Raúl Héctor Campa García
Desde hace años he realizado varios viajes a la Ciudad de Mexicali, a visitar a mis familiares; visitaba a mi entrañable hermano, José Luís (QEPD; en marzo cumplió un año de fallecido), a mis sobrinos, a mi hijo que en esa ciudad estudió medicina, en la Universidad Autónoma de Baja California; una Universidad oficial, pero que parece privada, en cuanto a su conservación y limpieza. No observé en mis visitas a los campus de esa Institución de educación superior, nada de grafiti (o grafitti, concepto o palabra italiana), nada de pintas como las que realizan los jóvenes identificados como cholos o de consignas políticas, como las que se observan en los muros o edificios de muchas universidades de México, ejemplo Puebla, Morelia o en la Propia UNAM.
Pero también este fenómeno de pintas de consignas políticas o de grafiti como “expresión artística” se ven en otros países. En Barcelona, por ejemplo; una de tantas comunidades autónomas de España (Cataluña), donde el espíritu separatista se manifiesta por todas partes; como dentro del campus de la Universidad Autónoma de Barcelona. Pero, lo que me llamó la atención, fue que en los edificios de sus facultades no se ven estas pintas; pero tienen o cuentan con una plaza que se encuentra en uno de los accesos al campus donde, se podría decir, que es el lugar donde los universitarios (alumnos y maestros) se manifiestan y en donde se ven alrededor de la plaza estas consignas separatistas entre otras; hasta la figura del Che Guevara observé en una pared de esa placita (pensé que me había equivocado de campus y que entraba al campus de la UNAM u otra Universidad Oficial de nuestro sufrido-política, social y económicamente país, México.
En Mexicali, siempre que llegaba e iba rumbo a casa de mi Hermano, me llamaba mucho la atención una frase plasmada en una barda bien pintada, fondo blanco y letras negras: “UNA CIUDAD LIMPIA, ES LA QUE SE BARRE MENOS”. Verdaderamente la ciudad en su mayoría, se encuentra desde hace más de 24 años limpia y se nota el crecimiento urbano y el progreso. La frase se puede interpretar a reserva de que haya otra; como que invita a la reflexión al ciudadano, que si mantiene su entornó limpio o las autoridades municipales coadyuvan (o viceversa) a conservarlo libre de deshechos, la basura no se acumula y no se barrerá tanto.
Todo esto viene a colación, transportando lo escrito arriba, a lo que acontece en Cajeme, en Ciudad Obregón, Sonora. En otro tiempo una de las ciudades que se caracterizó por su orden y limpieza de sus calles. Calles y avenidas ahora tan sucias, donde se ven rutinariamente montones de basura en las banquetas, por fuera de los centros de concentración de personas, zonas de recreo, etcétera.
Si bien es cierto la ciudadanía, en un gran porcentaje no colabora por mantener limpio su espacio y las autoridades no coadyuvan (o viceversa) a mantener estos entornos libres de basura.
Una de las áreas de recreo emblemática de nuestra ciudad, es la Laguna del Nainari, que varias administraciones municipales le han dado su manita de gato unos más, otros menos o nada (si no tiene amnesia la ciudadanía, sabe quiénes han hecho algo por esta área y quienes no) y en donde la población y visitantes foráneos acuden a pasar un rato agradable, hacer ejercicio, o van a comer lo clásico en ese lugar, los cocos helados y otros tipos de alimentos. Hay depósitos de basura, que en ocasiones son insuficientes o algunos “paseantes” no los utilizan y arrojan la basura fuera de estos. Un comerciante de cocos, nos informa que ellos mismos tienen que llevarse la basura, según él no pasan rutinariamente los vehículos recolectores de basura.
Como se puede constatar, hay persona que arrojan basura al pequeño canal de desagüe, ademado con cemento, que se encuentra entre el área de las casetas de vendimia y la calle que circunda parte del deportivo. Allí se puede observar residuos de cocos, botellas de plástico, vasos, papeles, maleza que sale por algunas aberturas o cisuras de algunas partes del concreto, objetos varios, que en algún momento, en tiempo de lluvias pueden obstruir y provocar que aflore a las áreas deportivas toda esa cloaca que se pueda acumular; como ya sucedió hace 4 o 5 años. Tan bien que está esa área, pero vería mejor, si la ciudadanía y municipio se preocuparan por mantener limpio estos espacios.
El concepto de muchas personas, es que en gran parte de la ciudad, se observa suciedad, basura, que se convierten en foco de infección. Claro que esta responsabilidad es compartida o mejor dicho la culpa es compartida, parte de la sociedad y parte la autoridad.
Ojala que el candidato que acceda, por medio del voto razonado, a la presidencia del municipio retome el tema, entre otros temas torales (seguridad, educación, deporte, cultura, etc.), el de los servicios públicos municipales, eficientes y eficaces. Que seamos de nuevo una ciudad limpia de todo tipo de basura (hasta de las basuras políticas y no solo me refiero a los pendones, sino a los indeseables) y recordemos el viejo dicho. Un pueblo tiene el gobierno que se merece.
Una ciudad limpia, es la que se barre menos.
Y sin pelos en lengua, lo escribo y lo afirmo, hay un candidato que en esto de los servicios públicos municipales, lo reconozco (cuando menos en esto) tiene experiencia.
Antes que nada necesitamos un municipio saludable, libre de toda cloaca humana y demás (esto último, se lo dejo a su libre interpretación).
#PARACAMBIARYOMEINCLUYO
Saludos con respeto
Dr. Raúl Héctor Campa García.
raulhcampag@hotmail.com