Cuando nuestras ciudades hoy grandes y prósperas (más o menos) comenzaron a formarse, lo hicieron a la buena de Dios, por donde eran menos caros los lotes o había menos peligro de encharcamientos o sentían más seguridad. No hablaba nadie todavía de planos reguladores o maestros.
De modo que cuando los primeros ayuntamientos de Cajeme comenzaron a observar los problemas urbanos, ya estaba ahí el barrio de Plano Oriente, cada vez más poblado, separado de manera cortante de la masa principal de vecinos por la vía del Ferrocarril. Para el efecto de consolidar una trayectoria política en el Municipio era más redituable ocuparse de la masa humana del poniente, a la que dio auge el paso de la carretera Internacional.
Pero mis coterráneos de P. O. (lo cito por su nombre original pero ya se le dio uno oficial) nunca se cruzaron de brazos. Fue un orgullo, no sólo para los vecinos del barrio sino para todos los obregonenses, la construcción de la Escuela Enrique C. Rebsamen, que fue de las grandes del municipio. Y el Cine Máximo, al que sólo conocí de oídas porque a tres cuadras de mi casa tenía otros dos cines y no necesitaba irme lejos.
Me parece que fue el presidente municipal Ángel López Gutiérrez (si me equivoco me corrigen) quien promovió la construcción de un paso a desnivel pavimentado que permitió establecer comunicación fluida entre las dos partes de la ciudad. Sólo en caso de lluvias torrenciales se interrumpía la circulación pero no por mucho tiempo.
Pues bien, como dicen que “de ver dan ganas”, los vecinos de Plano Oriente se enteraron de la cuantiosa inversión que el gobierno federal hará en Nogales para cambiar la orientación de las vías del ferrocarril a fin de eliminar una situación peligrosa de muchos lustros, y preguntaron: ¿Y nosotros, qué? ¿No merecemos que nos pongan un puente para pasar en carro o en camión como chiflido, de un lado a otro?
El presidente municipal Javier Lamarque considera que cambiar las vías no es posible por el enorme costo, pero sí construir un puente elevado para pasar muy por encima de las vías. Bueno, hablando se entiende la gente. Ahora tendrán los vecinos la tarea de insistirle al alcalde para que la cosa no quede en buenas intenciones.
FUNCIONA LA APERTURA DEL CONGRESO
El “parlamento abierto” y otras estrategias para acortar la distancia entre el pueblo y sus representantes en el Congreso local, están funcionando. El propósito de que los ciudadanos se acerquen al legislador y el legislador a los ciudadanos, creando un sistema de veras democrático, es viable.
Me llamó la atención la rica cosecha que en ideas y propuestas ha recogido la Comisión de Movilidad y Seguridad Vial en beneficio, sobre todo, de las personas con capacidades limitadas. Instalar señales e indicaciones con el sistema Braille para que los invidentes puedan leerlas, se me antoja una idea formidable. Equivale al dibujo misterioso que en los restaurantes puede leer el que trae celular.
He ironizado muchas veces con las tareas que realizan los diputados. Ahora, para variar, los felicito (y las felicito, pues al frente está una dama diputada).
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