Debe preocuparnos la confrontación – que se da principalmente en las redes sociales - de seguidores y opositores al actual gobierno federal.
Con inusitado frenesí y con argumentos de todo tipo, pretenden influir en quienes los leen o escuchan. Igualmente politólogos y columnistas, principalmente, los que dejaron de recibir ingresos económicos cuantiosos en administraciones anteriores, opinan hoy y mañana también, con obsesión desmedida en contra del Ejecutivo, lo que debería ser parte de un ejercicio del derecho a expresarse con absoluta y total libertad, parece una encomienda de exterminio.
Ciertamente en ninguna parte del mundo existe un estado perfecto, por lo que, en tal contexto, resultan razonables y entendibles, además de necesarios, los debates políticos, a pesar que algunos de ellos, estén dominados por el encono y otros con razonables argumentos, fortalecen para bien, nuestra ruta a una verdadera democracia.
Con independencia de las corrientes de opinión en favor o en contra, del gobierno federal en funciones, es indiscutible que en las últimas tres décadas, millones de mexicanos estuvieron olvidados, el periodo neoliberal fue una fábrica de pobres, instrumentada brutalmente por irresponsables y ambiciosos gobernantes, que alegremente traficaban con su influencia, disfrazando incluso de empresarios para que les administraran sus mal habidas riquezas, a compadres, familiares y asociados. Es muy probable que esa casta de privilegiados y círculos clase medieros afines, que ya no obtienen obra pública, cuantiosos fondos para actividades agropecuarias, fideicomisos, etc., al ser desplazados y con los reductos de poder económico y político que aún tienen, orquestan el clima de confrontación que se menciona.
Pero esos privilegiados, que añoran el periodo neo liberal, acaban de recibir un duro golpe: La reforma al artículo 4º Constitucional, que era un catálogo de buenas intenciones, pero que en la práctica era letra muerta.
Inviable para los pragmáticos de la política convencional, pero compromiso ineludible para el nuevo régimen que prioriza a los más pobres, es así que las 2 cámaras del congreso y la mayoría de los congresos locales, aprobaron reformas al 4o constitucional en materia de bienestar social que implica: pensión a adultos mayores y a niños y niños con discapacidad, becas para estudiantes de familias pobres, derecho a la atención médica con medicamentos gratuitos.
Fuerte compromiso del estado mexicano, por las consecuencias presupuestales que implica la reforma, ya que por mandato superior deberán otorgarse esos beneficios a millones de mexicanos, por lo tanto, ya no podrán utilizarse para buscar provechos electorales, ni condicionarse su entrega bajo ninguna circunstancia. Así las cosas, debe reconocerse a tal reforma constitucional, trascendencia histórica, pero por alguna razón, en la guerra mediática en que nos tienen, ese tema no se toca, o como diría el gran José Alfredo Jiménez…los mariachis callaron.