Ex Libris
I.- Nadie sintetizó mejor el republicanismo con la democracia directa, como la expresión histórica sustentada con arreglo a su factor común de la democracia representativa, para así fundar al gobierno en sus tres manifestaciones: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, como representantes “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” (discurso de Gettysburg, el 19 de noviembre de 1863), como lo hizo Abraham Lincoln, al recrear al Estado moderno como un medio jurídico con fines políticos (que ha de explicar conceptualmente Hans Kelsen en su Teoría General del Estado: 1925, llevando a sus a últimas consecuencias la Teoría de la Voluntad Pura de Hermann Cohen de 1921).
Así se llegó a la diferenciación de: Gobierno, Sociedad y Estado, que brillantemente resume el kelseniano Norberto Bobbio, en su ensayo: Estado, Gobierno y Sociedad (traducción de 1987 del texto de 1976). Así es como Lincoln crea uno de los fines po-lí-ti-cos del Estado contemporáneo, sintetizando la democracia directa con la democracia representativa, al proponer que ambas significan “el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo”.
II.- En la recopilación de cartas, discursos y documentos (traducidos por Luisa María Álvarez), que lleva por título: Abraham Lincoln: ensayos, aparece el histórico discurso del Estadista de 1863 donde postula que las dos democracias han de funcionar como vasos comunicantes.
Y el 4 de julio de 1861, argumenta un “gobierno popular se establece y administra con éxito y se mantiene en contra de un intento interno por derrocarlo… las urnas son sucesoras legítimas de los balazos; y cuando por las urnas se ha llegado a un fallo justo y constitucional, se puede volver a recurrir, con éxito, a las mismas urnas, en comicios sucesivos”.
Ese republicanismo estadounidense “realizó, con el régimen presidencial, la coincidencia entre la figura del Jefe de Estado y la del Jefe de Gobierno” (Norberto Bobbio y Nicola Matteucci: Diccionario de Política, Siglo Veintiuno editores).
El mismo Lincoln agregó: “Nuestro gobierno tiene por base la opinión pública (esto ha de traducirse como la libertad de prensa). La opinión pública sobre cualquier asunto consiste siempre en una idea fundamental, de la cual irradian todas las demás ideas secundarias”. Nadie como él, criticó duramente el presidente Polk (el Trump de entonces), por la guerra de invasión a México, describiéndolo “como un hombre aturdido, atolondrado y lastimosamente desorientado”.
III.- En la introducción-presentación de este libro por Don E. Pehrenbacher se establece la personalidad política de Lincoln, asesinado el 14 de abril de 1865.
Siendo un “hombre forjador de acontecimientos” y no un simple mediocre gobernante que va de paso por los cargos para gozar del poder, proclamó la causa antiesclavista. Y sigue siendo un líder democrático en cuanto ejemplo, ya que su biografía es manantial para dar origen a políticos con calidad republicana-democrática. En este binomio Lincoln fundó su gobierno popular, atendiendo a quienes lo criticaban, las opiniones del pueblo y las peticiones para construir el buen gobierno con limitaciones en la vertiente de 1776 (Declaración de Independencia y sus derechos del ciudadano); 1789, vigencia de la Constitución.
Logra la Unión de los estados, evitando la desintegración del sur y el norte. Defiende el gobierno popular y censura la intromisión en México de Maximiliano. Por esto, Lincoln es un Estadista de nuestro tiempo al que se une Benito Juárez, creador de los fines republicano-democráticos del derecho internacional: “Entre los individuos como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz” (concepto del que me ocuparé en otro Ex Libris.
Ficha bibliográfica:
Abraham Lincoln. Ensayos (cartas, discursos y documentos). Pax-México, librería Carlos Césarman
Lord Charnwood. Abraham Lincoln. Biografías Gandesa cepedaneri@prodigy.net.mx