NAMAKASIA
Los candidatos a la presidencia municipal de Hermosillo y de otros cinco municipios importantes del Estado “solamente” tendrán un debate, leo en la prensa. Percibo que varios columnistas pronuncian (los de radio) o escriben ese “solamente”, como si consideraran que es poco.
Esperar que uno se formará idea más o menos acertada de los merecimientos o desmerecimientos de un candidato mediante un debate es ilusorio y menos cuando son muchos, como es el caso de Hermosillo; nada menos que ocho. Si se da a estos encuentros la estructura de siempre, es decir, presentación de cada uno, tiempo para que exponga el tema que le asignen, réplica de los demás y contrarréplica de todos, y un minuto para cerrar cada participación, eso podría llevarse tres horas.
Y lo peor es que de los ocho, al menos la mitad de ellos carecen de la posibilidad mínima de triunfo. Estarán ahí para estorbar al ciudadano ingenuo que sintoniza al medio con la vaga esperanza de que el debate le servirá de guía.
Los candidatos a gobernador son seis, tres de ellos perdedores desde ahora, y de éstos, dos fantasmas que no han dicho una palabra a la gente. Tendrán la oportunidad de dos debates sin contar con que tres de ellos han mantenido, a través de las Redes, cotidiana comunicación con la gente que tiene computadora.
En este proceso electoral han sido de mayor utilidad para el público los periodistas de radio (que ya son una combinación de radio y televisión) que los de prensa escrita. La época en que los periódicos hacían fortuna gracias a las planas de “adhesión” que compraban las grandes empresas para quedar bien con el candidato, los sindicatos, las cámaras de comercio, industria, hotelera, etcétera, quedaron atrás para siempre. Para dar impresión de imparcialidad, publican los boletines de los candidatos pero los delata la flojera: no le cambian ni una coma a los textos que les mandan.
En este panorama gris, los debates podrían ser las notas de color que le dieran cierto atractivo al proceso. El órgano electoral está animando a los ciudadanos a que envíen preguntas para someterlas a la consideración de los candidatos. ¡Ilusos! Se colarán unas tres, cuando mucho, y quién sabe. Pero en cada debate, de repente hay dos candidatos que se agarran del chongo y estos pleitos verbales, aunque no son de provecho, de alguna manera rompen la monotonía. Para los periodistas que estamos obligados a ver el espectáculo en su totalidad, por lo general resulta una tortura.
El estreno del alcalde Fermín
El primer acto oficial del presidente municipal de Hermosillo Fermín González, no pudo ser más “democrático”. Obligó al personal del Ayuntamiento a que hicieran bola en el registro de su jefa Célida López. Chamba asegurada si ésta gana.
Vivió esta señora su día de gloria, toda vestida de blanco, envuelta por numerosa compañía, que no pocos columnistas le criticaron por el peligro de haberla sometido, en contravención de todos los protocolos sanitarios, al peligro del contagio.
En la fotografía se revive una página de las antiguas tácticas priistas; se escogía entonces, se escogió ahora, para publicarla pagada en los periódicos, la foto que diera la impresión de mayor amontonamiento..
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