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La violencia
“Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite, no podemos (aplausos de pie en el congreso) no podemos permitir ya que se siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico como a los ojos de todo mundo ha venido sucediendo”. Gustavo Díaz Ordaz . IV Informe de Gobierno Sept 1968.
Cuando escucho al presidente Enrique Peña Nieto decir que "mi gobierno no dejará de agotar toda instancia de diálogo, acercamiento y apertura para evitar el uso de la fuerza para restablecer el orden. Dice también: “Es el último recurso, pero el Estado está legítimamente facultado para hacer uso del mismo cuando se ha agotado cualquier otro mecanismo para restablecer el orden”, inmediatamente me corre la película del 68, del jueves de Corpus 71.
Vi a un Presidente preocupado, y no quiero pensarlo, acorralado por la situación que escapa de control, donde sus asesores no dan una, lo dicho en su conferencia de prensa en el hangar presidencial a su regreso de China era – a mi entender- lo menos recomendable, ya que solo expone una realidad: la crisis sí es en verdad una crisis política, lista para convertirse en social, lista para explotar – y no han sabido manejarla, acotarla minimozarla-. De ahí, lo inexplicable de lo dicho, que es echarle gasolina al fuego o amenazar con ello.
El poder no se anuncia, se ejecuta, de equivocarse, enfrentar el juicio inapelable de la historia, como lo viven en el recuerdo negativo, Santana, Porfirio Díaz, Victoriano Huerta, Díaz Ordáz, Echeverria, Salinas de Gortarí, en contraparte, Juárez, Villa , Zapata, Cárdenas quienes en el consciente e inconsciente popular tienen nichos respetables, aun cuando hayan tomado decisiones dolorosas y tengan históricamente, en lo personal y político, colas que les pisen.
Por lógica que México, no es el estado de México y su experiencia de Atenco (Al parecer, por los resultados) no le da la experiencia en el uso y manejo del poder supranacional, allá eran machetes, aquí, hilos de un entramado de intereses nacionales e internacionales maquiavélicamente manejados, “Forbes contra Forbes” “Calvos contra bien peinados”. El estado de México era de alguna manera un coto feudal, democráticamente hablando, un lugar donde cualquier cosa puede ocurrir sin que salga de sus límites territoriales y salvo accidentes, ropa sucia que no se lavó en casa trascienden, como: Atenco, caso Paulette, Tlataya.
No definitivamente, - y no descubro nada que me nomine al nobel de la paz, menos al Putlitzer- la violencia no resuelve nada, ni la amenaza tampoco, aquí hay que usar la inteligencia. Si, esa que captura narcos de renombre “Sin disparar ningún tiro” debido a la alta tecnología y capacidad profesional, esa que presume disminución de índices delictivos (discordantes a INEGI y ONG’s independientes) Esa que dialoga en la calle en mangas de camisa con estudiantes. En el asunto que nos preocupa falta, el manejo de alguien que conozca como “masca la iguana” o que sepa “mover el abanico” ya que al parecer de muchos, el secretario de gobernación no ha podido con el paquete y no solo él, también los asesores de la presidencia.
Perdónenme, y como Catón, tal vez pueda perder las simpatías de mis cuatro lectores, pero soy institucional, el señor Peña Nieto es el presidente Constitucional de México y a mí me enseñaron a ser Institucional, a creer en la república, en el ejercicio democrático, aun con compra de votos, acarreos, presidentes legítimos, chachalacas, tarjetas sorianas y tantos alebrijes que inventan los especialistas en la materia, esto – la democracia- es una conquista que no debemos perder sino perfeccionar, por lo tanto mis respetos.
Creo que sí será necesario un ombudsman – sin llegar al virreinato, como en Michoacán, ni a la pantomima de Guerrero, ni como Camacho, Berna, en Chiapas -, pero con todas las facultades, patentes necesarias para negociar con las partes involucradas y no permitir a nadie, inclusive su partido, el manejo político del caso Ayotzinapa.
Alguien cree - sin esperanza,- que 43 jóvenes pueden aún estar vivos? Caray como padre de familia, solidariamente, tengo la esperanza que lo estén, y los encuentren, pero como analista político, no me cuadran números, tiempos y preguntas. ¿Cómo pueden moverse, ocultarse, mantenerse, 43 personas, golpeadas, heridas o sin ellas, sin que nadie de fe de ellos? ¿Hay más de 22,000 desaparecidos en el “Decanato del Terror” y el acumulable, y nadie sabe dónde están enterrados cadáveres, huesos o cenizas y eso no es una tragedia nacional? A los padres de los desaparecidos en Ayotzinapa, ABC y a los otros también, hay que hablarles con la verdad, incluirlos en las investigaciones, en las búsquedas, y en las respuestas (No regalarles casas, becas o plazas) como vigilantes fedatarios y fidedignos. Desarmar el móvil político (si es que no existe, y si existe denunciarlo) hacerles Justicia, y enfrentar las consecuencias sociales y políticas que se tenga que asumir el gobernante oficial, total que ya estamos entrados.
Quitarles así, banderas a todos aquellos que “A rio revuelto ganancia de pescadores” medran con la crisis y el sufrimiento de “todos” los desaparecidos y víctimas colaterales de las manifestaciones (Y escribí “a todos”). Que gobernación, Cisen o quien corresponda ubique a los anarquistas u operadores violentos al servicio de intereses económicos, políticos (incluidos los oficiales) y los controle no a provecho propio, y en el manejo, no confundan a manifestantes pacíficos en su derecho constitucional a protestar, con estos pelafustanes, sicarios del desorden, engendros del mal – como verán, si pudiera los excomulgaría-. Las infantiles prácticas de “Infiltración oficial, como parece advertirse en youtube, en la quema de la puerta de palacio nacional” para justificar la represión (de llegar a haberla) debe de quedar en el ignominioso recuerdo macabro y trágico del 68 y 71.
Creo que el señor presidente tiene la capacidad de encontrarle cuadratura al círculo y cuenta con instituciones legales y respetables, según las leyes, (aun devaluadas) para lograr el cometido. La violencia solo genera violencia, al señor presidente le han lanzado la espada, ojala que no la recoja.
De ahí, que muchos pensemos como el Economist, que un buen político, -con todos sus defectos y virtudes (que las tiene ambas)- sería lo óptimo para reconstruir el problema, analizarlo, poner a cada quien en su lugar y resolverlo. Como quien dice “Cortar oreja, rabo y listo para el 18”
Manlio Fabio Beltrones se llama el emergente (muchos lo piensan, le rezan, otros que saben que “No es rencoroso, pero que tiene buena memoria” se persignan y cruzan los dedos despavoridos).
En el país, hay casa llena, dos outs, la crisis está al bat, tiene dos bolas -¡pos no que era crisis!- pero dos Strikes, el púbico desesperado grita !No más violencia!! ¡! No más desapariciones! ¡Queremos paz y tranquilidad! ¡Vivos se los llevaron, preséntenlos como sea!
¡Pónchalo, Pónchalo! ¡Pónchalo! Gritan los romanos.
¿Usted quién cree que ganará?
