Ex Libris
I.- Siete ensayos integran este libro. Escritos originalmente en inglés, fueron traducidos al español por el mismo autor: Benjamín Arditi. Y cuyo título: La política en los bordes del liberalismo (político) subraya con los conceptos: emancipación, diferencia, populismo, revolución. Donde me parece que la segunda parte es la más sobresaliente: Populismo, espectro de la democracia y el populismo como periferia interna de la política democrática. Le sigue la tercera parte: Agitado y revuelto: del arte de lo posible a la política emancipatoria.
Y, después del duelo por la revolución, ambas ocupan 100 páginas. La introducción es fundamental; y se puede seguir con los tres capítulos de la primera parte. Aunque cada lector puede decidir el orden de la lectura-estudio del texto apoyado en una amplísima bibliografía.
Supongo que ha sido un libro ampliamente consultado por estudiantes y profesores universitarios, tanto en España como en América Latina, ya que contiene reflexiones de gran calibre que nos permiten acertar para discutir y opinar en torno a esos temas de nuestro tiempo político; especialmente acerca del liberalismo político, porque a pesar de que constantemente no se haga la diferencia, tenemos, también, al liberalismo económico.
II.- Éstos no siempre han marchado juntos, pues el capitalismo ha postergado al liberalismo político que exige como requisito indispensable un Estado de partidos, una democracia indirecta o representativa; y la muy importante democracia directa que debe manifestarse ejerciendo sus derechos con protestas, revueltas, discusiones públicas, consultas populares y referéndums.
Las reflexiones sobre el populismo resultan ilustradoras, ahora que éste se ha vuelto la continuación de la democracia directa contra la representativa, porque los ciudadanos y el pueblo en general saben que ya no son representados por esa desacreditada democracia, que se ha convertido en una democracia elitista y oligárquica de giros autoritarios.
“Una crisis de representación es afectivamente un terreno fértil para la aparición o el fortalecimiento del populismo… éste surge cuando hay una crisis de representación: es una respuesta a la incapacidad o a la negativa de las élites para responder a las demandas del pueblo”.
El autor hace tales afirmaciones sobre investigaciones europeas, latinoamericanas y estadounidenses, porque la democracia tradicionalmente representativa se entrampó en representantes divorciados de sus representados. Y en regímenes como el mexicano y de aquí para todo el sur latinoamericano, transformándose en una democracia que funciona como dictadura de la mayoría (dentro del Congreso) obedeciendo las órdenes del presidencialismo.
III.- “Por otro lado, la caracterización populista del pueblo suele ser imprecisa, pues dependiendo del contexto y del signo político del populismo se concibe éste con una variedad de nombres que incluyen el de los desposeídos, las sufridas clases medias, los contribuyentes, la gente común o un Juan-Pueblo genérico, la mayoría moral, y así por el estilo”.
Y prosigue rascando la respuesta a la siguiente pregunta:
“¿Hay una diferencia entre el populismo en las calles y el populismo en el poder? No de manera tajante, pero si relativamente cuando las instituciones, la Constitución y el estira y afloja con los grupos de poder, en el capitalismo, liman los filos del populismo como fuerza política. El populismo también se engendra como invocación del pueblo, la critica a las élites y a la corrupción… el populismo parece ser compañero de ruta de las formas mediáticas de la representación contemporánea, ya sea en democracias emergentes o en consolidadas”.
Ficha bibliográfica
Benjamín Arditi. La política en los bordes del liberalismo. Gedisa.-2010
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