Hoy saldré a votar porque me pega la gana. Y claro que no me importa si otra persona o muchas no lo hacen, respeto sus derechos y respeto el mío, que cree, ahora no con candidez, en la ansiada democracia (demo – pueblo; kratos- poder) el poder del pueblo para elegir por la vía pacífica el sistema y sus gobernantes y también quitarlos.
Nadie parece advertir que el propósito primario del presidente López Obrador es la “concientización”, sus arengas, acciones llevan esa finalidad o propósito, que el pueblo comprenda sus derechos y sus obligaciones.
Ilustro mi escrito con una historia chusca popular: “Un señor golpeó a otro con tanta violencia que lo mandó al hospital. El juez le preguntó la razón de su enojo criminal, él contestó: es que hace 2 años me dijo: hipopótamo. Caray, dijo el juez ¿y por qué le pegó hasta ahora?
-¡Es que ayer fui al Zoológico!".
Iré a votar independientemente si se queda o se va el presidente López Obrador.
Iré a votar para hacer uso de un derecho constitucional, recién aprobado y con fecha de inicio este 10 de abril del año 2022, un derecho natural de toda cultura democrática, negada por sistemas corruptos a quienes no le convenía ejecutarlo en leyes.
De haber existido el derecho popular que hoy tenemos, Fox, Calderón y Peña Nieto seguramente hubieran tenido problemas graves.
Pero faltaba la concientización, esta que hoy me hace levantarme, ya ubicada mi casilla. Tomar mi credencial de elector y votar porque se quede o porque se revoque su periodo.
Ni el INE con todas sus argucias legales, autonombrados “Paladines de la democracia” y respetuosos irrestrictos, hasta los extremos de la aplicación de las leyes y su aplicación facciosa podrán impedirme hacer uso de mi cacareado derecho.
Ni el alejamientos de casillas ( para que algunos pierdan o se salgan de sus “casillas”) ni el aglomeramiento en las colas, ni el calor, ni el comienzo de la Semana Santa impedirán mi propósito.
Si señores, iré a votar para que desde ahora quede el precedente de este revocatorio constitucional de mandato para que en este ejercicio se denoten los errores, las malas estrategias y se perfeccionen para que dentro de seis años o cuando sea necesario, adecuando los procedimientos, podamos aplicarlos a revocar los mandatos de Gobernadores, presidentes municipales, diputados federales y estatales y dejar claro, que “El pueblo pone y el pueblo quita”.
Dejar en claro, que podrán llegar a los puestos de elección popular mediante el voto, el fraude, amiguismo o componendas, opero que nadie lo salvara de “Un revocatorio de mandato popular”
Cómo me explican la siguiente y ficticia historia:
Un pueblo (México) se moría de hambre(democracia), el rey (la ley) ordenó al ministro encargado fuera a repartir alimentos al hambriento pueblo.
- Oiga, ministro, con el presupuesto que le dieron no alcanza para darles a todos y resolver el problema, porque no ponen de sus sueldos y prebendas, algo extra.
- No se puede, nuestras riquezas y prebendas son derechos de nosotros y se repartirá lo que se tiene.
Oiga ministro, pero le podemos ayudar a organizar para que se formen y se pueda tener más efectividad.
- No, no se puede, el rey dijo que solo nosotros podemos organizar esto y si muchos no pueden tener acceso ala comida, pues que busquen culpables.
- Bueno ministro, denos oportunidad de avisar, a nuestro costo, que se van a llevar a cabos estas entregas de alimentos.
- No, no se puede, según la ley solo podemos hacerlo nosotros.
¿Cómo es esto? A quién lastima el hecho de que muchos como yo, alejados de si López o no López, queramos hacer uso de nuestro derecho constitucional de participar en un acto democrático.
¡Que alguien nos lo explique!! Sin espejitos por favor, porque ya no se usan.