Que el chismorreo político no nos haga olvidar las tragedias de los indios
Las obras de la presa Pilares, en el sur, que tenían varios meses suspendidas, y que darán un golpe brutal, quizás un golpe de muerte, a la tribu guarijío, han sido reanudadas. Es un eslabón de la cadena de obras hidráulicas que en todo el país atentan contra la geografía histórica de los indios, crea almacenamientos de agua para los grandes productores y ofrece a los políticos y gobernantes la oportunidad de agregar riqueza mal habida a sus cuentas bancarias.
Esta presa inundará montes de los que a lo largo de los siglos habían vivido los guarijíos y les clausurará caminos y veredas para aumentar su aislamiento. No se les consultó su voluntad para plantar en su tierra una mole de cemento, aunque se levantó un documento con firmas falsas y se atemorizó con amenazas a los gobernadores que intentaron oponerse.
El 11 y el 13 de mayo, los indios de Sonora saldrán en caravana desde Vícam, al tiempo que otros miles harán lo propio desde Pijijiapan, Chiapas, y desde Piedras Negras, Coahuila. Todos son víctimas de atropellos semejantes.
El 20 de ese mes se concentrarán en Plan de Ayala, Morelos, para realizar el Encuentro Indígena Campesino y Popular y relanzar el Nuevo Plan de Ayala en Defensa del Agua y de la Tierra. Las caravanas convergerán el día 21 en Xochimilco, y al día siguiente harán escuchar su protesta en El Zócalo de la Ciudad de México.
Los indios de México exigirán la cancelación de los megaproyectos que hacen más millonarios a los políticos millonarios, protestarán por la impunidad de los asesinos de Ayotzinapan, ratificarán su postura contra la imposición de la Ley General de Aguas que promueven Conasupo y los enemigos de México, denunciarán la urbanización salvaje de grandes áreas rurales y reclamarán, por lo que toca a Sonora, la suspensión del acueducto al Novillo y la libertad para los dirigentes Mario Luna y Fernando Jiménez.
Mientras ellos, los dueños originarios del país, recorren penosamente el territorio nacional en demanda de justicia, nosotros seguiremos enredados en las mezquinas rivalidades de partidos y en el interés de que gane este menso o aquel tarado, porque en él depositamos la esperanza de una chamba.
Y los intelectuales al servicio de los candidatos se quemarán los sesos tratando de inventar propuestas que puedan apantallar a los incautos. ¿Por qué esos candidatos no incorporan, simplemente, como suyas, las exigencias de los indígenas que se han indicado?
MURIÓ EL PROFR. CARRERA VEGA
Falleció en estos días el profesor Enrique Carrera Vega, un líder de izquierda centrado, inteligente y hábil, que fue diputado local por el PSUM de 1982 a 1985.
La desaparición de ese partido no detuvo su acción permanente en bien de los trabajadores, especialmente los del campo. Sus dotes de organizador le permitieron crear otros organismos de lucha, que fue incesante. Serio, de buenos modales, proyectaba la imagen de un dirigente fuera de lo común.
A su recuerdo dedico este puñado de líneas.
(Casi al escribir el punto final de esta columna, me informan otra defunción lamentable: la de Carmelita Pellat, dama de Arizpe, investigadora entusiasta de la historia de aquella región, celosa atesoradora de documentos valiosos, crítica de los mediocres, leal a sus amistades. Cualquier homenaje que se haga en su honor no podrá alcanzar sus méritos)
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