El INE dice que se calumnia a Padrés cuando se le dice la verdad
Carlos MONCADA OCHOA
Todavía el sábado por la tarde escuché en una radioemisora de México el spot sobre Padrés que el Instituto Nacional Electoral consideró calumnioso. Supongo que no se había notificado oficialmente a los medios. Como el INE no tiene facultades para censurar esta columna, repito enseguida el contenido del spot:
Una reportera pregunta a un ciudadano qué opina de que el gobernador panista “construyó ilegalmente una presa en su rancho que le quita agua a la gente que no la tiene” Y el interrogado responde: “¿Que qué opino? Que eso es una chin…” También pregunta la reportera a una mujer, con resultado parecido, “¿Qué opinas de que los diputados del PAN piden moches del dinero destinado a construir escuelas y hospitales?”
Es curioso que la política intente convertir en calumnia lo que es rigurosamente verdad. Y como la verdad se demuestra con pruebas, enumero las que sirven de sostén al contenido del spot:
Testigos presenciales (los vecinos de los alrededores y los técnicos de Conagua, que prometieron investigar a fondo lo sucedido con la demolición), fotografías, videos, documentos cartográficos, muchos obtenidos por observación satelital, declaraciones de científicos, confesiones del propio Padrés en programas de radio y televisión, entre ellos, la entrevista que le hizo Denisse Maerker.
En esa entrevista confesó que no había solicitado autorización a las instancias debidas para construir su presa particular; era, pues, ilegal, como señala el spot prohibido.
Por su naturaleza, el spot tiene que ser breve, de ahí que el texto señala, en general, que la presa ilegal quitaba el agua a quien no la tiene. Pero esto amerita una ampliación. Según el cálculo de un científico, el doctor Rodrigo González Enríquez, de la planta académica del ITSON, el agua que retenía Padrés en su presa era el equivalente al 25% del total requerido por los consumidores de Hermosillo. La presa, pues, perjudicaba a los habitantes de la zona del río de Sonora y también a los hermosillenses.
Pero el perjuicio más grande se extendió a todo Sonora, al generar un ambiente de rencores entre sur y norte por la construcción del acueducto, que era innecesario pues se podía haber agregado, a los recursos que ya tiene Hermosillo, el caudal que el gobernador se robaba. El acueducto fue su negocio particular, y de su banda, en cuanto que retenía agua en su presa y se enriquecía más con el acueducto. Este individuo es, entre los criminales, uno de los peores que haya habido en México.
En algunos medios nacionales se comienza a escuchar la opinión de que los partidos se atacan mutuamente y que esta guerra propagandística confunde a la gente y no sabe a quién irle. Tienen razón a medias, pero es peligroso llegar a la conclusión de que mejor es no creerle a nadie. Es la conclusión a la que quieren llevarnos los perversos.
Por el bien de los sonorenses debemos obligarnos a distinguir con claridad la publicidad que se apoya en pruebas fehacientes, como las que cito líneas arriba respecto a la presa ilegal, y la que se hace con base en mentiras y auténticas calumnias para confundir al ciudadano y ocultar los graves delitos que reclaman castigo.
La verdad no deja de serlo aunque se combinen los intereses políticos y las componendas para cambiarle de nombre. La votación que favoreció a Padrés y que se hizo en las oficinas cómodas del INE, debió haberse realizado entre las familias del río de Sonora.
carlosomoncada@gmail.com