Todas las administraciones de gobierno a cualquier nivel, ponen todo su empeño en realizar obras públicas.
Unas que realmente son una urgente necesidad, como drenaje pluvial, pavimentación, remozamiento o creación de áreas recreativas, parques, jardines, potabilizadoras, carreteras de cuatro carriles, escuelas, universidades, hospitales, hasta centros médicos, etc.
Pero no es el hecho de construirlas, lo importante es darles mantenimiento y continuidad en la funcionalidad a lo hecho o en mejorar lo ya construido y que verdaderamente sirva a la sociedad.
Pero a veces estas obras, algunos las desechan por “capricho político” o por no funcionar.
En Cajeme, la gente veterana-sin agraviar al lector ídem- quizás la mayoría recordará la famosa concha acústica que se localizaba al lado norte del Palacio Municipal donde está la Biblioteca Pública – ésta, muy buena obra, lástima que muy pocos aprovechan su acervo cultural-y el otro edificio recaudatorio donde estaba antes la fiscal (está se cambió al CUM); otro ejemplo desde hace algunas administraciones pasadas, cuando una, puso camellones tipo boulevard en la calle Allende y calle hidalgo y la siguiente administración los quita.
Parte de la ciudadanía acepta de momento estás obras y otros las rechazan; siempre va existir una división de opinión, por falta de un consenso ciudadano, donde se apruebe o se decida por la obra pública y esta decisión se la dejamos finalmente a la autoridad.
En otras épocas cuando no había las alternancias en el poder público, se construían obras sin chistar, sin “controversias”, por ejemplo, cuando se construyó el acueducto hacia Guaymas, desde la presa El Chiculi, que benefició a los hoteleros de San Carlos y que uno de nuestros más famosos políticos de México, se dice, es propietario de casi todo esos terrenos, como también, se dice (no me consta como dicen que dijo Denise Dresser hace poco al hacer un comentario periodístico del susodicho, que no dije), de todo un fraccionamiento donde se construyó una colonia a la salida norte de Obregón; en ese entonces ni los agricultores y menos los de la etnia yaqui se opusieron a ese acueducto.
Porque la cloaca estaba cubierta con el mismo manto rojo partidista.
Quizás alguno pensaran como el dicho yaqui: “Antes como antes y ahora como ahora”. Ahora sí, se critica al gobierno actual, por esos del manto rojo, por la obra del Acueducto Independencia y también ya hay opositores hasta el Gasoducto. Ahora se “partidisa” a favor o en contra, dependiendo del color del partido.
No se politiza, ya que si esto fuera así, entendiendo la política como de servicio, no la política mal entendida, ramplona; las obras desde el punto de la buena política se deben hacer y ver como verdaderos puentes de unión y de beneficio para las comunidades donde se construyen.
Los que criticaban o siguen criticando obras de gobierno, ahora proyectan construir y reciben una “sopa con su mismo condimento”. Tal sucede actualmente en dos proyectos de obra, una es la construcción de otro estadio de béisbol, en Ciudad Obregón, que a decir de la prensa será una ostentosa obras arquitectónica, más grande que el estadio Sonora de Hermosillo, donde también se cuestionó su construcción por gente de oposición al gobierno actual (pero bien que disfrutaron la serie del Caribe, y hasta les sirvió para politizar más y envenenar a la ciudadanía contra el gobernador del estado, mostrando leyendas del “No al Novillo” hasta en el uniforme que portaba la mascota de los Yaquis de Cd. Obregón: el mercenario tigre Chacho
¿Cuánto le pagaron, lo mismo que les pagan a los que obstruyen las vías de comunicación Federal en Vicam? ¿Quién o quienes les pagan? “PRI siento que no saben” o sea Partidisaron. Argumentos vendrán (uso de fondos FEDERALES ETIQUETADOS ¿El presidente Peña y el Secretario Videgaray, serán buenos jugadores de béisbol que “picharan esta necesaria obra a los cajemenses”?
Por otro lado, está el Proyecto de un Hospital en Pueblo Yaqui, comunidad que se encuentra a aproximadamente a 20 o 30 minutos, muy cerca de Cd. Obregón donde están hospitales de segundo y tercer nivel de atención del sector salud y hospitales privados. Aquella comunidad, P. Yaqui, cuenta con una clínica de IMSS, Un Centro de Salud, médicos del ISSSTESSON y particular, entre otros.
Hacer un hospital, la estructura física no es ningún problema, lo que se debe de evaluar, es lo viable de la obra en cuanto a su funcionalidad, su mantenimiento operativo- administrativo; Personal de salud, entre estos están los médicos, enfermeras, personal de trabajo social, intendencia, mantenimiento, choferes de ambulancia, etc. Los 4 turnos (matutino, vespertino, nocturnos, fines de semana y días festivos). Tomar en cuenta las zonas de influencia de los usuarios, etc.
La intención es buena, pero ¿estará bien estudiada o será solo de relumbrón? Esto lo digo no de mala fe; ya hay una mala experiencia de un hospital que se construyó hace más 3 años en la Loma de Bacum (está casi a la misma distancia que hay también de Pueblo Yaqui a Obregón), está la construcción y parte de equipo, pero hasta la fecha está sin funcionar.
Esta obra nació de la “idea genial” de un sociólogo de la UNISON y avalada sin un férreo análisis por SEDESOL, con la finalidad de hacerlo un Hospital de Medicina tradicional entre otras atenciones, por ejemplo atender resoluciones de embarazos “normales” por parteras empíricas que hayan tenido un adiestramiento previo.
Quiero agregar breve observación; que a estas parteras empíricas se les capacita, para que apoyen parcialmente en comunidades de muy difícil acceso (no es el caso de Pueblo Yaqui, ni de la Loma de Bacum), atiendan un parto sin complicaciones y detecten signos de alarma en algún embarazo de riesgo y gestionar su traslado a un centro de salud más cercano. Si en ocasiones a los médicos se nos puede pasar y no detectar algún riesgo en estas pacientes, es más frecuente que a estas nobles señoras se les pase algún signo de alarma.
Por eso, esto es una incongruencia desde mi muy particular punto de vista, por el siguiente motivo.
Desde hace tiempo el sector salud (IMSS, SSA, ISSSTSON, ISSSTE, etc.) tienen la prioridad de disminuir la mortalidad materna, en todo el país (si ha disminuido, aunque se diga lo contrario), programa que inició hace tiempo en el IMSS, que consiste en activar un equipo de médicos y personal de salud especializado para la atención de mujeres embarazadas de alto riesgo (se denomina ERI: Equipo de Respuesta Inmediata) donde inmediatamente se sabe de estos pacientes desde el lugar donde se atiende y a donde se traslada para su atención especializada y es monitorizada las 24 hs, en su centro de atención (Hospital de segundo y tercer nivel) hasta nivel Central (México, DF). Entonces atender a estas personas en un centro de salud a poca distancia de un centro hospitalario con una capacidad de resolución mayor, sería un riesgo, aún en un supuesto embarazo normal. Estamos acostumbrados a solo a señalar lo malo que sucede en el área médica y casi nunca se pondera lo bueno.
Aunque lo bueno que se haga es nuestra obligación y lo malo nuestra responsabilidad y hay que asumirla.
Pero volviendo al centro de este tema de las obras pública, las autoridades de gobierno deben de estudiar a fondo el costo beneficio y lo que se va construir que sea por necesidades reales y no por necedad o por “competencia política o mejor dicho partidista”.
Les saludo con afecto y envió mis mejores deseos para esta Navidad y el Próximo año 2015. (Año que los jilgueros políticos echaran al aire sus trinos cantos a favor de acá, allá o acullá). Un abrazo.
Dr. Raúl Héctor Campa García.