No me refiero aquí a la etapa de la transición que tal vez ya estará concluida, y que consiste en que los funcionarios que están por marcharse informen a los comisionados por el gobernador electo para conocer con la mayor precisión el estado en que recibirá la administración.
Creo que lo más difícil de pasar sin trastornos serios de un gobierno a otro consiste en mantener o mejorar el ritmo de las actividades sin afectar a los ciudadanos. Un ejemplo: leo en la prensa que el gobernador electo promete que su administración contará con los recursos suficientes para cubrir sus obligaciones de lo que resta del año. Es el primer trompo a la uña.
Es bien conocida la situación económica de todo régimen a punto de irse. No hay dinero, cuando mucho para salir sin que detrás vean a los acreedores persiguiéndolos con la mano tendida con sus facturas pendientes.
Y todo fin de año, con transición o sin ella, trae aparejada una erogación extra que es imposible aplazar: los aguinaldos. A veces hay funcionarios estatales y municipales que comienzan a hacer su guardadito en agosto o septiembre para no andar con carencias a la llegada de la Navidad. ¡Pero no hay ninguno que haya pensado en llenar una alcancía para heredársela al sucesor! El que venga atrás, que arree.
El Ayuntamiento de Hermosillo tiene una preocupación adicional. El presidente municipal Fermín González debe terminar la transformación del Cerro de la Campana en un jardín, tal como se le ocurrió a su ex jefa (¿o jefa todavía?) Célida López, Son capaces Fermín y Célida de invitar a la inauguración al gobernador electo para acreditar a sus ojos que algo hicieron, no vaya a ser que olvide darle a ella un buen puesto, que algo le tocará a Fermín.
Afortunado el presidente municipal de Cananea y la alcaldesa de no recuerdo qué pequeño municipio, que por haber sido reelectos no han tenido que pasar por estos líos de la transición. Ya les tocará en tres años más.
LUNES CULTURAL
Hoy tocaba la columna de cultura y había planeado dedicarla a las funciones de la semana (Teatro a una Voz) preparadas por la Universidad de Sonora. Pero luego de intentar oírlas y verlas por la vía virtual, se volvió un martirio entender una o dos de cada cinco palabras, y desistí. Espero vivir lo suficiente para volver a ver teatro en el teatro.
En compensación, me entero de que nuestro coterráneo Arturo Márquez estrenará una nueva obra, “Fandango”, en Los Ángeles, pasado mañana martes. El nombre anuncia el sello característico de Márquez que imprime su ritmo personalísimo a los géneros populares mexicanos. Es obra para piano y orquesta, Anne Akiko Meyers en el teclado, con la Hollywood Bowl Orchestra.
Vamos a ver si hallamos una liga que nos permita gozar el estreno.
carlosomoncada@gmail.com