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Los mexicanos somos así: Cuando se crea una institución de carácter nacional, nos afanamos en crear la correspondiente en el Estado porque estamos seguros de que nos resolverá grandes problemas. Con el Instituto de Transparencia de la Información dimos por un hecho que conoceríamos los actos del poder publico con sólo pedir los datos respectivos. Las instituciones electorales, que no han sido pocas, nos empujaron a creer que partidos y políticos actuarían ajustados a las leyes, y con la Comisión -Estatal de Derechos Humanos…
Con la CEDH el optimismo de los ciudadanos llegó al máximo. Durante los periodos de los tres primeros presidentes, iban éstos cada año a dar su informe de actividades al Congreso y asistían los titulares de los tres Poderes. Las Recomendaciones eran acatadas por los funcionarios a quienes se dirigían y se publicaban para que todo el mundo se enterara.
El presidente Raúl Ramírez, lo hemos señalado en reiteradas ocasiones, destruyó el prestigio que habían dado al organismo sus antecesores, y reina la impresión de que, pese a los esfuerzos de quien hoy encabeza la CEDH, no lo ha recuperado. Un funcionario del Ayuntamiento de Hermosillo desaira la Recomendación del Ombudsman a pesar de que beneficia a empleados municipales de cortos ingresos.
El número de candidatos a dirigir los próximos cuatro años la Comisión nunca había sido tan elevado, pero como mexicanos escépticos, creemos que la razón principal de tanto interés no es el afán de defender los derechos humanos, sino el sueldo que mueve a envidia.
El método que sigue la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso es, a fuerza de haberlo repetido en todos los casos en que intervienen los diputados, un tanto ingenuo. Les dan tiempo para que hable cada uno de lo que haría si llegare a ocupar el cargo y luego les hacen las mismas preguntas y escuchan casi las mismas respuestas.
Hay que realizar una investigación profunda del candidato como estudiante, sus antecedentes como empleado o funcionario de organismos públicos o privados, su trayectoria profesional, inclusive su vida familiar y sus relaciones con sus vecinos. ¿Exageramos? No, desde luego. Se trata de evitar que no se cuele otro Ramírez en una institución cuya mejor arma es el ejemplo de sus directivos. En fin, veremos si el que venga es capaz de restituirle el lustre a la CEDH.
¿LISTOS PARA LAS FIESTAS QUE SIGUEN?
¡Ánimo! Mañana por la noche la Filarmónica de Sonora tocará la grandiosa Quinta Sinfonía de Beethoven (¡parapapá…!) El 18 de marzo es Día de la Expropiación Petrolera. Prepárense para un buen rollo del presidente AMLO acerca de cómo le dieron en la torre los conservadores. El 19 es el II Libretón combinado con un bazar y extraordinarios pambazos veracruzanos. El 21 se conmemora el aniversario del natalicio de don Benito Juárez y hace su entrada triunfal la primavera.
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