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Que ya no habrá “tapados” para la elección presidencial, aseguró ayer AMLO en la mañanera. Y los mexicanos nos quedaremos sin nuestra diversión favorita: adivinar quién sería impulsado a la Presidencia por el presidente que salía. En el curso de más de un siglo, se fueron colocando los cimientos para una Teoría del Tapadismo que está en riesgo de perderse.
Por ejemplo, Fidel Velázquez nos enseñó que “El que se mueve no sale en la foto”, es decir, el Tapado debería conducirse con la máxima discreción Y Carlos Hank González, a quienes consideraban viable cuando era gobernador del Estado de México, declaró que “para ser Papa se necesita ser cardenal”; es decir, el cargo estaba reservado para un secretario de Estado, aunque al final rompió la regla Enrique Peña Nieto.
En 1952, cuando estaba por salir Miguel Alemán, se descartaba al secretario de Gobernación Adolfo Ruiz Cortines porque lo veían viejito. “Se nos puede morir en la presidencia”, decían muchos. Y fueron engañados con una finta: se rumoró que el tapado era el primo de Alemán, Fernando Casas Alemán. En Sonora, como puede verificarse en los periódicos de la época, hubo muchos lambiscones que publicaron páginas de adhesión a don Fernando, y como dos días después quedó claro que el escogido era Ruiz Cortines, con la mayor desvergüenza volvieron a pagar planas enteras para cambiar a éste su adhesión.
Ruiz Cortines, ya presidente, dejó que su secretario de Agricultura se ilusionara con que era “el tapado”, y resulta que no, el bueno era Adolfo López Mateos. Entre los que cayeron en la trampa estuvo el gobernador de Sonora Álvaro Obregón Tapia. Yo me equivoqué en el sucesor de López Mateos. Dije que no podría ser Gustavo Díaz Ordaz por una razón de estética: estaba muy feo.
Con parecida superficialidad, un amigo mío le negó posibilidades más adelante a Miguel de Lamadrid porque se había exhibido como tipo sumiso al aceptar al hijo de López Portillo como subsecretario en la Secretaría de Planeación. Y fue precisamente por eso que López Portillo lo favoreció con el dedazo..
AMLO dijo que ya no hay tapadismo, que será la gente con su voto quien decida quién será Presidente. Sólo que para llegar a eso hay un largo trecho. Los partidos deberán escoger a sus candidatos; Morena lo hará por encuestas, los demás, quién sabe. Además, no fueron los presidentes los que inventaron el tapadismo, sino los mexicanos, con su malicia, su poder de observación, su sentido del humor, sus deseos frustrados, su interpretación de los signos, sus inagotables ganas de fregar a los que ocupan el gobierno. El tapadismo sólo desaparecerá si el pueblo quiere.
(Sin que viniera a cuento, López Obrador dijo que aunque todo el mundo cree que el Presidente que llegó más viejo al poder fue Porfirio Díaz, en realidad fue él, López Obrador, que tomó posesión a los 65 años. Aparte de que esto no tiene importancia histórica, es falso. Es cierto que don Porfirio tenía 46 años en 1876 cuando tomó posesión la primera vez, pero tomó posesión en varios periodos y en el último que no concluyó porque lo derrotaron, en 1910, fue declarado Presidente por el Congreso a los 80 años).
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