Para comenzar, montoneros, ¡párenle a los insultos! Considero que buena parte de ellos se debe a la ignorancia. Reprueban que estas dos damas, como han hecho varios políticos, dejen un partido y se den de alta en otro, y no ha faltado quien ha llegado a pedir la expedición de una ley que prohíba el abandono del partido que le sirvió a un legislador para hacer campaña. Eso es absurdo, pero no vamos a ponernos a discutir, Simplemente, les ruego leer este trocito del artículo 31 de la Constitución Política de Sonora:
“Los diputados electos por mayoría relativa y los electos por el principio de representación proporcional, SIENDO AMBOS REPRESENTANTES DEL PUEBLO, tendrán idéntica categoría e igualdad de derechos y y deberes”.
Tome su tiempo y lea y asimile lo que puse con mayúsculas. Significa que los diputados, hayan ganado por mayoría de votos o porque fueron designados de representación proporcional (o plurinominales), NO REPRESENTAN A UN PARTIDO, REPRESENTAN AL PUEBLO. El que ganó la diputación por un distrito de Hermosillo, por ejemplo, pone su empeño en atender los problemas de quienes viven en ese distrito porque son los que mejor conoce y porque desea conservar los votos conquistados para lo que se ofrezca en el futuro. Pero el ciudadano que vive en la sierra o en la costa o cerca de la frontera, tiene el derecho de buscar al diputado de Hermosillo, o de cualquier otra región, y exigirle que se ocupe de tal o cual asunto ante el Congreso.
(Si no entendió, lector, no le dé pena: vuelva a leerlo todo o agarre un lápiz y un cuaderno y escriba cien veces: EL DIPUTADO LOCAL REPRESENTA A TODOS LOS CIUDADANOS DE SONORA, NO A UN PARTIDO).
¿Y los diputados suplentes? “Los diputados suplentes, dice el artículo 49 de nuestra Constitución, sustituirán a los propietarios en todas sus faltas temporales o absolutas”. Las diputadas Zárate y Sallard no faltan, siguen en funciones, por tanto, sus respectivos suplentes nada tienen qué hacer. Si antes de que termine el trienio llegare a renunciar por cualquier razón una de las dos, o ambas, entrarán las suplentes en ejercicio y decidirán, con absoluta libertad, si continúan con el partido al que pertenecen hoy o en otro.
Karina Teresita Zárate y Elia Sahara Sallard son dos mujeres de trayectoria política impecable y de vida privada igualmente impecable. No merecen que cualquier barbaján irrumpa en las Redes con sus faltas ortográficas y sus deformaciones mentales y escriba que en el cambio hay “gato encerrado” y que debe haber “billetiza” de por medio. No vale la pena intentar razonar con tipos de cerrada entendedera.
Es explicable que los priistas estén enojados porque dejaron ambas sitios vacíos difíciles de llenar. La verdad es que no hay que culparlas de haberse salido del PRI, hay que felicitarlas.
carlosomoncada@gmail.com