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Cuando hay conflicto interno en un partido y además desbandada en marcha, el dirigente en turno convoca a la unidad, que se logra con medidas sencillas: no protestes si lo que hacen y deciden tus jefes no te gusta, no te impacientes si tarda en definirse una candidatura a tu favor, en boca cerrada no entran moscas..
También el presidente en funciones del comité directivo estatal del PRI, Rogelio Díaz Brown, convocó a la unidad. Y la obtuvo, cuando menos por lo que toca a los ex presidentes del tricolor. De volada asistieron a su llamado casi todos ellos. Se les facilitó hacerlo porque habían practicado el movimiento al acudir antes de volada para mostrarse unidos en favor de Onésimo Aguilera, que como a estas alturas también es ex presidente, acudió de volada a la convocatoria de su sucesor.
Respondieron, decía, CASI todos, porque no estuvieron ni Manlio Fabio Beltrones, que fue presidente del partido, ni Ernesto de Lucas Hopkins, que es asimismo ex presidente. Pienso que podía haber acudido. ¿Qué habría tenido de malo que se hubiera presentado ante sus viejos cuates aunque luego hubiera regresado a su nuevo nido? Que se sepa, un pato no vive toda su existencia en un solo sitio.
Y bien, el llamado a la unidad tuvo otra respuesta: la de las diputadas Elia (Ely) Sahara Sallard y Karina Teresita Zárate. Ambas renunciaron al PRI y se incorporaron a MORENA, y para redondear su acto, que recibió amplia difusión en los medios, hicieron una visita al gobernador Durazo.
¿Qué esperaba Díaz Brown de su reunión con los ex dirigentes del Institucional? ¿Qué su ejemplo de unidad sirviera de ejemplo para que los militantes que le pierden la fe a su partido permanezcan en el redil? ¿Recomendó a los ex presidentes que hablen con sus compadres, sus cuates, sus familiares, y les aconsejen que si surge la tentación de salirse del PRI cierren los ojos, traten de pensar en otra cosa, y se disciplinen?
Parecía que la palabra “disciplinarse” había quedado fuera de uso, pero es evidente que los jerarcas priistas necesitan con urgencia revivirla.
Hubo quienes pensaron, al realizarse la maniobra para llevar a la presidencia a Díaz Brown, que la crisis del partido había tocado fondo. Ayer se vio que no es así y que las renuncias podrían continuar. Por eso, arriesgándome a que el líder del PRI me pregunte en tono golpeado que quién me llama a opinar, me permito sugerirle que a la docena de ex presidentes de ese partido que acudieron volando para dar ejemplo de unidad, les ponga vigilancia permanente, noche y día, no sea que en un descuido uno de ellos (o dos o tres, ¡se ven tantas cosas hoy en día!) aparezca en las oficinas de MORENA solicitando su ingreso.
Y seguro que los recibirían, siempre que prometieran lo que es indispensable para los partidos: mantener la unidad.
carlosomoncada@gmail.com
