Controversial, el mensaje que dio el Presidente de México, junto con su esposa en una zona arqueológica prehispánica, del Estado de Tabasco, que se difundió a través de un video, donde le dice a la ciudadanía, que solicitó ante el gobierno de España, que pidan perdón a los habitantes descendientes de los pueblos originales, por los agravios y desmanes de la conquista. Solicitud que hizo el Presidente, a través de una carta, que les envío al Rey Felipe y al Papa Francisco. Por supuesto que el gobierno español, le envió una sesuda contestación, ante esa absurda petición. Para recordarle, al Presidente de México, que en 1836 se firmó un Tratado Definitivo de Paz y Amistad entre la República Mexicana y S.M.C (Su Majestad Católica). “Firmado en la Ciudad de Madrid, el 28 de diciembre de 1836. En el mismo lugar se firmó un Artículo Secreto Adicional. En el mismo lugar y el 29 de diciembre de 1836 se firmó una Declaración relativa al Artículo IV y una Declaración Particular Secreta relativa al mismo Artículo IV. Ratificados por Los Estados Unidos Mexicanos el 3 de mayo de 1837. Promulgados por Decretos del 28 de febrero de 1838”. En la “declaración particular secreta” con la firma del Perdón y Olvido fue, también, mantener las relaciones comerciales y de buena voluntad entre ambas naciones, después de la Independencia (inicio de la guerra, 16 de septiembre de 1810, logro de la independencia al 27 de septiembre de 1821), donde se Constituyó el País independiente. México. Sin embargo, 317 años antes que se firmara este documento; en esa época, toda Europa, estaba divida en reinos, el territorio español de antaño no era la excepción, y la conquista o invasión de lo que es Hoy México y otros territorios fue patrocinada por el Rey Carlos I a Hernán Cortés. Carlos I no era español (Nació en Gante, Flandes. Era de Bélgica… para evitar el albur), rey de “España” y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, donde persistió por mucho tiempo la simonía, entre el Papado y gobernantes de ducados, conformado por varios territorios “soberanos”.
(Nota al margen: Simonía. Acción o intención de negociar con cosas espirituales, como los sacramentos y cargos eclesiásticos. Principalmente con la influencia de los reinos europeos, con los Cardenales y Papa en turno, para la designación del siguiente, en intrigas palaciegas “… no se puede servir a Dios y a Mammón al mismo tiempo; no podemos estar con un pie en el cielo y otro en la tierra”. Giovanni de´ Mussi. Crónica de Piacenza, h. 1350). (Fuente: Chamberlain- E.R. The bad popes. Ed. Orbis. Barcelona 1970).
Nuestro País, México; antes de la invasión o conquista, estaba conformado por naciones: ejemplos, Chichimecas, Olmeca, Choluteca, Maya, Yaqui, mayos, Ópata, Azteca, etc., que peleaban en distintas épocas entre ellos, por la supremacía de unos sobre los otros. Tenochtitlan era el yugo.
Lo que hoy es América, fue invadido a causa de una serendipia. Reinos que existían, en lo que es hoy España, buscaban una vía marítima más corta, para comerciar con la India, y por “error de cálculos náuticos”, “descubrieron América” – por equivocación llegaron a lo que es hoy Latinoamérica- (a partir de 1492), durante el reinado de los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón), que patrocinaron a Cristóbal Colon, en esa aventura. (En Barcelona una estatua de cuerpo entero de Colon, con el brazo derecho alzado, apunta con el dedo índice hacia la India).
Respecto a la disculpa que debería dar la Iglesia por “los mismos” agravios; tres Papas han externado el perdón: S.S. Juan Pablo II, Benedicto XVI y él actual Papa Francisco.
Si bien es cierto, los inmisericordes agravios, fueron muchos de los conquistadores o invasores a los pobladores originales. Cierto es también, que antes de la llegada del invasor, las confrontaciones de los pueblos originales eran habituales, incluso en “santa paz”, como las constantes guerras floridas, entre ellos, para “abastecerse” de seres humanos, para los sangrientos rituales de los sacrificios y antropofagia posterior. La subyugación o dominación que tenía el Imperio Azteca, la Gran Tenochtitlan, sobre los demás pueblos o naciones, les produjo mala aversión, enemistad con ellos, y los agravios eran mutuos, predominando los de los aztecas.
Pero si nos basamos en los agravios que han sufrido los seres humanos, por sus semejantes, a través de la historia, tendríamos una interminable lista, desde el fratricidio bíblico cuando Caín mato Abel, las guerras tribales antes y después de Cristo, la primera y segunda guerras mundiales, las guerras intestinas de la revolución mexicana, hasta las masacres inmisericordes, que se hacen hasta la actualidad. Entre la maldad de la humanidad, están los hechos buenos de la mayoría. En aquella época de la conquista, los evangelizadores que llegaron con el conquistador, que, por cierto, la mayoría no eran españoles, estuvieron luchando, cuando menos por el buen trato y la dignidad de los pobladores originales, pugnaron por decretar las Leyes de Indias, antecedentes de lo que son ahora los Derechos Humanos, ley que se concretó en 1680; después de luchar por ellos por largo tiempo. No solo en la evangelización, sino el vínculo cultural de ambos mundos; el europeo-con el mundo prehispánico de América.
Mientras los pobladores originarios, vivían entre la de paz y la incertidumbre de las luchas entre ellos, su bagaje cultural, que aportó mucho al universal; quizás, en comparación con otros pueblos, tenían cierto retraso, en relación con la Europa y de otros países, de Asía y del Medio Oriente; las civilizaciones antes de la era cristiana, el acervo cultural, en las artes, las letras y en la ciencia en ciernes, iban en avance, ya se divulgaban los conceptos éticos y filosóficos de los griegos y de otras naciones (Sócrates, Platón y Aristóteles). Antes de la Conquista la enseñanza universitaria estaba ya establecida en Europa y otros Países; por ejemplo, en Salamanca está la universidad más antigua de Europa (1218), en Marruecos, la Universidad de al-Qarawiyyin, fundada por una mujer (en el año 859), quizás es la más antigua.
Algunas de las personas, desearían haber vividos en la época de nuestro México Prehispánicos, otras tal vez, con el “hubiera” de la conquista de un pueblo Sajón, y llevar los apellidos irlandeses de O´Connor, O´Neal, en vez de López, García o Pérez, o solo el nombre personal en náhuatl: Xicoténcatl, Tezozomoc, Cuitláhuac, Acamapichtli, Tizoc, Bacasegua, Anguamea (que se escuchan en la actualidad).
El presidente, tal vez deseó llamarse Amlolitzin.
La forma impositiva, como exigiendo de que se pida perdón (¿Quizás a él, en lo particular?), por todo lo ocurrido durante la conquista (perdón que hace tiempo se pidió), tal vez no se solicitó de una manera correcta, como bien apunta el politólogo y escritor, Dr. Juan Antonio Crespo, pero si hubiera sido preferible, convocar a historiadores excelsos, de ambos países, para rescatar lo bueno de los hechos históricos y no repetir lo malo, que es lo más fácil de hacer. Un encuentro de historiadores para tal fin, con la imparcialidad estricta, que debe tener la historia, como la crónica científica de hechos pasados. El tema, como es conocido, polarizó de nuevo a la ciudadanía (¿Será ese el propósito del gobierno actual, para qué? Recibiendo apoyo de unos, la suspicacia en otros, que como siempre, en los hechos históricos y en los personajes de la misma, les buscan solo el lado bueno, los usan como discursos, para fines políticos. La conmemoración de los 500 años de la conquista o invasión de México, que conjuntó culturalmente a dos pueblos, queramos o no, es la que dio forma a lo que es nuestro País MÉXICO. Pero coincide con elecciones para cambio del congreso y la elección para gobernador en algunos Estados y, sobre todo, para muchos, la inútil consulta de la revocación del gobierno ¿Al mismo tiempo todo, es pura coincidencia o un plan estratégico manipulador electorero gubernamental? ¡de eso no sabe el Presidente!
Termino citando a José Alfredo Jiménez “…descendiente de Cuauhtémoc, mexicano por fortuna…” (bueno a veces el color de la piel no nos ayuda, pero somos mexicanos); y con la frase de Jefe Yaqui José María Leyva –Cajeme- (Hermosillo 1837-Chumanpaco 1887): “Antes como antes y ahora como ahora”. Pero hacerlo bien, basado también en lo que estuvo mal, para no repetirlo. ¿Cuándo dejaremos matarnos entre nosotros?
Dr. Raúl Héctor Campa García
Desde mi estancia en Culiacán, Sin. 28 de marzo de 2019.
raulhcampag@hotmail.com.