El gobernador electo Alfonso Durazo acaba de anunciar que creará un Sistema Estatal de Comunicación Social y que estará integrado por la dirección general del ramo, Radio Sonora y Telemax.
Cuando asumí la dirección general del Instituto Sonorense de Cultura tuve la idea de promover que la Radio y Telemax se incorporaran al ISC para convertirlos en vehículos de difusión cultural. Pero resolví no complicarme la vida más de lo que estaba. Batallaba para que la Dirección de Publicaciones, la Dirección de Museos y la Casa de la Cultura, dependencias del Instituto que jalaban cada una por su lado, entraran al aro institucional.
El gobernador Eduardo Bours prestó oídos a quienes criticaban a Telemax por su abundancia de flores al mandatario. “No es el canal del gobernador”, declaró con énfasis. Pero una cosa es dar una indicación y otra hacer que se cumpla. Los noticiarios siguieron inundados de notas sobre el gobernador. Como arreciaron las críticas, aclaró que el gobierno pagaba cono cualquier empresa lo que publicaba el canal. Ah, no, pues así, sí.
Es lógico que si un medio es oficial, se desvivan quienes lo operan por quedar bien con el jefe. Si las lambisconeadas desagradan al público es otro cantar.
En Sonora hubo una radio que dejó una estela de prestigio y calidad: Radio Universidad, fundada en octubre de 1962. En aquellos años la música clásica fluía como un río encantado a los hogares sonorenses, Los locutores eran estudiantes que intervenían casi sólo para identificar a la estación. Por desdicha, los activistas que surgieron en la huelga estudiantil de 1967 consideraron que la música clásica no es democrática, y en vez de luchar para que la gente con escasa instrucción se elevara al nivel de la Universidad, hicieron que ésta bajara al nivel de la raza con programas de roqueros y mariachis. Algo se ha recuperado de entonces acá, pero los años dorados no volvieron.
Será interesante observar en qué se ocupará el Sistema Estatal de Comunicación Social y cómo lo hará. De entrada, nos conformaremos con que se eliminen o al menos disminuyan los vicios de la radio comercial, en la que leen largas listas de oyentes que hablan a los noticiarios para saludar y las simplezas que platican en cabina, con micrófonos abiertos, los conductores de programas: qué comieron, si padecieron anoche de calor, el bonito vestido que “trais” ahora y demás esfuerzos para caer bien al respetable.
CUANDO VEAS LAS BARBAS DE TU VECINO RASURAR…
La CTM que preside Javier Villarreal, la única central que le quedaba (no me equivoco: he dicho QUE LE QUEDABA) al PRI, dio una muestra de lópezobradorismo ante la presencia del gobernador electo, invitado especial al Congreso de los trabajadores: modificó sus estatutos para que el secretario general solamente pueda reelegirse una vez.
Los líderes nacionales y estatales enquistados en sus cargos, inamovibles, permanentes, soberanos, deben volver sus ojos a la CTM y repetir con la sana decisión de acatarla, la sabia reflexiión: “Cuando veas las barbas de tu vecino rasurar, pon las tuyas a remojar”.
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