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No, no me refiero a Kico, el de la vecindad del Chavo del 8, sino a otro Kico que anda por aquí y que me ha hecho reír como el Kico que me obligaba a sentarme ante la televisión para presenciar sus aventuras. Los episodios se repitieron muchas veces en el curso de los años, y con el pretexto de que mis hijos crecían y de que tales episodios eran recomendables para los niños, volví a disfrutarlos junto a ellos con la misma satisfacción que la primera vez.
No sé si se parecen físicamente porque al Kico que anda por aquí no lo conozco en persona, pero sería cuestión de poner la foto de uno al lado de la otra y estudiarlas. Podría ser que ambos tengan los cachetes inflados. No creo que ambos sean originarios del mismo lugar, sería exagerada coincidencia que Kico, el de la vecindad del Chavo, fuera también de Peñasco.
Lo que comparten sin lugar a dudas es la vena cómica. Fíjense que el Kico de aquí, de Sonora, se lanzó a criticar la falta de disciplina financiera de la ex gobernadora Pavlovich en el manejo de los fondos públicos, y lo hizo con seriedad de auténtico actor. Más de uno de quienes lo rodeaban se pusieron a examinarle el rostro mientras hablaba y en ningún momento dio muestras de que podría estallar en estruendosa carcajada al recordar el desmadre financiero del ex gobernador Padrés.
Este señor Kico o Kiko es diputado de la actual legislatura. Su papá Ernesto Munro le consiguió la diputación plurinominal, no creo que sólo por ser su papá, pues Munro junior debe tener algún merecimiento, por ejemplo, el de divertir a la gente.
Ernesto Munro fue secretario de Seguridad de Padrés y su sucesor, el licenciado Adolfo García Morales, lo acusó de haber dejado un quebranto financiero por 75 millones de pesos, unidades varadas por falta de combustible, lo que redujo el número de operativos, sobregiros en obra pública, obra pagada y no ejecutada, contratos pagados sin que el servicio correspondiente se hubiera ejecutado y otras tropelías.
Pero Munro padre no fue sujeto de denuncia específica y no fue citado a la Fiscalía Anticorrupción.
Por otra parte, es posible que la vena humorística de Munro junior ha sido heredada de Munro senior. Me parece que fue en 2010, cuando apenas iba para un año el gobierno (¿gobierno?) de Padrés, cuando Rosario Román y Zonia Sotomayor Peterson presentaron su libro “Génesis del homicida” en el auditorio de MUSAS. Tuvieron dos invitados especiales, no entre el público sino compartiendo el escenario con ellas: el secretario de Seguridad y la doctora Salazar (no recuerdo su nombre de pila, perdón), experta en asuntos internacionales.
Muchos aguardamos la participación de Ernesto Munro que nos daría, pensamos, una pista sobre su estrategia para combatir la delincuencia en ese sexenio. Y se hizo un absoluto silencio cuando dio la nota dramática. “Yo tengo la fórmula, dijo con solemnidad, para combatir el crimen… (aquí una pausa que acentuó la tensión), ¡EL AMOR!
A una viejita muy bien vestida y maquillada, se le escapó un sollozo. Otras irrumpieron con cálido aplauso. Fui de los pocos que captaron que el secretario estaba contando un chiste. Confío en que el diputado Kico, al hacer su chiste en la sesión del Congreso, haya sido comprendido, que a nadie habrá hecho sollozar. En tiempos de pandemia es recomendable reír.
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