"Háblame de tu vida, pero ahora no, ahora sólo quiero que tu mano izquierda descanse sobre mi cabeza y tu derecha me abrace", escribiría alguna vez un Saramago tuitero en palabras de la red social del gorrión azul. Para entonces, en los noventa, Saramago había ya publicado dos de sus obras más populares, "Ensayo sobre la ceguera" y "Todos los nombres", y en 1998 se convierte en el primer autor portugués que consigue el "Nobel de Literatura".
Han pasado ya doce años de su muerte un 18 de junio de 2010, y uno se pregunta, ¿qué escribió este hombre del otro lado del océano para ponernos a pensar con más humanidad en el futuro de nuestra especie como seres creadores, y hoy terriblemente destructivos de los entornos naturales de vida y de nosotros mismos, depredadores natos de lo que nos sirve y de aquello que no lo hace.
José de Sousa Saramago de quien la Academia Sueca destacaría su obra por la capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía».
Existen muchos libros por los que se podría comenzar a leer a José Saramago, pero algunos comentaristas literarios se inclinan por una trilogía que inicia con "Ensayo sobre la ceguera", una novela con una trama que no deja indiferente a nadie y en cierta forma devela la triste naturaleza humana.
Esta obra es fundamental en la visión literaria humanista del autor y se recomienda leerla por las revelaciones sobre esa parte fundamental de homínido que somos, y a la vez como individuos y como sociedad.
El número dos de la trilogía, "Ensayo sobre la lucidez", es un libro un poco más lento en cuanto a ritmo narrativo, pero con una historia que impacta por su realidad que no es otra que la de cada uno de nosotros. Y para cerrar este triángulo, "Las intermitencias de la muerte", una novela donde Saramago juega con lo fantástico, y quiebra un poco esa realidad que nunca nos perdona, con la maestría de su prosa para sacar lo mejor y lo peor de los seres humanos, depredadores hasta la sevicia pero a la vez un animal cúspide de la razón y de la inteligencia qué, a pesar de la ignorancia y el pesimismo de las mentalidades conspiracionistas que hoy fluyen en las redes, muy pronto plantará pie sobre la piel de otro planeta.