Ya me da pena tratar el caso de la sucesión en el PRI estatal. Quisiera cerrar los ojos una noche, abrirlos al día siguiente y enterarme de que ya está resuelto. Pero es obligación periodística comentarlo porque el mal se agrava y podría causar daños irreversibles al partido. ¿O los ha causado ya?
La obligación de celebrar una elección correcta para que de ella salgan los dirigentes estatales no se puede confiar, obviamente, al dúo Onésimo Aguilera e Iris Sánchez sino a exigir al comité nacional del PRI o al delegado que éste acredite. Y veo estas posibilidades.
1) Que el líder nacional apodado Alito (no pienso gastar tiempo en aprenderme su nombre) intente una nueva jugada chueca. Deberá pensarlo dos veces, pues una segunda derrota en los tribunales ocasionaría su propia salida del comité nacional:
2) Que se trate de convencer a Zarina Fernández y Pascual Axel Soto y a Onésimo Aguilera e Iris Sánchez, de aceptar una tercera fórmula formada por un elemento de la primera y otro de la segunda fórmula, lo que creo que sólo aceptaría la que obtuviera la presidencia.
3) Que se convenza a las dos fórmulas que renuncien a participar en la nueva elección y acepten una tercera en discordia, lo que equivaldrá a multiplicar las inconformidades y las renuncias al partido.
Y hay que recordar que los enredados en el conflicto no sólo son los cuatro citados, sino todos los que aceptaron nombramientos otorgados por Onésimo Aguilera. Por ahora se encuentran colgados de la brocha, y si su gallo no gana, se añadirán a los inconformes.
Pero si finalmente triunfan en la elección Zarina y Pascual, podrán llenar las lagunas gracias a que no se sentaron a llorar la derrota, sino que recorrieron buena parte de los municipios haciendo alianzas que ahora les serán útiles.
Sólo falta que con una demostración de audacia, el señor Alito se enfrentara al problema y cortara el nudo gordiano. Pero había que averiguar antes si sabe qué es un nudo gordiano. Tal vez se fue de pinta el día que lo enseñaron en la escuela.
EN SONORA,LA CHEVE ES SAGRADA, PRESIDENTE
Me parece débil lo que argumenta el Presidente de la República para negar permisos nuevos a los productores de cerveza en el Noroeste: que hay que ahorrar agua y que quienes desean invertir se vayan al sureste, donde abunda.
Las nuevas inversiones no sólo implican consumo de más agua, sino más trabajo e ingresos para técnicos y empleados, agencias y distribuidores. No me atrevo a pensar que en el anuncio de la prohibición se esconda también el propósito de limitar la pixteada. Como el Presidente ha presumido mil veces de que conoce todos los municipios de la República debe saber muy bien que para los sonorenses, la cheve es sagrada. (¿O no, mi muy querida y admirada pintora?)
carlosomoncada@gmail.com