Qué lindo soy, qué bonito soy como me quiero,
sin mí me muero, jamás me podré olvidar.
Paco Stanley
Y de pronto…el diputado Abel Murrieta tuvo un ataque de sinceridad y descubrió que el gobierno del Nuevo Sonora, al que sirvió tres años como procurador, era una cueva de ladrones con su Alí Babá incluido.
Para el legislador local, todo tiempo pasado fue mejor, sobre todo si se trata del sexenio de Eduardo Bours Castelo, cuando fue sub y luego procurador y le siguió con Guillermo Padrés hasta enero del 2012.
Ahí la palabra corrupción fue acaso un tema tabú, pero que mediante el chequegate, donde se endosaron recursos por 186 millones de pesos, evidenció la punta del iceberg de los pecados del sexenio boursista, además del derrocho de cabalgatas en las cuales participó como jinete, pero que ahora condena a ultranza.
Ahora como opositor al gobierno estatal se dice admirado y fustiga desde su minibancada los excesos y triquiñuelas de los panistas, que al parecer le aprendieron muy bien -y superaron- las mañas de sus compañeros de partido.
Pero ahí está incólume y de pie, borreguista al fin, rindiendo un informe de lo que pudo ser y no fue en estos dos años. El reclamo sin tregua a sus homólogos del PAN a quienes culpa de todos los males. ¿Y Samuel Moreno apá?
Con un grupo de jóvenes como escenario y arropado de la clase política del PRI y su precandidata Claudia Pavlovich, además de integrantes de la tribu Yaqui, que son ya parte de la utilería en los eventos priistas.
No hay el menor recato, la mínima vergüenza por utilizar a personas minusválidas como parte del decorado para provocar adhesión sentimental. Los excesos son rutina en la manipulación política.
Con un formato innovador, el humor ácido del legislador lo convirtió en un stand-up comedy, una especie del monólogo de Adal Ramones y sus infaltables 5 puntos como moraleja.
De todo como en botica pasó en el informe legislativo: autoelogios sin fin, presunción de curriculum, ironías sobre funcionarios estatales, abucheos cuando Guillermo Padrés le agradece su labor, aplausos generosos, que envidiaría el mismo presidente Peña Nieto.
Hasta sorpresas, como el desprecio que hicieron al diputado Murrieta sus homólogos por Cajeme con su inasistencia, mientras Faustino Félix Chávez, hizo acto de presencia, saludó y se retiró apenas comenzó hablar el convocante.
Pero antes en un video, presumió de su padrinazgo político del jefe del Yaqui Power, Ricardo Bours Castelo, quien halagó a Murrieta Gutiérrez “por ser el único diputado y qué pena que tenga que decirlo así, que se ha fajado para defender los interese de Cajeme”.
Ya henchido de orgullo, el todavía diputado local se dio lujo hasta de reclamarle al alcalde Rogelio Díaz Brown, cuando le recordó que a unos jóvenes que pedían el regado de unos campos, no les habían hecho caso.
“Espero que ahora que estamos todos y en público, a ver si ahora si los atienden”, manifestó Murrieta Gutiérrrez, mientras El Roger le hacía un gesto como acuse de recibo.
Casi al final, recordó su compromiso de construir una escuela para niños Down. “No sé cómo le vamos a hacer, pero la vamos a hacer”, expresó con ahínco quien ya se apresta para realizar la “Operación Chapulín” para saltar de Tehuantepec a San Lázaro.
En caso de ganar la elección, desde la Cámara de Diputados le tocará escudriñar los presupuestos de los 3 últimos años del gobierno de Enrique Peña Nieto, ¿será igual de incisivo como lo ha sido con las cuentas de Guillermo Padrés? Aunque como diputado local pudo haberse adelantado y reclamar al gobierno peñista los duros recortes que se avecinan para el sector agrícola del sur de Sonora.
En el Congreso Federal se verá qué tan auténticas son sus ansias de justiciero contra los corruptos, no solamente con ranchos y represos, reprobable sin duda, pero también de mansiones de color blanco con origen sospechoso.
Estaremos frente a un Abel, que en hebreo significa efímero, pero con sangre…de Caín?. El tiempo lo dirá.