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“¡Qué difícil es la investigación de la verdad! ...
La sabiduría y la necedad se parecen a los alimentos, que son buenos unos y malos otros, pero se pueden unos y otros servir lo mismo en vasija de lujo que vasos rústicos y corrientes …”.
Confesiones de San Agustín.
A casi nueve meses del inicio de la pandemia por COVID19, al detectarse el primer caso a fines de 2019 en la Cd. de Wuhan, China, que posteriormente se extendió a todo el mundo, infectando a más de 26,9 millones de personas, con 881,249 fallecimiento y de estos, más del 10 % han sido personal de salud, que estuvieron en la primera línea de atención de estos pacientes.
En México, oficialmente se han reportado desde 27 de febrero a esta fecha, 629,400 casos, con un total de 67,326 defunciones; de estas más de 1,324 corresponden al personal de Salud, con un gran porcentaje de médicos y de enfermeras, que habían formado parte en la atención de los enfermos.
Según la proyección de métrica en salud realizada por Universidad de Washington, en México se espera para finales de este año arriba de un millón y medio de casos y una mortalidad de 157,000 de las personas infectadas por COVID19.
Las hipótesis de la generación de la nueva cepa del coronavirus (SARCOV-2 -COVID19), han llegado hasta la ciencia ficción y pseudociencia: Virus creado con fines de bioterrorismo, que el virus llego a la tierra en un meteorito que cayó en china, algunas basadas en la doctrina que sostiene la difusión por todas partes de gérmenes de seres organizaos que no se desarrollan hasta encontrar circunstancias favorables para ello (panspermia= mezcla de semilla de toda especie).
Los virus, hongos y bacterias y otros organismos patógenos, siempre han existido, desde la creación de este planeta y las pandemias siempre han azotado a la humanidad-
El debate entre la veracidad de las estadísticas de morbilidad-letalidad por la especulación de las cifras, ha estado presente desde el inicio. También, se cuestiona la utilidad o no de ciertos medicamentos y en qué etapa hay que utilizarlos. Aunque existen protocolos de tratamiento de las complicaciones, en los hospitales que cuentan con personal capacitados. Estos pacientes no rebasan el 20 % del total de la población y de estos un 10% (la mitad) pueden presentar gravedad y fallecer 5 o 6 de cada 10 enfermos, sobre todo los que tienen co-morbilidades (enfermedades crónicas, etc.). El otro 80 % o un poco más del total de los habitantes, siguiendo las medidas preventivas, no van a presentar este contagio y si lo presentan será leve o asintomáticos. Tomen o se inyecten, productos milagros o no, de lo que los especuladores de la salud ofrecen sin sustento científico y que han hecho su negocio. Lo grave es que algunas personas lo toman, en total estado de salud “como preventivo” y otros, en su angustia, lo hacen como un medio “preventivo”.
Lo mismo ha ocurrido con los insumos médicos y productos farmacéuticos. Desde los simples cubrebocas tradicionales que los médicos usamos en los hospitales, hasta los más sofisticados; que han aumentado sus precios en más del 100% al igual que los tanques de oxígeno y otros insumos no solo intrahospitalarios, sino también para la atención de pacientes ambulatorios o que continúan sus tratamientos una vez dados de alta. Lo mismo sucede con el precio de los aparatos de ventilación mecánica asistida, equipos de protección personal (EPP), etc.
De nuevo ¿Dónde están las autoridades reguladoras de precios?
Aunque hay que destacar mucho el apoyo de la sociedad civil, través de agrupaciones no gubernamentales y algunas empresas que se han solidarizado, no sólo con el personal de salud que están en la primera línea de combate, donando parte importante de algunos de estos materiales (cubrebocas, EPP, etc.) y también con la población que no cuenta para comprar unos sencillos cubrebocas.
Ante ésta pandemia, a estas fechas, se alcanza a visualizar la esperanza de la prevención a partir de una eficiente vacuna, que están en las etapas finales de investigación (cuatro de más de 120 investigaciones), que vendrán a formar parte de las medidas preventivas; semejante a las vacunas ya existentes, para la prevención enfermedades infectocontagiosas, que, si bien es cierto, en algunos casos no previenen al 100 %, pero si evitan la gravedad de las mismas y que han erradicado algunas. EL fundamento científico de ello existe (viruela, sarampión, rubeola, parotiditis, tosferina, poliomielitis Tb pulmonar y meníngea, hepatitis B, Influenza, etc.). A pesar de la oposición irresponsables de los existentes grupos anti vacunas. Esto ha ocasionado brotes o casos de enfermedades reemergentes, como el Sarampión, Tosferina, Tuberculosis, etc.
La alteración de la cotidianidad de nuestras vidas, es evidente, causado por el confinamiento necesario para la prevención, por la disminución de las actividades comerciales y educativas, que pueden provocar en algunas personas, alteraciones (psicológicas), emocionales, desesperos y angustias ante la posibilidad de contagio; que, si no nos cuidamos todos, vamos estar expuestos.
En caso de contagio: “… enfermos de todo el mundo entero preguntaran a Dios ¿Por qué tengo que sufrir?” Es posible que las palabras del alfarero encierren la respuesta. Las mejores cerámicas no se logran con solo poner la arcilla al sol; provienen del rojo blanco del horno. En el proceso de cocción, algunas piezas se quiebran, pero las que sobreviven al calor se transforman de simple arcilla en objeto de arte… así ocurre con los enfermos, los que sufren y los lisiados. Los que, mediante la pericia médica, la oportunidad, el trabajo y el valor, sobreviven a sus dolencias o vencen sus impedimentos y recuperan sus puestos en el mundo, poseen una profundidad de espíritu que tú y yo difícilmente podemos medir. No han desperdiciado su dolor.” (Tomado de: Dra. Chandler- Carolina A. Hombres y mujeres famosos de la medicina moderna. Howard A. Rusk. Precursor en rehabilitación. Pag. 25 Edit. Plaza & Janes, Buenos Aires Argentina,1967). Como toda Pandemia, esto pasará. Mientras… cuidémonos todos.
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@Dr.RHCampa1
