando Fox) su patente de corso les da el “derecho de antigüedad” y a la vez algunas gubernaturas y parafernalias adyacentes. La chiquillada, controlada y programada, no son ya con la salida de Obrador y doblegamiento del PRD, fiel de ninguna balanza, solo parte de la comparsa democrática en el gran teatro republicano.
También en el extranjero se cuecen habas, una crisis así debilita el poder negociador (¿estará la CIA detrás? Oiga eso de la “casa blanca” es obra de estrategas) ahora que el país necesita promover las reformas para que en 2050 empiecen a dar frutos (no cuenten conmigo) y los beneficios caigan como maná del cielo (muchos aún están esperando el maná del TLC, bueno, se podrán unir a ellos). Vemos los noticieros: CNN, Univisión y otros (en inglés y español) donde recalcan y remueven la llaga de Ayotzinapa (sádicamente), como si este caso y el de Tlataya fueran los únicos (tenemos varias medallas de oro qué presumir) como si la impunidad, la corrupción, los indecentes incrementos salariales de altos funcionarios en los esquemas judicial, ejecutivo y legislativo fuera algo nuevo, como si la desaparición de 43 estudiantes fuera de mayor importancia, que la de los más de 20,000 desaparecidos o las matanzas entre la fuerzas del orden y la contraorden no fueran pan del día… y de la noche, como si las ejecuciones de indocumentados de San Fernando Tamaulipas, Coatzacoalcos y otras partes no tuvieran rating noticioso en el contexto mundial.
Mmm, no me convence la espontaneidad, exacerbación del escándalo, algo hay más detrás de la violencia… y los comensales están ya desesperados por el platillo fuerte.
El presidente Peña Nieto hablaba de la necesidad de un nuevo pacto Social. ¿Qué implicará esto?
¿Negociará como lo hizo el innombrable reformas por silencio y reconocimiento?, ¿Estará en juego la educación religiosa en las escuelas? ¿Caerá el aborto y las bodas de los de LBTG? ¿Borrón y cuenta nueva para los que han saqueado el país? ¿Granier, la Gordillo, el Chapo saldrán libres? – Olvídense del Dr. Mireles, le habló de tú- ¿Caerá la promesa de justicia del ABC y le darán cadena perpetua al “Corto Circuito” después de científico interrogatorio? ¿Sacrificará alguna de las cacareadas reformas? la hacendaria por ejemplo. ¿Hará deuda pública todos los latrocinios de las deudas estatales? Como verán, hay muchos interesados en el platillo fuerte, con exquisito olor oriental.
Para mí, el señor presidente no deberá renunciar (ni pensarlo) ni renunciará. ¿Por qué? – se preguntará- Por la simple y sencilla razón que él, bien que mal – con todos los defectos que puedan achacarle, buscarle, encontrarle o viceversa) es el Presidente Constitucional de México, no me importa (para mi opinión) cómo llegó ahí (que me perdone Andrés Manuel) él es un resultado de nuestra golpeada e imperfecta democracia, y ésta, la única vía moral, social y pacífica para salvar la república. Pero sí deberá sentarse a negociar (y su grupo también) pero no con la cúpula depredadora oligarca y “peces piloto” que la acompañan (y ahí me los llevo a todos) sino con el pueblo. No hay nada que no pueda cumplir y sin necesidad de notario.
Qué le pedirá el pueblo? Seguramente, justicia hasta en el lado ciego de la de la balanza, cero impunidad hasta con los “inocentes”, oportunidades de trabajo con remuneraciones iguales o mejores que los países maquiladores, en base a lo que marca la constitución. Educación laica real y verdadera, regresando las materias cívicas y morales hoy en abandono. Capacitación de maestros y obreros, cero tolerancia con quien infrinja las leyes, sin importar grupo, nacionalidad, religión o casta. Adelgazamiento de las burocracias, del congreso y senado (que no necesita ninguna consulta para ello). Investigación retroactiva de saca dólares y enriquecimientos inexplicables. Ah y eso sí, buscar, de haberlos, quien esté coludido con el narcotráfico, nada de “coopelas o cuello”, ¡rejas de almoloya para arriba! (Si acaso me pidiera asesoría le tengo otros mil temas, para componer como Catón la república).
La pregunta es lo apoyaría el pueblo con esta negociación? Contesto en nombre del pueblo – ojala no me pasé lo que a Encinas en Veracruz- si son promesas falsas, huecas no, pero si son reales con acciones efectivas aún en cámara lenta, seguramente hasta la Morena y su dueño se doblegarían. Que hay que darle a la sociedad civil puestos de importancia con gente preparada los mejores en su ramo (sin compadrazgos o dedos divinos) hay que hacerlo, ¿Por qué no? Se imaginan (me permito soñar con las adecuaciones del caso) Andrés Manuel López Obrador en Gobernación, Ramón Corral Jurado de procurador general de la república, José Narro Robles en el supremo tribunal de justicia, José Woldenberg Karakowsky en Tribunal federal Electoral, Manuel Clouthier en Desarrollo Social? Y en el banco de México… Alguien flaco ¡Por Favor! (esta estaba entre las 1000 recomendaciones pendientes). Aún en sueños o drogado, por beneficio del país, valdría la pena.
No, el presidente Peña Nieto no debe de renunciar, debe enfrentar la negociación, él tiene la capacidad, fue preparado por su grupo para hacerlo, tiene el compromiso histórico para hacerlo. El quid es ¿Con melón o con sandía? Si es con melón – respetando el orden de aparición- se calmarán la mayoría de medios de comunicación- tendrá apoyo oligárquico internacional y hasta indulgencias (aunque cualquiera de ellos, de poder, quisieran su puesto, su cabeza o su fracaso) ¿Con sandía? Tendría un escudo popular de un pueblo hasta la madre (dirían en las redes), sí, ese pueblo que en los quiméricos sueños de Colosio vio sedientos de TODO
“Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva concentración del poder. Concentración del poder que da lugar a decisiones equivocadas; al monopolio de iniciativas; a los abusos, a los excesos. Reformar el poder significa un presidencialismo sujeto estrictamente a los límites constitucionales de su origen republicano y democrático.
Reformar el poder significa fortalecer y respetar las atribuciones del Congreso Federal.
Reformar el poder significa hacer del sistema de impartición de justicia, una instancia independiente de la máxima respetabilidad y certidumbre entre las instituciones de la República.
"Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla.
"De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales".
"¡Es la hora de cerrarle el paso al influyentísmo, a la corrupción y a la impunidad! Es la hora de la Nación"
La historia espera una respuesta, aunque el pueblo cree adivinarla. ¿Usted no?