Gota a Gota: Impunidad

Gonzalo A. Andrews

Impunidad: “Falta de castigo a la pena que se impone a aquel que ha cometido un delito”
 
En México la injusta aplicación de la justicia ha propiciado la impunidad que nos ahoga. Junto a la corrupción, la deshonestidad y omisión bien podrían ser las yeguas del apocalipsis mechica. El sistema judicial carece de la credibilidad no solo de sus gobernados, sino también de sus pares internacionales, sus yerros jurisprudenciales se leen con sonrisas como una imposición a intereses ajenos  de los sacerdotes ciegos, sordos, adoradores de Temis o Lustitia.

Es claro suponer, después de un somero análisis, que la existencia de la impunidad y sus equinas comadres se debe a la falta de justicia y el sometimiento de ésta a los intereses políticos que alimentan muchas de las carencias jurídicas, sociales y económicas que nos ubican vergonzosamente en el rating número 100 entre 176 naciones en materias no muy honestas.

Sería interminable mencionar los casos, ya que irremediablemente los justificaríamos con nuestra idiosincrasia. Algún troll dirá: “es que así éramos desde los aztecas” , y no, ellos sí aplicaban las leyes de la honestidad, aun en su barbarie, que no se compara para nada o queda chiquita, con la nuestra.

Muchas de estas historias nos calientan la sangre,  me pregunto ¿cómo las vivirán las víctimas de estas tragedias impunes?

Caso Florence Cassez: En la SCJN no se resolvió la inocencia o culpabilidad de la  francesa, sino que fueron sus derechos humanos violados y por tal debería ser dejada en libertad, aun cuando los hechos, Independientemente del montaje televisivo, la señalaban como participante.

Caso Mireles: Ahí está con la opinión pública a su favor,  encontrado culpable de los delitos risibles que se le imputaron, cuando insolente quiso abanderar la insurgencia pacífica por un México mejor (bastante tenemos con Obrador, dirían algunos). Rapado (cosa que no se hizo con  criminales reconocidos en secuestros y narcotráfico), vejado ante la opinión pública como una velada advertencia a quienes osen señalar el hartazgo popular.

Caso Andrew Tahmooressi Marine: Detenido con tres armas de esas permitidas para uso exclusivo del ejército  (igual que Mireles) al cruzar por equivocación a Tijuana.

Caso Sandino Bucio: Joven secuestrado por policías federales (suspendidos) y liberado por su secuestro ilegal, aun cuando quedó demostrado su militancia como Anarkista (fotos y videos) y participante en disturbios con objetos destructivos.

¿Por qué no se le fincaron responsabilidades judiciales a los policías, se le libera a Sandino y se le corre una orden de aprehensión por los delitos que haya lugar con las pruebas de los hechos el mismo día de su libertad (como a Mario Villanueva Madrid?).

Caso Alberto Patisthtan:  El profesor y activista indígena mexicano  fue sentenciado en Chiapas a 60 años de prisión por lesiones y homicidio calificado, robo calificado, daños y portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército (dónde lo he leído ¿dónde?). Su enfermedad lo hizo aceptar un indulto que no quería aceptar. 

Caso Florentino Gómez Girón: En Chiapas acusado de abigeato, fue liberado después que su sobrino Agustín Gómez Pérez, de 18 años, se prendiera fuego para buscar su liberación después de seis meses de cárcel y de infructuosos intentos jurídicos por liberarlo. ¿Libertad 22 horas después de inmolación? ¿Era culpable o no? 

Para nada menciono a: Presuntos culpables de ABC, Ayotzinapa, Tlataya.

¿La justicia se seguirá aplicando en base a intereses políticos, diplomáticos, económicos,  ratings o llamadas por teléfono?

No sé, me quedan algunas dudas acerca de si algo anda o huele mal en Dinamarca.  ¿A usted no?

akamcm@gmail.com