Noticia mundial por varios meses, fueron las campañas de los candidatos a ocupar la presidencia del País vecino, políticamente incomodo, pero que se le acomoda a todo el mundo.
País admirado y criticado por muchos y durante mucho tiempo. Admirado por el orden y su espíritu democrático, por sus importantes centros de estudios, de ciencia y de investigación, entre otras muchas cosas. Criticado por su arraigado racismo en la mayoría de su población y en otros hipócritamente oculto, tanto con sus habitantes de raza negra y hacia los inmigrantes, en particular a latinoamericanos y africanos, a pesar de ser un País conformado por inmigrantes; además por su política intervencionista, por lo que se han ganado el mote de ser el policía (CIA) del mundo. Que influye mucho en la “autodeterminación de los pueblos”.
Los dos tradicionales partidos, el Demócrata y el Republicano con sus candidatos, fueron los principales contendientes: Hilary Clinton y Donald Trump.
Clinton con un historial de participación política, ex primera dama, ex secretaria de estado, reconocida por sus ideas “liberales” era la favorita, según los encuestadores y analistas políticos de todo el mundo y en México no fue la excepción. Quizás el único en contra fue el Presidente de México (¿Y? ha de estar sonriendo: “se los dije caones” ¿regresará el sustituido Videgaray?). Otro que se ha de estar sonriendo es el Sheriff de Arizona, Apaio, cazador de inmigrantes.
Donald Trump, un controvertido empresario no político, arrogante multimillonario, señalado como racista, misógino e inclusive xenofóbico, basó campaña en criticar los 30 años de actividad política de su contrincante. Su fuerte crítica a los inmigrantes “que han mermado la economía del País”; amenazó durante su compaña con hacer un muro fronterizo con México, que hace tiempo está y sigue en construcción ¿Y… no nos hemos dado cuenta o solo lo va hacer más alto o quedará en solo retórica de campaña? O como dijo literalmente El Bronco gobernador de Nuevo León, respecto al famoso muro… “es puro pedo”. En especial a los mexicanos nos trató de violadores y drogadictos, a todos nos midió con el mismo rasero (de lo que padecen muchos gringos, principales consumidores de drogas). Aun así un presidente de un País lejano le puso su trasero, lo recibió cuando era candidato como si ya fuera el presidente. En la madre no se equivocó, Trump a pesar de todos los pronósticos en contra, ganó. Ganó con un discurso, que esa mitad de la población quería escuchar.
Dos cosas quizás entre muchas, influyeron para que un candidato como Donald Trump ganara la presidencia de los Estados Unidos. Una, su triunfo solo ratifica que una gran mayoría de la población, no niega que son racistas. Una cosa es el conservadorismo, que como doctrina política, es aquello que defiende los valores políticos, sociales y morales y se “opone” a reformas o cambios radicales en la sociedad y otra cosa el racismo, que no es más que la defensa de la creencia de ser superiores como raza, frente a las demás y ven la necesidad (o necedad) de mantenerlas aisladas del resto de la comunidad (ejemplos, los nativos indios en sus reservas territoriales, los afroamericanos, latinoamericanos, etc.). Tal vez estos racistas no perdonaron que Obama haya sido su presidente, independiente de sus políticas de gobierno buenas o malas. (Y… ¿se vengarían por ser negrito?).
Por otro lado también, a pesar de ser una sociedad moderna y de “open mind” (aunque menos que la europea), un gran porcentaje de los habitantes de los Estado Unidos, tienen gran espíritu cristiano, no católico, pero con férreos principios morales comunes. La experiencia política de Hilary Clinton, quizás no pudo ser el factor de su derrota.
Pero tal vez Sí en parte, para esa gran comunidad influyó las declaraciones abiertamente pro-abortista, más cuando trató muy mal el tema al decir que: “… defenderá el derecho de las mujeres a tomar sus propias decisiones…limitando el ejercicio de su elección, hasta el momento justo antes del parto…” ¿WHAT?
O sea que no sólo está de acuerdo con el aborto, sino también en la interrupción de embarazo al final del último trimestre de la gestación.
También el 30 % del voto latinoamericano a favor de Trump, se debió a las deportaciones de trabajadores ilegales que se hicieron en el gobierno de Obama; 2 millones de esos deportados fueron mexicanos que quizás llegaron a ese País por tener a un familiar legalmente establecido y eso creo una separación de muchas familias. Trump lo va seguir haciendo, no lo duden. Pero de todos modos muchas personas de otros países, al no encontrar oportunidades de tener una vida digna, seguirán intentando de ir en “pro de ese sueño americano”.
A pesar de la popularidad de Obama, como presidente y ser un buen bailador como todo negrito, ahora le toco bailar con la más fea: la perdida-pérfida- elección.
Lo que no se puede negar es la madurez política de la población norteamericana, donde el proceso es realmente democrático y lo más loable, una vez terminado el proceso electoral, el perdedor felicita al ganador y se pone a la orden para trabajar en bien del País. Virtualmente la derrotada, le alza la mano al vencedor.
A propósito del Muro, cuando mis hijos estaban pequeños, en un viaje que hicimos a Tucson, Arizona, uno de ellos, al ver unos pajaritos posados en la barda de acero que divide la frontera, me preguntó: “Oye papá esos pajaritos que están en la barda, son mexicanos o son gringos”. No hijo, ellos no tienen nacionalidad son libres como el viento. Pero en mi interior pensé otra respuesta: Si un pajarito está volteando hacía México y se hace popo hacia Estados Unidos, es mexicano. Si otro esta en sentido contrario –mirando hacia USA y “cuachando” a México… Es gringo.
Y… en México para la mayoría de la población que vive en pobreza, que son aproximadamente más de 70 millones y de esos casi la mitad en pobreza extrema, no va cambiar en nada. Y la clase media seguirá con su cotidiano batallar para seguir viviendo en la honrosa medianía que le da su trabajo para el sustento familiar.
Así que no nos debe preocupar quien ganó en aquel País. Mejor cada quien preocupémonos, en ser mejores mexicanos, en nuestro entorno familiar o comunitario. Y los gobiernos que se preocupen como sanear las finanzas públicas, mejorar la calidad de vida de los mexicanos y emprender una lucha frontal contra la corrupción, empezando por la clase política.
¿Y para que preocuparse, por quien ganó la presidencia en Estados Unidos? Para México como la canción que canta Julio Iglesias: “…LA VIDA SIGUE IGUAL…”. La mayoría de los mexicanos, somos seres crisis resistentes y esa mayoría contestara como Eugenio Derbez: “pregúntame caón”.
#PARACAMBIARYOMEINCLUYO
Dr. Raúl Héctor Campa García
Ciudad de México. 9 de noviembre de 2016
raulhcampag@hotmail.com