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En el ámbito social el rumor es algo así como una “bola de nieve”, que inicia pequeñita y conforme pasa el tiempo se incrementa. De acuerdo con la RAE la etimología de la palabra deriva del: latín rumor. La insigne institución, amplía la idea como: 1. m. Voz que corre entre el público. 2. m. Ruido confuso de voces, y 3. m. Ruido vago, sordo y continuado.
En este sentido, esas “voces y/o ruidos vagos, sordos y continuados” se atropellan en caudal sobre las masas de individuos de una comunidad.
Los expertos, citan:"Los rumores tienen efectos concretos en las poblaciones. Como se caracterizan por no tener una fuente confiable y por presentar información ambigüa y difusa pero verosímil, corren muy rápido entre la gente".(https://rumoryredes.wordpress.com/2016/01/09/impacto-social-de-los-rumores)
Además, estos expertos, añaden que “nadie se toma la molestia de verificar los datos y nadie logra encontrar el punto del ovillo donde se inició la información. Pero genera efectos concretos. Es fuertemente performativo (en términos semióticos), es decir: produce cosas. La gente reacciona, comenta y hace cosas con eso. Muchas veces, agravando situaciones de crisis o generando problemas nuevos” (Ibidem).
Algunos ejemplos
Y echando a volar la memoria, el primer caso de rumor experimentado personalmente, fue en los 60s. Una tarde, mis hermanas Nico y Pina me llevaron a un barrio conocido como San Bruno, cercano en Xalapa, Veracruz. Ellas decían que íbamos al lugar donde se había aparecido la virgen de Guadalupe. A esa edad, andaría en mis nueve años, pues yo confiaba en las aseveraciones de mis hermanas. Y ahí vamos al lugar de los hechos. Lo que alcanzo a recordar, es una calzada convertida en un mar de gente. Cuando llegamos al sitio de la aparición, recuerdo haber visto una figura en el tallo de un guayabo. Efectivamente, la silueta suponía una imagen de la guadalupana, o cuando menos así me parecía.
Ahora, en el 2020, que me dispongo a escribir esta entrega, reviso en internet el sitio de “la aparición”, y ¡oh sorpresa!, el sitio es ahora una gran iglesia. Sin duda, alguien reaccionó y le dio forma concreta a una idea y generó una nueva situación.
Muchos años más tarde, ya trabajando en el Sur de Sonora, corrió el rumor aquel de “la enfermera de Navojoa, que al tener un recién nacido en sus brazos, exclamó: ¡pero que niño tan feo!, a lo que el niño contestó
¡y más fea que se va a poner la situación!
El caso de este rumor, no aparece registrado en la web, no así el caso de la aparición de la guadalupana en una ventana de una escuela en Pueblo Yaqui.
Cito textualmente lo expuesto por el Mtro. Jorge Alberto Ponce Salazar, en el blog https://faropuebloyaqui.blogspot.com/2012/04/ ” Todo transcurría como un día normal, con actividad escolar incesante dentro de las aulas de la escuela “Secundaria Benito Juárez No. 23”, cuando de pronto alguien observó que, en dos vidrios de las ventanas del aula del Maestro Munguía, apareció la imagen de la virgen de Guadalupe, como una manifestación redentora para la gente del pueblo.”
El texto de Ponce Salazar, continua:
” La virgen apareció en días previos a la semana santa de 1982 y provocó visitas numerosas de paseantes de Ciudad Obregón y otras ciudades (…) quienes, enterados de tal suceso, acudieron a testimoniar, rezar o solicitar la intersección de la morenita para resolver algún problema de salud espiritual o física…”
El diablo y la dama del casino de Hermosillo
Finalmente, cerraré esta entrega, refiriéndome a uno de los casos más conocidos de apariciones o sucesos extraños. Cito textualmente la nota aparecida en la página webhttp://portadadesonora.com.mx/index.php/2016/10/31/casino-del-diablo-el-club-que-cerro-tras-la-aparicion-de-satan/
“Corrían los años 50 cuando Linda, de 16 años, se arregló para acudir al baile de celebración del Año Nuevo. No tenía permiso de su madre. Sin embargo, acudió al lugar, con la ilusión de encontrar pareja. Hizo su entrada triunfal al salón y su mirada descubrió frente a la chimenea al hombre más apuesto que había visto en su vida.”
“El baile estaba en su apogeo, muchos jóvenes la invitaron a danzar, ella los despreció a todos, menos al galán que la tenía cautivada. Linda, ilusionada, se dirigió al centro de la pista y después de unas piezas empezó a sentir caliente su espalda.”
“El abrazo del hombre le quemaba el cuerpo, espantada, se separó de su pareja y dio un grito despavorido que retumbó por todo el salón. Su mirada estaba puesta en las extremidades inferiores del caballero que, momentos antes, la tenían arrobada; descubrió que tenía una pata de gallo y la otra de chivo.” “El grito hizo que todos salieran corriendo asustados y él hombre misterioso se metió al baño, de donde salió una llameante explosión y un intenso olor a azufre invadió el ambiente”.
Y bien, como ya se había asentado líneas arriba, en todos estos casos, los expertos, añaden que “nadie se toma la molestia de verificar los datos y nadie logra encontrar el punto exacto de donde se inició la información”. Pero todo este caudal de datos creíbles o no, terminan por generar efectos concretos. Tanto el caso de la guadalupana y la del diablo, derivan en producir ideas. La gente reacciona, comenta y hace cosas con eso. Muchas veces, agravando situaciones de crisis o generando problemas nuevos”. Solo basta con echarle una revisada a los documentos que me han servido de andamiaje para este escrito, para comprobar como las personas, casi juran haber sido testigos y haber estado en el lugar de los hechos. Algunos de ellos con un prodigio literario, describen con propiedad a personajes que nunca vieron, hablan de ambientes y situaciones que nunca vivieron, pero que, por alguna razón, que no comprendo, se atreven a difundir.
El tema da para más, así que habré de regresar a estas pálidas páginas editoriales, para exponer algunas ideas sobre cómo anteponernos a los rumores, sean religiosos, satánicos o de cualquier otra índole.
* Adolfo González Riande. Lic. en Periodismo. Egresado de la Universidad Veracruzana.
