Aunque de hecho ya se intuía, tal y como se lo aseguré a muchos de los que me preguntaban al respecto de la “ mega marcha” que se tenía anunciada en la que según sus promotores se da inicio con lo que en breve tiempo podría ser la caída y el derrumbe de la Cuarta Transformación y el gobierno de López Obrador, buscando por ahí, me encontré con la mejor de las crónicas de lo que bien pudiera llamarse, “ Crónica del fracaso de una mega marcha que no fue” .
Y para colmo, la encontré en voz de uno de sus principales impulsores como él mismo lo reconoce ahí en el video en el que, con el rictus del fracaso en el rostro, deja en claro dos cosas; el absoluto fracaso de la misma y el total rechazo a la cobertura de la misma por parte, -- dice él—la gran prensa nacional.
De aquella prensa – se lamenta el hombre – que por lo visto tiene otras prioridades que no es México, una prensa que a estas alturas es una pena y una vergüenza porque está faltando a su obligación de informar.
Y luego da una cátedra de cómo debe de ser el periodismo, sobre todo a aquellos que no supieron “ jerarquizar” el movimiento del sábado 30 de mayo que según él, fue todo un fenómeno, luego de que 77 municipios --- de 2417 que componen el país--- lo que es una mísera capacidad de convocatoria para el comunicador y un tal Lozano, principales organizadores de la mega marcha que no fue .
El vástago de Pedro Ferriz Santa Cruz el antecesor de Jaime Mausán en eso de andar a la caza de los ovnis, lo sabe, pero le hace al tío Lolo, lo que ocurre cuando todo director editorial de cualquiera de los periódicos del mundo se pone a “ jerarquizar” al momento del cierre del periódico.
Y tan lo sabe que en su pataleo del video en cuestión hace alusión a la práctica de TODA, así TODA la prensa del mundo al momento de la consabida jerarquización que no es otra cosa que decidir entre lo que sí se publica y cómo se publica en sus respectivos medios:
En primera plana, de ocho columnas, de cintillo o bien en recuadro y cuando de plano no vale la pena o no va de acuerdo a sus intereses, “ déjala ahí de retaque en la página de pases, para que llenes”.
Eso, desde luego, en el mejor de los casos.
Porque hay otra práctica también muy socorrida cuando vemos que la tal información está muy jalada de los pelos:
Se van al bote de la basura.
Y eso precisamente es lo que pasó con el “fenómeno” que dice Ferriz, se presentó con la Megamarcha que no fue, en la que, más que una marcha de protesta, más bien parecía un desfile de la opulencia y en la que algunos dejaron constancia de su poder económico, ora a bordo de su Mercedes Benz, ora en su BMW, su Lincoln y ya de jodido en su Suburban blindada.
Un remedo de aquellos clásicos dirigidos por Ismael Rodríguez y Pedro de Urdimalas, protagonizado por Pedro Infante y Blanca Esthela Pavón; Ustedes lo Pobres, Nosotros los Ricos.
Por lo demás, acompañamos en su frustración al bueno de pedrito, él, que desde el mismo sábado tomó los micrófonos para transmitir en vivo el desarrollo de la Mega Marcha que no fue y que, como sí vimos la mayoría de los mexicanos, quedó en un buen intento, ya que, como dijo alguien por ahí, ese día de la Mega Marcha que no fue, se vio más gente en los Oxxos a la hora de hacer “ cola” para la compra de la cheve que en la marcha de postín.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
Independientemente de si los agentes de tránsito que aquí en Cajeme jefatura el comandante Rosendo Moreno Amaya mandan o no a la zona de los disparos a los traileros que en vez de la desviación obligada que se ubica al oriente de la ciudad, pasan por las avenidas Jalisco – con rumbo al sur --- y Sufragio Efectivo, --- con rumbo al norte --- lo que sí es un hecho son dos cosas; los señores ya traen en sus viáticos el pago de las consabidas casetas de cobro solo que, para decirlo al estilo sonorense, prefieren “ capar la cochi”, sacándole la vuelta al pago de la caseta en cuestión y optan por entrar a la ciudad con el consabido perjuicio que esto representa para las referidas rúas las que en estos momentos lucen cual mesas de billar. Es decir, el problema no es de los empresarios del transporte, sino de sus trabajadores que en un intento por ahorrarse unos pesos, prefieren entrar a Cajeme con sus pesadas unidades y en donde los únicos perdedores son los cajemenses y estas dos importantes vías de comunicación que de siempre habían lucido para el arrastre.
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