La directora general del Instituto Sonorense de Cultura, Lupita Beatriz Aldaco, inauguró este jueves pasado los murales de la Biblioteca Fortino León Almada. ¡Qué maravilla! Los pintaron ocho artistas plásticos agrupados en el proyecto Músaro, coordinado por Marlen Loss. Constituyen un canto a las etnias de Sonora no fincado sólo en la inspiración de los autores, sino principalmente en la historia de su origen y sus tradiciones.
Los guió con su sapiencia el doctor Tonatiúh Castro Silva, a quien por algo el público premió con una ovación igual o algo más intensa que la que dio a los artistas. A la mayor parte de éstos yo no los conocía físicamente, pero había disfrutado su Arte, como todos los hermosillenses, al admirar los murales que han plasmado en exteriores en las calles del viejo Hermosillo. Así, la propia Marlen, iniciadora de ese rollo, Dámaris Bojórquez, la joven abuela Ethel Cooke que no pierde ni perderá jamás su encanto, Esteban Lechuga, creador de la conmovedora escena del anciano que sigue pensando en su novia con el blanco vestido de la ceremonia nupcial, Venecia López y César Duarte. Carlos Rodríguez no asistió al evento, y Roberto Carretas tuvo el cuidado de no despeinarse.
Estos murales se financiaron con el programa EFICAS, que en mi opinión debe continuar sin preferencias personales. Que hable la calidad, como en el caso de Músaro.
Más adelante, una vez que haya vuelto a examinar los murales, intentaré un juicio sobre la obra, que constituye ya un incentivo adicional para ir con frecuencia a la biblioteca.
Y EN MUSAS, TODO BIEN.
La directora general del ISC cubre mucho terreno. No en vano fue coordinadora tres años del Circuito Artístico del Noroeste que cubría las cuatro entidades federativas de esta porción de la República. En cuanto al deterioro lamentable que descubrió en MUSAS dispuso el cierre temporal mientras se remedian los daños que causó al edificio la negligencia de la pasada administración.
Los cuadros que se pueden exhibir, ahí están, en la sala Eusebio Francisco Kino de la Casa de la Cultura, para que el público los conozca y los goce, y los que requieren cuidados especiales fueron depositados en una bodega con el clima regulado por los técnicos.
Oídos sordos para los de criterio obtuso que oyen el rebuzno y rebuznan también. La autoridad cultural del Estado actúa de la manera más conveniente al interés cultural de los sonorenses y con el máximo respeto a los autores de las obras, los que ya fallecieron y los que todavía navegan en este valle de lágrimas. Por el celo que ponen en el cumplimiento del deber, nuestro reconocimiento y muchas gracias.
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