Gota a Gota III
La pesadilla aún no termina para la nomenclatura del sistema político mexicano, ese proyecto transexenal ideado por Plutarco Elías Calles con éxito hasta la llegada de los tecnócratas y después en su nueva versión: los neoliberales.
Hasta López Mateos la bandera revolucionaria estaba enraizada en la conciencia nacionalista, había pobreza, analfabetismo, fanatismo religioso, pero se vislumbraba un futuro mejor. El Imss, carreteras, luz eléctrica, universidades eran resultados ya disfrutables de la revolución mexicana. Los obreros tenían sus conquistas, los campesinos sus ejidos y avíos, y cooperativas los pesqueros, todo iba bienel progreso se olía, se untaba a la esperanza, además había tiempo, sin prisas.
Los cachorros de la Revolución comenzaban a hacer sus travesuras, pero todo dentro de un esquema controlado. Los medios de comunicación con telenovelas y la industria cinematográfica con las ficheras eran maquillajes suficientes para minimizar “Los olvidados de Buñuel” en el inframundo económico.
La gran central obrera CTM (cuna de lobitos) era pilar y cimiento donde descansaba el sistema político mexicano y la paz social.
Alguna vez en las ingeniosas entrevistas que brindaba don Fidel Velázquez, contestó ante la pregunta de por qué nunca había sido presidente de la república “Para qué, si yo los pongo” fiel vocero de la Nomenclatura y lo fue hasta su muerte.
Nunca comprendí, por qué dejó huérfana su obra maestra a sabiendas que los tecnócratas con Salinas a la cabeza la destruirían en la primera oportunidad, o paulatinamente la debilitarían para convertirla en una central decorativa, como la CNC o la CNOP, simples caprichos de “la Mafia del poder” según “ya sabes quién”.
Recuerdo que la CTM alguna vez su fuerza política era tal, que tenía 2 o 3 gubernaturas en el mismo trienio, Calderón, Abelardo Carrillo,José Ramírez Gameros y Arturo Romo fueron la muestra. En 1984,2 gobernadores, 14 senadores, 48 diputados federales, 80 diputados locales, 62 presidentes municipales, 661 regidores, en total: 941 funcionarios de elección popular, además de los plurinominales o de partido. Hoy ya los quisiera el partido que olvidó su origen. ¡Qué tiempos señor Don Simón!
En julio de 1983, esto sintetizaba todo:
“Queremos que el PRI se dé cuenta del terreno que pisa actualmente, muy distinto a anteriores épocas; que se dé cuenta que hay una reforma política; que existe un pluripartidismo; que hoy debe haber, más que nunca, una mayor y mejor unidad, y más férrea, entre los militantes del PRI; que el PRI postule candidatos con arraigo, procedentes de sus sectores; que la responsabilidad recaiga no solamente en una persona, sino en todos los que debemos compartirla Queremos que el PRI se interese en los problemas de los obreros y de los campesinos, que se solidarice con los principios que defiende la clase obrera, porque hasta ahora no ha recibido ese apoyo” Fidel Velázquez.
¿Premonición?
6 de marzo presente lo tengo yo…
“Yo veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso; de comunidades indígenas que tienen la gran fortaleza de su cohesión, de su cultura y de que están dispuestas a creer, a participar, a construir nuevos horizontes.
Yo veo un México de campesinos que aún no tienen las respuestas que merecen. He visto un campo empobrecido, endeudado, pero también he visto un campo con capacidad de reaccionar, de rendir frutos si se establecen y se arraigan los incentivos adecuados.
Veo un cambio en el campo; un campo con una gran vocación productiva; un campo que está llamado a jugar un papel decisivo en la nueva etapa de progreso para nuestro país.
Yo veo un México de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan; pero también veo un México de trabajadores que se han sumado decididamente al esfuerzo productivo, y a los que hay que responderles con puestos de trabajo, con adiestramiento, con capacitación y con mejores salarios.
Yo veo un México de jóvenes que enfrentan todos los días la difícil realidad de la falta de empleo, que no siempre tienen a su alcance las oportunidades de educación y de preparación. Jóvenes que muchas veces se ven orillados a la delincuencia, a la drogadicción; pero también veo jóvenes que cuando cuentan con los apoyos, que cuando cuentan con las oportunidades que demandan, participan con su energía de manera decisiva en el progreso de la Nación.
Yo veo un México de mujeres que aún no cuentan con las oportunidades que les pertenecen; mujeres con una gran capacidad, una gran capacidad para enriquecer nuestra vida económica, política y social. Mujeres en suma que reclaman una participación más plena, más justa, en el México de nuestros días.
Yo veo un México de empresarios, de la pequeña y la mediana empresa, a veces desalentados por el burocratismo, por el mar de trámites, por la discrecionalidad en las autoridades. Son gente creativa y entregada, dispuesta al trabajo, dispuesta a arriesgar, que quieren oportunidades y que demandan una economía que les ofrezca condiciones más favorables.
Yo veo un México de profesionistas que no encuentran los empleos que los ayuden a desarrollar sus aptitudes y sus destrezas.
Un México de maestras y de maestros, de universitarios, de investigadores, que piden reconocimiento a su vida profesional, que piden la elevación de sus ingresos y condiciones más favorables para el rendimiento de sus frutos académicos; técnicos que buscan las oportunidades para aportar su mejor esfuerzo.
Todos ellos son las mujeres y los hombres que mucho han contribuido a la construcción del país en que vivimos y a quienes habremos de responderles.
Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.
Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso.
Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones. Los problemas que enfrentamos los podemos superar.” Luis Donaldo Colosio ¡Nadie sabe para quién trabaja!
¿Profecía? Y eso que aún no llegaba Calderón con “el genocidio del día siguiente”
El dinosaurio no sabía leer, y ahora no tiene quien le escriba.
Es Cuanto.