Mi visita a Cajeme coincide con los cambios de poderes estatales y municipales. Momento clave de evaluación espontanea de los ciudadanos de sus gobiernos y de las proyecciones de las administraciones entrantes.
Diversos sectores de las y los ciudadanos de Cajeme comparten esperanzas y puntos de vista de los retos, fortalezas y debilidades de la administración que llega.
Reconocen en Javier Lamarque Cano, uno de los mejores presidentes y el mejor de los últimos ocho, que en su primera administración supo gestionar recursos y apoyos del gobierno estatal y federal, emanados de partidos diferentes; que ejecutó políticas sociales, acordes a las carencias de la población más pobre; promoción cultural de arraigo popular y participación democrática; prestación de servicios públicos eficientes. Una administración de baja corrupción y mayor transparencia. También señalan que el escenario municipal era más tranquilo y más manejable los problemas de inseguridad.
A pesar de la anterior experiencia administrativa exitosa, no hay garantía de que hoy sea igual. Como factor positivo se tiene una alineación ideología y política en el proyecto de la 4T, en los tres niveles de gobierno y, entre el poder ejecutivo estatal y poder legislativo; sin embargo, el peso de múltiples factores negativos es muy alto: los niveles primitivos de violencia e inseguridad cotidiana, se han incrementado, sin que se logre una estrategia clara de contención; el deterioro progresivo de la infraestructura urbana, principalmente las vialidades y espacios públicos, aunado al incremento de la corrupción en los anteriores gobiernos, federales, estatales y municipales. Estos factores negativos laceran el bienestar ciudadano y dificultan el ejercicio de un buen gobierno y frenan el desarrollo económico, que acusa un fuerte déficit en el alto porcentaje de población sin acceso a la seguridad social, reflejado en un 29% sin empleo formal. Imposible de combatir en estas críticas condiciones de insegurida, violencia, deterioro urbano, corrupción, un estancamiento económico y lograr la generación requerida de empleos formales.
Por otra parte, en lo interno, Lamarque Cano, desde 1997, que ganó la presidencia, a la fecha ha realizado una trayectoria rica en experiencia política, acompañando la lucha y los movimientos sociales y a partir de 2013, designado presidente estatal de Morena, en el 2015 candidato a gobierno del estado, en 2018 es electo Diputado Federal, para participar en la Legislatura clave en las reformas legislativas para dotar a la 4T del marco jurídico necesario a su proyecto, en la política social relativa a las pensiones de adultos mayores, población con discapacidad, becas a estudiantes, Jóvenes construyendo futuro y Sembrando Vida; pero también las reformas educativa, eléctrica, laboral y sindical.
La trayectoria de Javier alimenta esperanzas y expectativas altas en los ciudadanos de que vuelva a ser un mejor gobierno, sin embargo como ellos mismos dicen: “Tenemos duda, porque llega con muchos compromisos políticos con diferentes gentes, que lo pueden controlar e impedirle gobernar como él sabe y puede hacerlo.”