Impresiona (y a la par, indignará a muchos y entristece a todos) que directivos del comercio organizado de Cajeme pidan una tregua al crimen organizado para que, al menos mientras se efectúa el torneo internacional de beisbol, no asesinen a nadie ni realicen actos violentos que dañen el prestigio de la región. Es como si propusieran la firma de un pacto a los delincuentes.
No es la primera vez que esto sucede. El 16 de septiembre de 2010, sin que llegara a saberse por qué, el joven fotógrafo Luis Carlos Santiago Orozco, que acababa de ingresar al cuerpo de redacción de “El Diario”, de Ciudad Juárez, fue asesinado a balazos en el estacionamiento de una casa comercial. Tres días después, el director del periódico publicó una especie de carta abierta al crimen organizado en la que le pide una explicación: ¿Qué es lo que quieren de nosotros?
“Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto en esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo a pesar de que reiteradamente se lo hemos exigido. Es por ello que, frente a esta realidad inobjetable, nos dirigimos a ustedes para preguntarles, porque lo que menos queremos es que otro más de nuestros colegas vuelva a ser la víctima de sus disparos”, dice la carta.
Tampoco es la primera vez que los miembros del Ayuntamiento, como acaba de ocurrir en Guaymas, se autorizan el pago del finiquito o gratificación con fondos del propio Ayuntamiento, al terminar su trienio, como si hubieran sido trabajadores bajo contrato. El presidente municipal de Hermosillo Francisco Búrquez autorizó que sus regidores y principales funcionarios recibieran ese obsequio no previsto en la ley (me parece recordar que él, el alcalde, no cobró).Hace mucho, mucho tiempo, que los regidores se conformaban con el honor de servir a su comunidad, no recibían un peso. Hasta mediados del Siglo XX recibían sueldos modestos, y de pronto la paga subió y se volvió objeto de ambición.
Que el presidente y regidores, elegidos mediante el voto, se autogratifiquen no es legal y ofrecen, al cobrar lo que no es suyo, un lamentable espectáculo sobre todo si lo que hicieron o dejaron de hacer en los tres años es más para que los metan a la cárcel que para que los premien. Ha sido la última burla de Sara Valle. Me pregunto si no será necesario expedir una ley que prohíba esa autogratificación cínica.
MOTIVO DE CONVERSACIÓN
Aunque no con la velocidad que quisiéramos, sigue cediendo terreno la pandemia, Si esto continúa así, y dado que la Naturaleza se dispone a imponer el Otoño sobre el Verano, ¿de qué vamos a platicar?
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