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No hay que llorar la muerte, es mejor celebrar la vida. Jaime Sabines
Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida. Mario Benedetti
Hoy recibí la noticia del fallecimiento de una gran amiga, compañera de trabajo por muchos años, excelente persona, solidaria con la esencia de lo que es una Trabajadora Social; comprometida no solo con sus funciones institucionales para orientar y apoyar en todo a los enfermos y a los familiares de éstos. Infinidad de veces, les daba alojamiento y alimentos sin recibir ningún centavo, al ver su situación precaria. Ella, con su gran espíritu solidario los albergaba en su casita de interés social. De esto existen muchos testimonios de pacientes y familias, de la bondad y su espíritu de servicio.
A mi familia y a mí nos duele su partida, por el gran cariño que nos manifestaba realmente, tanto a mi hijo Raúl (mi niño, le decía, reconociendo su labor como médico), a mi esposa (siempre me llamaba para saber su estado de salud, y el mío; para saludarme, después de mi jubilación).
LOLITA VON BUJANDA, vivió para servir a su prójimo. Parodiando a Jaime Sabines: “No lloro su muerte, pero si celebro su vida de entrega solidaria, para paliar la angustia de los enfermos y sus familias”.
¡Cómo olvidar su trato cariñoso con los enfermos oncológicos y de otras áreas! del ¡no se preocupe mi niña o mi niño! A todas las personas que requerían apoyo, no cejaba en su empeño de lograr que se fueran tranquilos en su salud o reconfortados ante lo inevitable. Sus funciones las continuaba extramuros, fuera de su horario de trabajo. Su objetivo primordial era que a los pacientes se le atendiera con dignidad y bien.
Cómo no recordar aquellas “palabrotas bien aplicadas”, cuando alguien le negaba algo. Que ella sabía que estaba las manos de esa persona para prestarle atención a los pacientes, o las veces, en una época de su vida Institucional que fungió como representante sindical, qué, al no conseguir lo que era un derecho de un trabajador y alguien sin justificación se lo negaba. Le decía “Pinchi viejo inservible, bueno para nada …, algún día se le va ofrecer al ... Pero Dios es muy grande, el mundo da muchas vueltas”.
Siempre tuvo a su lado a dos fervientes aliados: a Dios y a su compañero de vida, también Trabajador social, Juan Manuel; que lo hacía entrar en su dinámica extramuros, de llevar a su hogar, a los familiares de los enfermos que no podían pagar una estancia mientras estaban en el Hospital General de Zona No. 1, del IMSS de Cd. Obregón. ¡Ándale jodido Juan…!
LOLITA, vivió para servir. Ella fue un ejemplo de todas esas bondadosas personas que trabajan en las Instituciones de Salud, que realizan bien su trabajo en la atención de los pacientes; en atenuar sus angustias, lo temores por sus padecimientos. Son, LA MAYORIA de ellas (Las de OTEF, las asistentes médicas, el personal de enfermería, etc.), la cara amable frente a los que sufren.
LOLITA entrañable: “Tú muerte será el recuerdo de que viviste para servir a plenitud”
Un ser ejemplar, que nos hará recordar que la bondad todavía existe en este mundo.
LOLITA VON BUJANDA
QDEP
raulhcampag@hotmail.com @DrRHCampa1
