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Nunca pensé que esta columna llegaría a hacer anuncios comerciales, pero el objetivo lo exige: que mis lectores se hagan de libros de Historia de Sonora que no se encuentran en las librerías. Por ejemplo, “Vida del padre Francisco Javier Saeta”, que fue asesinado el Siglo XVII por los indios alzados; autor, el padre Eusebio Francisco Kino. O “Los triunfos de Nuestra Santa Fe”, de Andrés Pérez de Rivas.
¿Cómo era Sonora durante la primera mitad del Siglo XIX? ¿Cuáles fueron las primeras estadísticas que se levantaron? La respuestas se encuentran en las obras de Ignacio Zúñiga Y si quiere el lector información sobre las casas de moneda que hubo en Hermosillo y en Álamos, éntrenle al libro de Francisco Pradeau “Sonora y sus casas de moneda”.
Estos libros, y otros sobre la defensa de Caborca y de Guaymas, los movimientos revolucionarios del Siglo XIX, la época porfiriana y los brotes de la Revolución al comenzar el Siglo XX se ofrecerán a menos de Cien Pesos este fin de semana, a partir de mañana viernes, en “El Estanquillo de las Letras” (ya sabe usted: en la Plaza Zaragoza).
Me informa la administración de El Estanquillo que son 36 los títulos que estarán en oferta y que la lista se colocará a la vista del público para que escoja con calma. Me dicen también que aunque los precios son bajísimos, existe un problema y hay que decírselo con franqueza a los lectores: solamente hay un ejemplar de cada una de las obras.
Esto quiere decir que los primeros que lleguen a revisar la lista y a comprar serán los ganones. Ya lo dice el refrán: “Al que madruga, El Estanquillo le ayuda”.
APROVECHEMOS LA PAZ
Dentro de un año, a estas alturas, se estará esfumando la relativa paz de que gozamos en Sonora ante el ir y venir de precandidatos listos para lanzarse en busca de nuevos huesos, o tal vez se habrán lanzado ya.
Sabremos ya quiénes son los diputados y presidentes municipales cínicos que, convencidos de que han hecho buen papel, intentarán la reelección para otros tres años de vivir bien, y cuántos y cuáles diputados presentarán sus renuncias o, según el caso, solicitudes de licencia, para colgarse de la liana y saltar a otro cargo de elección popular.
De la tranquilidad que la política nos concede hoy, habrá terminado. Hay que aprovecharla en actividades útiles.
Este es el cuadro monótono que se repite casi sin variantes, cada tres años. Lo interesante del espectáculo se hallará a nivel nacional. ¿Quién será el caballero o la dama que pretenderá calzarse los zapatotes de Andrés Manuel?
carlosomoncada@gmail.com
