En dos días o menos, los trabajadores del Ayuntamiento bachearon la calle Colegio Militar, de la colonia Loma Linda, en el tramo que va del bulevar Ignacio Soto hasta el Banco del Ejército, en la Aburto. Echaron asfalto con arena en los baches grandes y dejaron sin tocar varias docenas o centenas de baches pequeños. El resultado es que carros y peatones deben desplazarse sobre una calle boluda (por la mezcla dispareja aplicada a los baches grandes) y con múltiples baches “junior” que pronto irán creciendo y que se ríen del bacheo oficial.
Debieron haber echado una capa de asfalto general y pareja sobre toda la calle, y por poco que hubiera durado, habríamos tenido la ilusión de que la calle estaba arreglada.
Los pocos metros cuadrados en que supuestamente se trabajó ya están apuntados en la lista que permitirá informar al presidente municipal que se han arreglado tantos más cuantos miles de metros cuadrados, y que se han invertido tantos miles de millones de pesos. Los vecinos de la Loma Linda responderemos, individualmente y en grupo, con estridente trompetilla.
EL ISSSTESSON NO SABE TRATAR A SUS ARTISTAS
Hace muchos años que a los habitantes de Hermosillo nos hace dichosos escuchar al Coro de pensionados y jubilados de esa institución. Son tenores, barítonos y bajos, sopranos y mezzosopranos que ensayan constantemente y estudian y aprenden viejas y nuevas canciones bajo la dirección del maestro Martín Véjar.
Los ensayos los realizan en la Casa Club que se encuentra por la Serdán y sus actuaciones tienen lugar en diversos escenarios: el palacio de gobierno, el callejón Velasco, la Plaza Bicentenario, la Plaza Alonso Vidal, en el centro o en sitios alejados. Han viajado muchas veces fuera de Hermosillo, inclusive fuera de Sonora y han puesto en alto el nombre del Estado en la Ciudad de México, Querétaro, Guanajuato y no les hago la lista más grande.
¿Cuánto les pagan por sus actuaciones? Nada. Simplemente le avisan al director que el coro debe presentarse en un lugar céntrico o apartado, como La Cascada. ¿Cabe todo el conjunto en el camión del ISSSTESon para movilizarlo? ¡No me haga reír, lector! Si los caballeros y las damas del coro tienen carrito en qué moverse, pagan su gasolina para presentarse adonde los citan. Si no, pagan taxi, trepan al camión, piden aventones, o a ver cómo le hacen porque deben cumplir lo que les mandan.
Los coristas aman su arte. Avanzan en el camino de la tercera edad y sienten la dicha de que son capaces de dar algo valioso a los demás. Y como integrantes del Coro, cultivan el compañerismo y la amistad. Pero…, no me pregunten cómo me enteré. Les filmaron recientemente una actuación y les dijeron que si quieren una grabación del concierto, les costará 250 pesos a cada uno.
No quiero calificar este trato del Instituto diciendo que “son fregaderas” porque la expresión suena mal. Pero la verdad es, dicha con franqueza, ¡que son fregaderas!
carlosomoncada@gmail.